Kent Shi, chino estudiante en Harvard, fue invitado a una Adoración Eucarística: «Vi que Jesús siempre ha estado a mi lado sin saberlo y decidí bautizarme y confirmarme»

* «La presencia, y especialmente la cercanía del Cuerpo de Cristo durante la adoración, fueron algo increíble y excepcional en mi vida. Te miento si te digo que no me costó amistades poténciales, intereses románticos, y más; pero negarle me costaría mucho más. Me di cuenta que Jesús estuvo allí en momentos difíciles, especialmente en horas en las cuales pensaba que todo el mundo se ha olvidado de mí. Nadie ni nada puede estar allí por mi como Jesús. Y si no tuviese a Jesús, no tendría nada ni a nadie en el que puedo confiarme»

Camino Católico.- Todo comenzó cuando un amigo le invito a una Adoración Eucarística. “Pensé, ¿por qué no? Estaba libre aquella tarde”. Lo cierto es que pasados unos meses, Kent Shi, de 25 años, originario de China, aunque ha viajado por tres continentes, estudiante en Harvard de un Máster en Política Pública, se ha bautizado, confirmado y recibido la primera comunión de la mano Cardenal Sean Patrick O’Malley y del párroco Patrick Fiorillo. Dios se sirve de estas intrepideces y de la falta de respetos humanos. Así, sencillamente, con el arrojo de un joven católico invitando a adorar al Santísimo a un amigo chino que no practicaba ninguna religión. Kent Shi nos cuenta cómo fue ese encuentro con el “Cuerpo de Nuestro Señor”, y también qué va a pasar ahora. De momento, profundizar más en Cristo “y ser utilizado por Dios como instrumento de conversión y consolación de varias personas en mi vida”. También le encantaría “encontrar un amor y tener una familia. Sin embargo, también me atrae la vocación del sacerdocio”. La entrevista, que publica Fernando de Navascués en Religión en Libertad, finaliza pidiendo oraciones.

– ¿Cómo conociste la Iglesia Católica? ¿Qué sabías de ella?

Kent Shi recibiendo el sacramento del bautismo

– Bueno, crecí creyendo en estereotipos escandalosos que fueron propagados por mi formación y la cultura popular. La verdad es que durante años, aceptaba la demonización de la Iglesia católica.

Luego, conocí e hice amigos con unos católicos practicantes y me preguntaba: ¿cómo que estos católicos que evitan los vicios comunes son tan divertidos? ¿Por qué me caen tan bien, aunque viviéramos de distintas maneras? 

– ¿Fuiste educado en alguna religión? ¿Ibas buscando algo para tu vida espiritual cuándo te encontraste a Cristo? ¿O fue de imprevisto?

– Nunca fui ateo, pero crecí en un ambiente muy laico. Vivía tratando de lograr tener las cosas que están en moda. A primera vista mi vida fue en orden: formación en instituciones prestigiosas, amistades con gentes interesantes, experiencias divertidas y miles de seguidores en Instagram. Pero la verdad es que fui infeliz. No sabía cómo podía encontrar una razón para vivir. No podía mantener relaciones románticas serias. No sentía la motivación de levantarme cada mañana. Estaba buscando una solución de mi crisis existencial.

Un día decidí mirar unos vídeos en YouTube para encontrar ayuda. Si mi memoria no me falla, un vídeo sugerido fue de un canal cristiano. Lo miré, y seguí mirando más vídeos sugeridos, muchos de ellos fueron cristianos. En unas horas, me di cuenta que Jesucristo es la verdad, y mi sufrimiento fue el efecto de no conocer ni seguir la verdad.

– Un amigo te invitó a una adoración al Santísimo y le dijiste que sí ibas. ¿Qué pensaste cuando te invitaron?

– Pensé que ¿por qué no? Estaba libre aquella tarde.

– ¿Sabías qué era una adoración?

– No sabía nada de lo que era una adoración, pero gracias a Dios que tenía mi mente abierta.

Kent Shi, el segundo por la derecha, junto a otros jóvenes que también recibieron los sacramentos.

– Y ¿cómo fue ese encuentro con Cristo? ¿Te costó decirle que “sí”?

– La presencia, y especialmente la cercanía del Cuerpo de Cristo durante la adoración, fueron algo increíble y excepcional en mi vida. Te miento si te digo que no me costó amistades poténciales, intereses románticos, y más; pero negarle me costaría mucho más. Me di cuenta que Jesús siempre ha estado a mi lado aunque no lo supiese. Me di cuenta que Jesús estuvo allí en momentos difíciles, especialmente en horas en las cuales pensaba que todo el mundo se ha olvidado de mí. Nadie ni nada puede estar allí por mi como Jesús. Y si no tuviese a Jesús, no tendría nada ni a nadie en el que puedo confiarme.

– Provienes de una cultura oriental: ¿hay mucho contraste con el cristianismo?

– La verdad es que no tengo mucha conexión con la cultura asignada. Sin embargo, habiendo vivido en tres continentes, puedo decir con gran confianza: la cultura laica domina muchas partes del mundo. Da igual la etnia o el país, la mayoría de la gente del mundo busca placeres rápidos en lugar de la felicidad duradera; la popularidad en lugar del amor verdadero; relaciones reemplazables en lugar de amistades reales; la ilusión en lugar de la verdad; e ídolos falsos en lugar del Dios verdadero.

Digo, que la cultura en la que vivimos todo el mundo, da igual el continente o la herencia, hay mucho contraste con el cristianismo.

– ¿Qué es lo que más te atrae de la Iglesia católica?

– La presencia del Cuerpo de Nuestro Señor; la herencia rica que duró casi dos milenios desde que San Pedro el apóstol recibió la llave.

– Tu familia, ¿cómo ve este paso que has dado?

– Aunque no sea católica (todavía no, por favor, ¡rezad por ellos!), me han apoyado mucho.

– ¿Cómo has vivido el proceso de formación y tu experiencia de fe durante estos meses? Supongo que la oración ha sido algo fundamental. ¿Cómo es tu oración?

– El Rosario cada día me ha resultado absolutamente tremendo, tanto como la misa durante la semana. La verdad es que orar por otra gente, amigos, conocidos, extranjeros, queriendo lo mejor por ellos, me ha ayudado con la oración diaria. Quisiera hacer más oración mental y hacerla bien, para poder escuchar a la voz de Dios mejor.

– Has seguido un proceso de formación propio de Estados Unidos, y que se llama RICA (Rito de Iniciación Cristiana para Adultos). ¿En qué ha consistido?

– Bueno, durante unos meses, teníamos clases cada sábado durante el semestre de Harvard (con la excepción de vacaciones) y nos enseñaba el contenido del catecismo, las creencias de la Iglesia, las tradiciones, la historia, y las razones filosóficas tras las costumbres. Una familia local (las hijas trabajan en la iglesia) nos cocinaba casi cada sesión con cenas deliciosas. Las conversaciones y amistades han sido increíbles.

– Bueno, ya estás bautizado y confirmado, ¿y ahora cómo vas a vivir tu fe en el mundo? ¿Va a cambiar algo? ¿Dios te llama a algo especial?

– Quiero ir a misa lo más frecuente posible, seguir rezando el rosario y otras devociones, mejorar la oración mental, y lo más importante, quiero que Dios me utilice como instrumento de conversión y consolación de varias personas en mi vida.

Me encantaría encontrar un amor y tener una familia. Sin embargo, también me atrae la vocación de sacerdocio. Todo depende de lo que me llame Dios, aunque todavía no me quede tan claro. Así que por favor, rezad por mí.


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