Damien no sabía amar ni confiaba en nadie, pero fue a un encuentro de jóvenes en Paray-le-Monial y «experimenté que Dios me amaba y creo que Él siempre está conmigo»

* «Me levanté, me acerqué, me puse de rodillas y mirando la Hostia, mirando a Jesús, tuve la impresión de que Jesús me miraba en lo profundo de todo mi ser. Era como si tuviese una máscara que se caía delante de mí, como si tuviese una máscara que yo llevaba frente al mundo y en mi vida siendo cristiano. Dios me miraba en verdad, en lo más profundo de mi ser, me conocía totalmente, y le dije: ‘Señor, no sé qué es lo que quieres para mi vida, pero no consigo tener confianza, no llego a amarme, no confío en los demás. Deposito todo esto a los pies de la Cruz’… Esta experiencia ha cambiado muchas cosas en mi vida»

Camino Católico.- A Damien le sucedió como a muchas personas hoy en día. Decepcionado del ser humano, de sus amigos, de las chicas, de todo lo que le rodeaba «veía que comenzaba a forjar un caparazón para protegerme, me endurecía y no podía confiar en nadie». Buscó formas de llenar el vacío, pero todo seguía igual hasta que le invitaron a un encuentro de jóvenes en Paray-le-Monial donde «experimenté que Dios me amaba y creo que Él siempre está conmigo», explica a Découvrir Dieu en el video traducido por Mater Mundi TV. Damien cuenta así su testimonio en primera persona:

A Damien su encuentro con Cristo le cambió su vida
«No confiaba en mi y en los demás y ahora sé que puedo sacar mi amor y alegría de Dios, he experimentado ser amado por Dios infinitamente»

Desde mi infancia, mi abuela italiana sembró semillas de fe en mi corazón. Rezaba mucho el rosario y a menudo me hablaba de Jesús.

Yo me hacia una pregunta con fuerza en mi corazón: “¿Cómo tener confianza en el ser humano y qué es lo que llenará mi corazón? Me había decepcionado bastante al crecer por el ser humano. Hubo muchas cosas que me decepcionaron en las amistades, en las chicas, veía que comenzaba a forjar un caparazón para protegerme, me endurecía y no podía confiar en nadie.

Quería llenar un poco este malestar, esta falta de confianza en mí, en el ser humano escuchando mucha música rap, jugando al fútbol en los barrios…

Damien cree ahora que puede sacar su amor y alegría de Dios porque ha experimentado ser amado por Dios infinitamente

Un día un cura me llevó a Paray-le-Monial. Es un lugar donde se reúnen más de 2.000 jóvenes católicos cada verano a orar a Jesús. Estos 2000 jóvenes que estaban rezando, que estaban cantando para Jesús, me desafiaron porque no era una forma de oración que yo conociera como cristiano.

Una tarde hubo una vigilia de oración acompañada de cantos. Podíamos acercarnos al altar, encomendar intenciones, orar por personas de nuestra familia… Sentí que yo también podía dar ese paso, así que me levanté, me acerqué, me puse de rodillas y mirando la Hostia, mirando a Jesús, tuve la impresión de que Jesús me miraba en lo profundo de todo mi ser. Era como si tuviese una máscara que se caía delante de mí, como si tuviese una máscara que yo llevaba frente al mundo y en mi vida siendo cristiano. Dios me miraba en verdad, en lo más profundo de mi ser, me conocía totalmente, y le dije: ‘Señor, no sé qué es lo que quieres para mi vida, pero no consigo tener confianza, no llego a amarme, no confío en los demás. Deposito todo esto a los pies de la Cruz’.

Delante del altar había un pequeño cesto con versículos de la biblia y con fe, cogí un versículo y arriba a señalaba «no tengas miedo, estoy contigo, tú eres precioso a mis ojos y te amo». En ese momento mi corazón se hizo añicos, había forjado un caparazón interior y me conmovió mucho que Dios me amara personalmente. Sabía que Dios nos amaba, pero aquí tuve la experiencia personal de que Dios me amaba y que yo era precioso a sus ojos.

Cuando volví a mi lugar y abrí la Biblia leí un versículo que decía: «en la necesidad has gritado hacia mí y te he escuchado». En ese momento tuve la certeza de que Dios me estaba hablando a través de la Biblia.

Esta experiencia ha cambiado muchas cosas en mi vida. Ahora sé que puedo sacar mi amor y alegría de Dios, he experimentado ser amado por Dios infinitamente y creo profundamente que Dios siempre está conmigo. Es genial porque tengo confianza en el porvenir y me siento enviado para hablar de ello a los demás. Es un tesoro que hw tenido como experiencia y lo debo compartir, porque es enorme.

Damien


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