Asia Bibi, condenada a muerte, pasa su quinta Navidad en la cárcel: «Espero que el día del nacimiento de Cristo traiga felicidad y libertad a mi vida, que traiga paz al mundo»

* «Navidad no significa tener un vestido nuevo o celebrar una fiesta con un baile. Significa compartir el propio amor con todos los necesitados. Sufro porque pasaré la quinta Navidad en la cárcel, lejos de mi familia. Espero y rezo por que los cristianos pasen la Navidad en compañía de sus seres queridos: que Dios mantenga unida su familia. Es el don más hermoso que puedan recibir»

* «A Papa Francisco y a todos los cristianos del mundo me gustaría decirles: les ruego, acuérdense de mí en sus oraciones. Creo firmemente que su oración podría ayudarme para que pueda saborear nuevamente el don precioso de la libertad»

22 de diciembre de 2014.- (Paolo Affatato /  Vatican Insider / Camino católico)  No pide que Papa Francisco haga llamados públicos; le pide solo oraciones. Y, en el sufrimiento de una vida en reclusión, hace notar con amargura que muchos abusan de su nombre por interés personal. Asia Bibi, la mujer cristiana de 44 años condenada a muerte por blasfemia en Paquistán en 2009, rompe el silencio y acepta hablar con Vatican Insider, mediante la Renaissance Education Foundation de Lahore, que se ocupa en la actualidad de su familia y de su asistencia legal.

La campesina del Punjab fue encarcelada «por un vaso de agua», después de una discusión con dos mujeres musulmanas que la acusaron falsamente. Este año pasará su quinta Navidad en la cárcel y nos cuenta su vida tras las rejas, sus angustias y esperanzas. Está esperando en el brazo de la muerte desde hace más de cinco años y en la actualidad se encuentra en la cárcel de Mutlan.

Asia se ha aferrado a su Biblia y a su profunda fe, confiando más en la providencia de Dios que en la justicia paquistaní. Sin embargo, después de la sentencia de su suerte, esperará con paciencia y acogerá serenamente el juicio del proceso en tercer grado, que acaba de comenzar en la Suprema Corte de Paquistán. Esperando el anhelado milagro de su liberación.

Asia, ¿cómo se encuentra de salud y cuáles son sus condiciones en la cárcel?

-Me siento bastante bien, estoy bien en el nombre de Cristo, considerando lo que puede ser la vida en una prisión. En la cárcel me cuidan y me tratan bien, sobre todo, creo, porque mi caso es conocido a nivel internacional.

¿Cómo pasa sus días?

– Comienzo el día en el nombre de Cristo, rezando. Después desayuno y limpio la celda. Pienso en mí, en mi familia, en mis seres queridos y rezo por ellos. Después llega el almuerzo, un paseo y luego la cena. Cada uno de mis días termina dando gracias a Jesucristo, antes del reposo.

¿Lee la Biblia todos los días? ¿Hay algún versículo que le guste repetir en la oración?

– Sí, claro. La Sagrada Biblia es un libro importante para mí. La Palabra de Dios me anima, me da consuelo y luz en tiempos oscuros. Me gusta rezar con las palabras del Salmo 138, cuando dice: «Si camino entre peligros, me conservas la vida, extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo, y tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Señor, tu amor es eterno, ¡no abandones la obra de tus manos!». Así, incluso en las horas de angustia, mi corazón encuentra la paz.

¿Cuál es su deseo más profundo, cuando piensa en su familia?

– Lo que espero es poder volver a vivir con mi familia, con mi esposo Ashiq y con mis cinco hijos. Pienso constantemente en ellos y me hacen mucha falta, sobre todo en estos días, mientras todos se preparan para festejar la Navidad.

¿Cómo vivirá la Navidad? ¿Qué significa para usted?

– Espero que el día del nacimiento de Cristo traiga felicidad y libertad a mi vida, que traiga paz al mundo y sobre todo a Paquistán. Navidad no significa tener un vestido nuevo o celebrar una fiesta con un baile. Significa compartir el propio amor con todos los necesitados. Sufro porque pasaré la quinta Navidad en la cárcel, lejos de mi familia. Espero y rezo por que los cristianos pasen la Navidad en compañía de sus seres queridos: que Dios mantenga unida su familia. Es el don más hermoso que puedan recibir.

¿Qué piensa sobre el proceso en tercer grado, que se llevará a cabo en la Suprema Corte?

– Presentamos una apelación y creo que Jesucristo, con su mano potente, me volverá a dar la libertad. Recuerdo la experiencia de San Pedro: mientras estaba en la cárcel, el Espíritu Santo vino y le abrió las puertas de la prisión. Para mi liberación espero un verdadero milagro.

– ¿Quiénes y cuáles organizaciones ayudan a su familia?

– Agradezco a todos, en la comunidad internacional y en las naciones cristianas. Están cerca de mí, con al apoyo de la oración. Pido que todos los que están abusando de mi nombre para intereses personales me dejen en paz. Agradezco a la Renaissance Education Foundation, que siempre está cerca de mí y de mi familia. Los que quieran ayudarme, pueden hacerlo mediante la Fundación.

– ¿Qué le pide a Dios?

– Le pido que perdone a todos los que han usado mi nombre para intereses personales y que vuelva a dar la libertad.

¿Qué le quisiera decir a Papa Francisco y a los cristianos de todo el mundo?

– A Papa Francisco y a todos los cristianos del mundo me gustaría decirles: les ruego, acuérdense de mí en sus oraciones. Creo firmemente que su oración podría ayudarme para que pueda saborear nuevamente el don precioso de la libertad.

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