Los 33 mineros rescatados en Chile dan gracias a Dios en público por el milagro que han vivido

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* ¡Gracias Señor!, rezaba la camiseta que portaban todos en la parte delantera y  cuando se daban la vuelta para abrazar a sus familiares, se  leían las pala bras del salmista “En sus manos están las simas de la tierra, y suyas son las crestas de los montes” (Salmo 95,4)

* La fe y la oración son la base del éxito del estadounidense Greg Hall, el ingeniero que ha dirigido las operaciones de perforación para sacar a los atrapados, que se considera "devoto católico" y será ordenado diácono permanente el próximo febrero

mineros_rescatados_3.jpg16 de octubre de 2010.-   Durante el rescate de los 33 mineros, a boca de mina, no hubo una palabra más pronunciada que esta: Dios. Hasta el presidente Piñera la invocó varias veces. La Iglesia se mantuvo en vigilia, en un segundo plano, en muchas iglesias del país, orando por el buen éxito de la operación San José. La Conferencia Episcopal chilena calificó este día como “una jornada de Pascua”. La palabra “Dios” se pronunciaba con fuerza en el campamento Esperanza cuando los mineros salían a la superficie. La señal de la cruz en la frente y la oración agradecida marcaron el miércoles 13 de octubre, en una operación San Lorenzo, que duró la mitad de lo programado. Al ver, el éxito del feliz viaje de ida y vuelta de la cápsula Fénix 2 y el buen comportamiento del ducto abierto por la tuneladora en roca viva, cada rescate acortaba minutos.

Han salido uno a uno, los trabajadores atrapados en la Mina San José, observados por mil millones de espectadores de todo el mundo. Todos, con la misma camiseta: "¡Gracias Señor!" y en el reverso un versículo bíblico. Lo que ya se ha dado en llamar el “milagro de Copiapó” es aseguran los observadores un milagro técnico, de humanidad, y ¿por qué no? de la fe.

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( Agenciasmineros_rescatados_1.jpg / Escuchar la Voz del Señor) Cuando los rescatados salen, como en un “parto” de la tierra, sus camisetas dicen “Gracias Señor” y, cuando se dan la vuelta para abrazar a sus familiares, podemos leer las palabras del salmista “En sus manos están las simas de la tierra, y suyas son las crestas de los montes” (Salmo 95,4).

Varios mineros que emergían de la roca, en este segundo nacimiento, hacían gestos de acción de gracias a Dios: Mario Gómez, se arrodilló en oración, nada más salir de cápsula salvadora. Era el mayor de los mineros y tenía problemas de salud. “Nunca perdí la fe” les dijo a Evo Morales y Sebastián Piñera, presidentes de Bolivia y Chile.

Otro, más expresivo, Mario Sepúlveda, como un moderno jacob, confesó su lucha interior: “Estuve con Dios y con el diablo y me he peleado. Me ganó Dios, me agarré de la mejor mano, y en ningún momento titubeé de que Dios me iba a sacar”.

El minero más jóven Jimmy Sánchez dijo: "No somos 33 somos 34, Dios está con nosotros".

Uno de los rescatadores, ante los presidentes Piñera y Morales, que abrazaban a cada uno de los rescatados, declaró: “Pedí a Dios que me diera la oportunidad de estar en el equipo de rescate. Estoy participando al cien por cien y con esto sólo estoy orgulloso. Por haber aportado este granito de arena”.

En un pueblo naturalmente religioso como el latinoamericano, los gestos de petición de fortaleza y esperanza a Dios y a su madre María que se han visto estos días son innumerables.

mineros_rescatados_2.jpgPero el milagro reside también en los lazos humanos que, a pesar de los momentos de tensión, lograron crear los mineros entre ellos. Carlos Mamani, el trabajador boliviano al que Evo Morales ofreció un avión para regresar inmediatamente a su país, agradeció el gesto, pero dijo preferir quedarse las 48 horas siguientes con sus compañeros en el hospital, y permanecer unido a ellos.

Varias familias procedían de la misma población Tierra Amarilla, entre ellas la de Carlos Barros. Un familiar le decía al salir: “Te hice oración, participé en la velaton [vigilia con velas encendidas]”. Se refería a la velada con la que los mineros se despidieron del lugar la víspera de su rescate.

El mismo Sebastián Piñera, Presidente de Chile, decía al hijo de uno de los mineros, Víctor Zamora: “Con tus oraciones, con tu fe, tú rescataste a tu papá”.  "Dios estuvo con nosotros en este momento" fueron las palabras del presidente chileno en una de sus alocuciones, quien también añadió en su discurso frases como: "Dios nos probó, pero no nos puso una prueba que no pudiéramos sobrellevar". Después de referirse a los pasados terremotos y maremotos que azotaron el país afirmó: "Quiero decirle a Dios que Chile ahora está preparada para algo grande".

La fe del ingeniero futuro diácono

Greg Hall es el dueño de la empresa Drillers Supply International, responsable de la perforación que ha permitido el rescate de los 33 mineros atrapados en un yacimiento chileno. Este ingeniero estadounidense, que se confiesa un devoto católico, asegura que la fe para superar los obstáculos y la oración cotidiana fueron las claves del éxito de su misión.

Hall, que el 12 de febrero será ordenado diácono permanente, expresó su emoción a la cadena Fox. "Ha sido un arduo trabajo pero vale la pena porque ahora estos 33 mineros se pueden reunir con sus familias. Es impresionante ver cómo en el lugar en donde pasé tanto tiempo y puse tanto esfuerzo estos mineros están saliendo, es un sentimiento maravilloso", indicó.

el_ingeniero_greg_hall.jpgLa empresa de Hall opera en Chile desde hace más de 20 años y se especializa en perforaciones en roca dura. El Ministerio de Minería de Chile la eligió para perforar el túnel de 622 metros por que el salieron los mineros como parte del llamado "Plan B".

El ingeniero explicó que trató de mantenerse al margen de los mineros de manera afectiva para no perder la concentración en una tarea tan complicada, pero siempre recibió el agradecimiento de los familiares apostados en el campamento Esperanza.

Su esposa Angélica comentó que sintieron el "peso del mundo" sobre sus hombros cuando supieron que su empresa sería la encargada de la tarea. "Todo lo que sabían sobre estos procedimientos tuvo que cambiarse porque era la primera vez que taladraban para rescatar vidas humanas. La perforación tenía que ser muy precisa, muy cuidadosa para que no se originara un derrumbe. Ha sido muy tenso. Pero también ha sido todo muy emotivo, ha involucrado mucha oración, muchas capacidades, mucho planeamiento y preparación, para hacer las cosas lo más perfectas posibles", añadió.

Hall conserva como recuerdo de su misión una carta en la que los mineros "básicamente me dicen gracias por el plan B. Gracias por no desfallecer. Es algo que voy a atesorar por siempre".

El ingeniero explica que no ha sido este trabajo lo que le ha ayudado a crecer en la fe, sino la fe la que lo ha sostenido durante este proceso al que considera "de lejos, la tarea más difícil técnicamente para una perforación. Esos momentos en los que todo parecía fallar eran momentos para la oración".

Chile y el mundo entero han vivido esta jornada pascual, dando gracias, por los “resucitados” que volvieron a la Vida. Este punto del desierto de Atacama, lleno de gestos de amor, fe y esperanza, se ha convertido, entre el 5 de agosto y el 13 de octubre, en un lugar teológico del encuentro con Dios.

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