El padre Zvonimir emociona al Papa en Sarajevo: “Trataron de hacerme confesar de que por ser sacerdote era un criminal de guerra”

6 de junio de 2015.- (ACI  / Radio Vaticano Camino Católico)  El Papa Francisco tuvo hoy un encuentro con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Sarajevo, durante su visita apostólica a Bosnia-Herzegovina. Un sacerdote y dos religiosos compartieron con el Santo padre su testimonio de fidelidad a Cristo y a la Iglesia Católica en medio de la persecución a los cristianos, durante la guerra en la década de 1990.

Bosnia-Herzegovina sufrió a inicios de la década de 1990 una cruenta guerra, que acabó con más de 97 mil vidas y ocasionó cerca de dos millones de desplazados. Los enfrentamientos tuvieron un motivo principalmente étnico y religioso, entre bosnios (musulmanes), serbios (cristianos ortodoxos) y croatas (católicos).

Los testimonios conmovieron tanto al Papa Francisco que decidió improvisar su discurso, dejando de lado el que había preparado con anterioridad.

El primer testimonio que escuchó el Papa Francisco fue el del P. Zvominir. En el año 1992 fue designado como párroco y se hizo cargo de una comunidad de 50 fieles. Para entonces ya había estallado la guerra en Bosnia-Herzegovina. Aunque muchos le sugirieron escapar, el P. Zvominir se negó porque no quería dejar a sus parroquianos a merced del peligro. Lo mismo hicieron todos los sacerdotes de la diócesis. Ocho de ellos fueron asesinados.

“En la Misa del Domingo de Ramos fui capturado. Me golpearon hasta hacerme perder el conocimiento y trataron de hacerme confesar de que por ser sacerdote era un criminal de guerra, y que todos los demás sacerdotes también lo eran y que nosotros educábamos criminales”.

El presbítero fue torturado por los soldados y recordó que las cadenas le ocasionaron heridas, cuyas marcas todavía conserva, y que a causa de las torturas su salud se debilitó, y fue enviado a un hospital para dejarlo morir. Sin embargo, sobrevivió y fue designado por su Obispo como misionero de guerra.

Debido a las heridas de la guerra sufre de esclerosis múltiple, pero “como dice San Pablo, me glorío de mi debilidad porque mi fuerza está en Cristo”, dijo el sacerdote.

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad