Álvaro Serrano, ingeniero aeronáutico que tenía novia, lo dejó todo y es sacerdote: «Estoy haciendo lo que Dios quiere. Soy todo tuyo, ya no tengo nada y aquí estoy para ti»

*  «Cuando la persona es autosuficiente o tiene algo en lo que apoyarse que no sea el Señor, se va a apoyar en eso. Pero cuando no tiene nada, es cuando solo está el Señor y es cuando la fe se abre y por fin descansas. Descansas ahí, en el Corazón de Jesús y dices: ‘Mira, soy pobre pero te tengo a Ti’. Y ahí es cuando el Señor se muestra inmenso y te coge y te abraza. Ya no tienes escudos ni soporte»

Vídeo del testimonio de Álvaro Serrano Bayan en Mater Mundi en enero de 2024

Camino Católico.- Álvaro Serrano Bayan tiene 37 años. Nació en Talavera de la Reina (España), pero es de un pueblo cercano donde ni siquiera había hospital, llamado Castañar de Ibor. Crece en una familia humilde y con fe. Y desde este pequeño pueblo, gracias a su esfuerzo y sus dones, acaba en un puesto de ensueño. Joven, con talento, muy arriba en una gran empresa, con dinero, una casa estupenda y la posibilidad de viajar a todas partes. ¿Un sueño verdad? Pues Álvaro renunció a todo, se fue al seminario y fue ordenado sacerdote  el 18 de junio de 2022, enuel Monasterio de Guadalupe (en Cáceres, Extremadura) y cuenta su testimonio a Mater Mundi.

De niño a Álvaro le encanta jugar con dos cosas: con aviones y con obleasSu sueño es volar, pero por otro lado, juega a ser cura. Él mismo dice, que «la vocación está inscrita en nosotros desde que nacemos», asegura en una entrevista en Aleteia.

Empieza disfrazándose de sacerdote y leyendo vidas de santos. Después es monaguillo, monitor de campamentos, catequista y acólito de mayor.

Álvaro Serrano con 18 años empieza a tener claro que quiere irse al seminario haciendo el Camino de Santiago / Foto: Álvaro Serrano

En un Camino de Santiago con 18 años empieza a tener claro que quiere irse al seminario, pero también quiere estudiar. «Saqué una buena nota y pude elegir estudiar Ingeniería aeronáutica en Madrid».

Una carrera que no es poca cosa, una novia con la que está cinco años, ¿qué más se puede pedir? “Llegó un momento en el que le dije a mi familia que me quería ir al seminario. Pero mi familia me dijo que acabara la carrera. Porque podía parecer que huía del compromiso, que como era una carrera de alta exigencia trataba de escapar”.

Su vocación está presente también en la universidad. Continúa con las cosas claras, con su vida de fe de toda la vida, trata de ayudar en la Universidad, trabaja acogiendo a los nuevos alumnos… Hasta que llega el “sueño de cualquiera”.

A Álvaro Serrano le contrató iberia y tuvo el trabajo de sus sueños que le gustaba mucho / Foto: Álvaro Serrano

El ‘sueño’

Que estudies aeronáutica y te contrate Iberia antes de terminar la carrera, es como si juegas en el equipo de tu pueblo y que te contrate el Atlético de Madrid. Siendo muy joven, sin haber acabado los estudios, trabaja en una de las compañías aéreas más importantes de España. Pero es que además, dos años después, entra en un proyecto de jóvenes talentos.

Álvaro aprueba y con nota, y le conceden un puesto dentro de la compañía. “Era un trabajo apasionante, tenía reuniones con el presidente de Iberia cada 3 o 4 meses, tenía un sueldo excelente, un piso de 130 m2, piscina… y encima tenía billetes gratis para viajar a cualquier parte del mundo”. En menos palabras: el sueño de cualquiera.

“Viajaba a menudo, en mi tiempo libre además era mago profesional, con una mánager y todo. Iba a teatros, salas de magia, tenía página web…”  Con 30 años, Álvaro se encuentra que lo tiene todo: dinero, un hogar, un buen puesto y toda la vida por delante.

“Mi jefe confiaba en mí, tenía un montón de trabajo y yo disfrutaba con ello. Yo era de las personas que decía: ‘¡Por fin es lunes!’. Me encantaban los aviones, volar…” Uno de sus sueños de niño, se ha cumplido.

A pesar del éxito, Álvaro sigue con su vida normal: “Yo no derrochaba dinero y seguía mi vida normal. No era una vida de lujo, ayudaba a mi familia, si tenía que dar algo a la Iglesia se lo daba, seguía siendo monitor y monaguillo…”

Un día se reunía con el presidente de una de las compañías más importantes de España, y al siguiente estaba tirado en el barro jugando con los niños del campamento.

Cuando era seminarista de Toledo, en plena pandemia del Covid-19, Álvaro Serrano Bayan, creó la web misaencasa.com. Foto: Álvaro Serrano

La decisión

Pero había algo que fallaba. “Yo sabía que no estaba haciendo lo que Dios quería. Todo era muy bonito y había cumplido lo que me había propuesto. Pero, ¿y el Señor que quería de mí? Yo me iba a la cama diciendo:Genial, todo perfecto pero aquí falta algo’. Me faltaba el sentido. Yo sabía que tenía que compensar al Señor”. Por eso con 30 años Álvaro empieza a tomar una de las decisiones más importantes de su vida -sino la que más-. Después de un año de dirección espiritual y de discernimiento, Álvaro decide renunciar a todo lo que tiene. Álvaro elige dejar los aviones, y ser sacerdote. Pero su decisión es tomada participando en un acto promocional.

Un sábado cualquiera ya en su último año de carrera, le dio por apuntarse a un evento promocional que se organizaba en su Universidad: había que encestar una canasta de baloncesto desde la mitad de la cancha. Aquella iniciativa se había repetido ya durante 4 años. Nadie había encestado. Su nombre salió entre unos 5.000 candidatos. Le tocó tirar el tercero. Y encestó.

Poco antes de su turno para tirar, se había retirado en oración. Y no es que desafiara a Dios. Álvaro solo le pedía una evidencia, algo contundente para salir por fin de dudas, aclarar la sospecha de algo que le perseguía desde niño: Y se dio la parábola en un lanzamiento técnicamente imperfecto, pero con el resultado perfecto. Encestó, y Dios se quedó con él.

Entró finalmente en el Seminario Mayor de Toledo. Con 30 años y con una vida totalmente “enfilada” hacia el éxito (según los cánones sociales de hoy), lo dejaba todo para ser sacerdote. Pero Dios también se ocupa de poner orden en medio de un conflicto así.

Un día, Álvaro entra en el despacho de su jefe -de Jesús- y le dice que se va al seminario. “Fue muy gracioso porque me dijo: ‘Ah vale, genial. ¿Cuántos días vas a estar? Pero, ¿de qué es el seminario? ¿De Airbus?’ Y le digo: no, que me voy al seminario, no a ‘un seminario’. Me voy a ser cura”. Cuando se lo dijo a los de recursos humanos le preguntan si ha hablado con su jefe. Él responde: sí, ya he hablado con Jesús. “Pero… ¿con Jesús Dios o con el jefe?”.

Álvaro Serrano con sus padres que  lo pasaron fatal cuando decidió entrar en el seminario / Foto: Álvaro Serrano

El seminario

Su renuncia empieza a ser evidente desde el principio. El primer golpe es el impacto que provoca esta decisión en su familia. Algo que le hace sufrir: “Fue un momento duro. Mis padres lo pasaron fatal y yo también lo pasé mal, porque es una decisión muy importante. Ellos se portaron muy bien y me ayudaron en todo pero comprendo esa vida de lucha para que tu hijo llegue a dónde está y que de repente renuncie a todo. Pero siempre me han apoyado independientemente de que lo estuvieran pasando mal”.

Álvaro Serrano deja su ‘vida perfecta’, para ingresar en el seminario de Toledo, su diócesis. Al principio, le cuesta amoldarse: “Los horarios, volver a las clases otra vez, volver a estudiar… Además tenía que estudiar letras y yo soy de ciencias. Para mí eso era complicadísimo. Lo mío es la lógica, las fórmulas”.

Pero con esta decisión importante y difícil, al mismo tiempo viene también la paz: “Una vez que entré en el seminario, estaba completamente tranquilo. Cuando me iba a acostar decía: ‘¡Qué bien, estoy haciendo lo que Dios quiere!’. Qué bien esos momentos con el Santísimo. Ya soy todo tuyo, ya no tengo nada y aquí estoy para ti y esos son los momentos más bonitos”.

“Cuando la persona es autosuficiente o tiene algo en lo que apoyarse que no sea el Señor, se va a apoyar en eso. Pero cuando no tiene nada, es cuando solo está el Señor y es cuando la fe se abre y por fin descansas. Descansas ahí, en el Corazón de Jesús y dices: ‘Mira, soy pobre pero te tengo a Ti’. Y ahí es cuando el Señor se muestra inmenso y te coge y te abraza. Ya no tienes escudos ni soporte”.

Álvaro Serrano a la izquierda con compañeros suyos / Foto Álvaro Serrano

El proyecto: Misa en Casa

Álvaro Serrano sigue en el seminario. Ya no viaja, ni tiene dinero, ni un piso de 10 m2 en Madrid… Pero está en paz. Eso sí, Álvaro sigue siendo Álvaro. Entre examen y examen, en el seminario, Álvaro ha creado una página web llamada  ‘Misa en Casa’.  Una respuesta para tantas personas que no han podido ir a misa durante este confinamiento por el coronavirus.

“Al principio había cinco parroquias, dabas al botón y entrabas a ver la misa. Fue una idea para que la gente mayor pudiera ver las misas durante el confinamiento”. Cuando Álvaro le presenta el proyecto a Don Carlos Loriente, “le gusta mucho y se lo presentamos al vicario Emilio Palomo”. De esta forma ‘Misa en Casa’ llega hasta el arzobispo de Toledo Francisco Cerro. “Le gusta mucha la idea e impulsa este proyecto. Desde la diócesis nos ayudan mucho”. A pesar de no saber cómo hacer llegar esta idea a las personas, gracias a Francisco Pacheco y Matilde de la Torre, el proyecto se expande.

“Empezaron a llamarme parroquias, ¿oye podría aparecer mi parroquia? Se va enterando la gente, se empieza a divulgar… Y llega un momento que llegamos a 115 parroquias. El domingo teníamos misa cada 15 minutos”. Una vez terminada la suspensión de las misas públicas, Álvaro asegura que siguen adelante con el proyecto, para responder a las necesidades de personas que por la razón que sea, no pueden acudir a misa. Además el crecimiento de misaencasa.com ha hecho que se añadan otras ideas como la de diferentes vídeos de formación, colaboraciones con sacerdotes en Youtube…

Álvaro Serrano en el momento de su ordenación sacerdotal ,el 18 de junio de 2022, en en el Monasterio de Guadalupe (en Cáceres, Extremadura / Foto Álvaro Serrano

Ordenación en el Monasterio de Guadalupe bajo el manto de la Virgen

Álvaro Serrano fue ordenado sacerdote el 18 de junio de 2022, en un marco incomparable como el Monasterio de Guadalupe en Cáceres, Extremadura, “casualmente” en pleno Año Jubilar y bajo el manto de la Virgen que tantas veces le amparó en la oración, en el llanto, en la súplica y en el agradecimiento.

Ahora, este sacerdote rural es feliz desempeñando en dos pequeños municipios de la Diócesis de Toledo en la provincia de Badajoz.

Ahora sí “lo tiene todo” y su mayor ilusión y responsabilidad es acompañar a la gente a volar hacia Dios, porque solo nos juzgarán por el amor. “Ahí está la salvación”, dice firme el padre Álvaro Serrano.

Álvaro Serrano en la plaza de San Pedro del Vaticano con familiares / Foto Álvaro Serrano

Publicado originalmente en  Camino Católico en junio de 2020 y actualizado


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Fuente:Aleteia
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