Verónica Williams: «No hay mayor felicidad que el hecho de que nuestros hijos conozcan a Dios»

Es la fundadora de Mothers´ Prayers, Oraciones de madres, que han extendido centenares de grupos de oración por más de 90 paises en los que mujeres se reunen a rezar por sus hijos
26 de octubre de 2010.- En 1995, la vida de Verónica Williams estaba marcada por la preocupación por sus hijos y sus nietos. Pero vio que su caso no era único, y formó un grupo de cristianos que llevó al Parlamento británico el análisis Qué estamos haciendo a nuestros hijos, sobre la dolorosa realidad de problemas como las drogas, la violencia, el materialismo… No hubo respuesta. En la mente de Verónica surgió la pregunta: «¿Qué puedo hacer ahora?» El Espíritu Santo respondió: «Reza por ellos». La receta es muy simple: dejar que sea Él Quien se ocupe de esos problemas que tanto nos agobian.
(Teresa Ekobo / Alfa y Omega) A finales de 1995, ella y otras cuatro mujeres de su entorno se juntaban con regularidad a orar por su vocación de madres y por la felicidad de sus hijos. «Y no hay mayor felicidad que el hecho de que nuestros hijos conozcan a Dios», reconoce. Hoy en día, los grupos de Mothers´ Prayers (Oraciones de madres) se cuentan por centenas y se extienden por más de noventa países. En cada grupo, hay de dos a ocho madres, no más. «La intención es favorecer que cada mujer tenga la confianza de poner ante el Señor aquello que le preocupa. Cuando el dolor de esas madres se queda dentro, se enquista. Es necesario compartirlo con los demás y, sobre todo, con Dios».
Grupos para confiar a Dios los problemas
La confidencialidad respecto a lo que se comparte en el grupo es una máxima, pero hay otra regla no menos importante: «En los grupos no se dan consejos. Todos los problemas, las preocupaciones se ofrecen a Dios para que sea Él quien lleve nuestras cruces. Dios nos llama a ser niños, para que como niños nos confiemos a Él. En esta confianza, en esta oración, Él ha ido sanando nuestros corazones, y los corazones de nuestros hijos».
Comenta un ejemplo curioso: «Yo siempre he rezado por mis hijos, igual que muchas personas. Pero a veces, en oración, ofrecemos a Dios los problemas con una mano y, cuando terminamos, con la otra mano nos los llevamos de nuevo con nosotros, y por eso empezamos a organizar planes para solucionarlos. De lo que se trata es de ofrecer al Señor las preocupaciones en una petición que nos permita abandonarnos y seguir amando».
Unidas en oración, salvamos a nuestros hijos reza el lema que hay en la portada del diminuto libro donde se recoge el método a seguir en las Oraciones de madres. En su primera página, un par de versículos de Jeremías (31:16-17): «Deja de llorar y enjúgate las lágrimas. Todo lo que has hecho por tus hijos te será recompensado. Volverán de la tierra del enemigo. Hay esperanza en tu provenir. Tus hijos volverán al hogar. Lo digo Yo, el Señor».

Madre de tres hijos, abuela de diez nietos y con tres biznietos, Verónica Williams ha ido haciendo camino paso a paso en Oraciones de madres; incluso llegó a vender su casa para reunir dinero con el que fundar la sede de la entidad. Lo que parecía una locura, ha dado muchos bellos frutos. También en España, país que acaba de visitar para reunirse con mujeres que forman las Oraciones de madres españolas y otras que se han acercado a conocer los grupos.