Lolo, periodista y discapacitado, sembrador de alegría, será beatificado este sábado en Linares

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* Su hermana Lucy que estuvo a su lado y lo cuidó afirma que cuando eclosionó la enfermedad él aceptó ser  «de profesión, paralítico»; «dejó todos sus proyectos, y fue feliz»

* «Dios estaba en Lolo, metido de tal manera, que bastaba que le pidiera cualquier cosa para que le dijera: Aquí estoy» asegura Lucy

10 de junio de 2010.- "Apasionado por la verdad". Así ha definido este martes el prelolo11_f4.jpgsidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el arzobispo Claudio Maria Celli, al primer periodista laico que será beatificado el 12 de junio, Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo. En una rueda de prensa celebrada en la sede central de "Radio Vaticano" este martes también tomó la palabra el padre Rafael Higueras, postulador de su causa de beatificación, para asegurar a la luz del testimonio del futuro beato que "ser un buen periodista es fácil pero ser periodista cristiano es heroico".

Una de las personas que más nerviosa está esperando ese acontecimiento es su hermana Lucy, su mano derecha durante la larga enfermedad y que aparece en la fotografía junto a él. «Era mi todo; se desarrolló mi afecto como si fuera mi hijo, estábamos muy unidos, fue un regalo de Dios que no merecí», cuenta. Será como un sueño, porque, aunque Lucy fue consciente desde muy pronto de que Dios había «hecho obras grandes» en Lolo, nunca pensó en su santidad. Tenía «una vida muy normal» y se comportaba «como un buen cristiano»; sólo cuando murió supo que «era santo», y desde entonces -como su hermano le prometió- tiene «hilo directo con él». Publicamos un reportaje testimonial y dos vídeos, uno de la presentación de la beatificación y el otro del perfil y el testimonio de vida de Lolo.

(Carmen Elena Villa – Zenit Dora Rivas – Alfa y Omega / Escuchar la Voz del Señor) Cuando se le pregunta a Lucy sobre Lolo, los recuerdos acuden a su memoria como un caudal incontenible. Es difícil quedarse con un solo aspecto de su vida: joven aficionado a los deportes, activo militante de la Acción Católica, estudiante de Magisterio, apóstol de la Eucaristía, periodista incansable, fundador de los Grupos Sinaí de oración por la prensa, consejero, escritor prolífico (alguna vez le confesó a su hermana: «Tengo la cabeza llena de frases y no puedo más»)… Sin embargo, cuando su enfermedad eclosionó, Lolo aceptó ser, «de profesión, paralítico»; él «dejó todos sus proyectos, y fue feliz». Por eso, éste es quizá el aspecto más sobresaliente de su biografía: en el dolor sublimado y ofrecido en unión al de Cristo, encontró la felicidad. Como explica su hermana, «Dios estaba en Lolo, metido de tal manera, que bastaba que le pidiera cualquier cosa para que le dijera: Aquí estoy».

lolo4.jpgAlgunos de los pensamientos más hermosos que Lolo ha dejado escritos tienen que ver precisamente con su vivencia del sufrimiento, al que quiso darle también un sentido de ofrenda por las misiones. En un artículo publicado en la revista Catolicismo (editada por Obras Misionales Pontificias), en 1960, hablaba del dolor como el gran restaurador, y decía que «una úlcera o un fracaso son como un seísmo que tambalea el engreimiento de los cinco puntos sensibles». Para Lolo, «el hombre vuelve a ser con el sufrimiento», porque le hace «salir de una parcela de egoísmo, para entrar de nuevo en la esencial vocación de amor». Él optó por darle «un margen de fe al dolor, en lo que tiene de poda necesaria», y por «vivir en silencio mi hora de germinación con la esperanza a punto». ¡Y de qué manera germinó Lolo!

Un enamorado de la Eucaristía y de la Virgen 

Lucy asvera que era «un enamorado de la Eucaristía y de la Virgen». Este texto sobre su querida Virgen de Tíscar da cuenta de ello: «Me quedé, solo, un rato con la Virgen. Me daba cuenta de que mi corazón palpitaba pobre como era yo. Hubiera sido inútil fingir serenidad. Lo niño de mi hombre se arrodilló como un chaval que llora a la puerta del cuarto oscuro. El pensamiento empezó a pasar, una a una, las cuentas del triste rosario de las preocupaciones. Hablé porque me daba empujones la esperanza, y cuando abrí de nuevo los ojos, sólo vi los suyos. Se los noté tan grandes, tan abiertos ante mi cuadro de pesadumbres… En aquellos ojos había algo de la crucifixión de una niña candorosa ante un hombre apaleado y sentí remordimiento. Por eso sólo acerté a pedirle perdón».

Al final de su enfermedad, cuando Lolo se quedó completamente ciego, ya no volvió a ver los ojos grandes de su Virgen, pero ella no dejó de mirarlo nunca; nunca se cansó de contemplar la sonrisa permanente de Lolo, que parecía tallada en su rostro, a tal punto que, a Lucy, lo que más le gusta oír cuando se habla de su hermano es que era el santo de la alegría.

Monseñor Celli y el padre Higueras presentaron el modelo que deja al mundo de hoy, en particular a los periodistas, este laico, periodista y discapacitado, que será beatificado en Linares, provincia de Jaén (España), localidad en la que nació, el 9 de agosto de 1920, y en la que falleció, el 3 de noviembre de 1971. La ceremonia será presidida por el arzobispo Angelo Amato SDB, prefecto para la Congregación de la causa de los Santos, en representación del Papa Benedicto XVI.

Monseñor Celli destacó la unión que siempre hacía Lolo en su profesión "entre las noticias y la buena nueva del Evangelio, veía a Jesús como paradigma de la comunicación". Según el presidente del Consejo para las Comunicaciones Slolo2.jpgociales, en la Eucaristía y en su amor por la Virgen María se encontraban "las grandes raíces de su servicio como periodista".

Su vida

Sólo tenía 22 años cuando Lolo comenzó a sentir una parálisis progresiva que le obligó a permanecer en silla de ruedas. Así llegó a estar totalmente inmóvil y los últimos nueve años de su vida ciego. Murió en 1971. Pese a sus limitaciones físicas escribía artículos de prensa, cuentos, cartas, ensayos. Publicó nueve libros, entre ellos su autobiografía.

Entre los medios que publicaban sus artículos se encuentran el diario "Ya", las revistas "Telva" y "Vida Nueva" y la agencia "Prensa Asociada". Fundó la revista "Sinaí" para enfermos. Recibió importantes reconocimientos profesionales, como el "Premio Bravo".

Apóstol de la pluma y con las almas

La casa de Lolo se convirtió en un centro apostólico. Allí acudían decenas de personas en búsqueda de consejo, orientación y consuelo.

Entre ellos se encontraba el monje benedictino Juan Javier Flores Arcas, rector del Pontificio Ateneo San Anselmo en Roma, quien ha destacado cómo los años de productividad intelectual de este periodista (década de los sesenta e inicios de los setenta) fueron "años en que la Iglesia se comenzó a lolo1.jpgdespertar un sentido de evangelización, de apertura, de medios de comunicación, y él desde su situación se dio cuenta de que ésta era su misión en la Iglesia".

Una vez Lolo dijo: "Si cada uno de nosotros tuviéramos un micrófono para hablar de Cristo ¿No sería un campo maravilloso para la nueva evangelización?", según contó el padre Rafael Higueras, quien conoció personalmente a Lolo, lo acompañó los últimos nueve años de su vida celebrando la Eucaristía en su casa, y estuvo presenten en el momento de su muerte mientras rezaba el Ave María.

Para Lolo fue fundamental una peregrinación que realizó a Lourdes en 1958, donde dijo a la Virgen María "te ofrezco la alegría. Bendita alegría". "Allí, en el tren lleno de enfermos, pensó que no podía perderse tanto caudal de redención como el dolor de quienes sufren", dijo el padre Higueras.

"A la vuelta de Lourdes, en el andén del tren en Madrid –cuenta su postulador– se encontró con los fundadores de PPC, la editorial de Propaganda Popular Católica, de la que surge Vida Nueva. Con algunos de estos enfermos fundó el primer grupo. Durante unos meses dudaron qué nombre ponerle. Lo pusieron Sinaí en recuerdo con el éxodo Moisés que alzaba los brazos al cielo", dijo.

Esta asociación está conformada por pequeños grupos de 12 enfermos quienes junto con un monasterio se dedican a orar y a ofrecer el dolor por los medios de comunicación. Lolo les escribía a través de una revista mensual que llevaba su mismo nombre.

El padre Flores dijo que a pesar de que cada vez estaba más débil físicamente, "encontrarlo era un oasis de paz, de vida interior, de fe y esto ha supuesto una huella intensa". Sobre la enfermedad y su aparente inutilidad a los ojos del mundo, Manuel Lozano Garrido escribió: "…tenemos reservada para nosotros una empresa muy grande: ayudar a los hombres a salvarse, unidos a Ti… Haz, Señor: que conozcamos nuestra vocación y su sentido íntimo… Recoge, Señor, como un manojo de lirios en tus manos clavadas, nuestra inutilidad, para que le des una eficacia redentora universal".

Los vídeos de la presentación de la beatificación y del perfil testimonial

 

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