El cardenal cubano Ortega revela palabras de Bergoglio en el pre cónclave, que pudieron ser decisivas para su elección: »La dulce y confortadora alegría de evangelizar»

El hoy Pontífice le regaló al cardenal cubano, a petición de este, un manuscrito con una síntesis de su intervención oral, que es la hoja de ruta del nuevo Papa y el cual afirma que la Iglesia «está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias»

28 de marzo de 2013.- (Camino Católico) Durante la homilía que pronunció en la Misa Crismal, primera que celebrara en Cuba tras varias semanas en Roma para despedir a Benedicto XVI y participar en el cónclave que eligió al Papa Francisco, el cardenal Jaime Ortega reveló las palabras del cardenal Jorge Mario Bergoglio en su intervención en la congregación general de cardenales previa al cónclave y que, más tarde, el hoy Papa Francisco entregara por escrito, de puño y letra, al arzobispo de La Habana.

Al referirse al momento de “novedad” que vive la Iglesia por la elección del nuevo sucesor de Pedro al frente de la Iglesia  el cardenal Ortega dijo: “Permítanme que les haga conocer como primicia casi absoluta, el pensamiento del santo padre Francisco sobre esta misión de la Iglesia”, y añadió que lo hacía público con la autorización del propio Francisco. Ante los centenares de fieles que asistieron a la celebración en la catedral de La Habana en la mañana del sábado 23 de marzo explicó que durante una de las reuniones de los cardenales previas al cónclave, “el cardenal Bergoglio hizo una intervención que me pareció magistral, esclarecedora, comprometedora y cierta”.

A continuación leyó íntegramente el texto que le entregara el futuro Papa, donde se recogen en cuatro puntos el pensamiento que el cardenal Bergoglio deseaba compartir con sus hermanos cardenales y que expresa su visión personal sobre la Iglesia en el tiempo presente. El arzobispo de La Habana reveló también en su homilía que, por coincidir con ese pensamiento sobre la Iglesia, preguntó al cardenal Bergoglio tras su intervención si tenía un texto escrito, pues deseaba conservarlo, lo cual este negó.

Pero añadió que a la mañana siguiente, “con delicadeza extrema” le entregó el texto de la “intervención escrita de su puño y letra tal y como él la recordaba”. Entonces, por primera vez, el cardenal Ortega pidió, y recibió, autorización del cardenal Bergoglio para difundir su pensamiento sobre la Iglesia. La segunda ocasión en que solicitó el permiso fue durante un encuentro posterior con el ya electo papa Francisco, quien ratificó su autorización para la difusión del texto, cuyo original guarda el cardenal Jaime Ortega como un tesoro especial de la Iglesia y un recuerdo privilegiado del actual Sumo Pontífice. El texto completo del manuscrito es el siguiente:

La dulce y confortadora alegría de evangelizar

Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia. – “La dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Pablo VI). – Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.

1.- Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.

2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.

3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans, o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.

4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de “la dulce y confortadora alegría de la evangelizar. 

Cardenal Jorge Mario Bergoglio / Papa Francisco

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