El Papa cumple su sueño de rezar en silencio a solas ante la Virgen de Guadalupe durante 21 después de la misa

El Papa bendijo una corona que llevó para la Morenita del Tepeyac, que se colocó a la izquierda de las flores que depositó Francisco. Lee la oración con que el Pontífice bendijo la corona

14 de febrero de 2016.- (Camino católico)  El Papa Francisco presidió este sábado 13 de febrerouna misa en la basílica de Guadalupe ante más de 37.000 personas, entre ellas muchos enfermos que recorrieron miles de kilómetros.

En la homilía, el Papa afirmó que “María es y será reconocida siempre como la mujer del sí”. También destacó que María quiso visitar a la gente del continente americano en la persona de san Juan Diego. “Esta elección particular, preferencial no fue contra de nadie, sino a favor de todos”, agregó.

Francisco afirmó que en la construcción de un santuario espiritual en la sociedad y las culturas “nadie puede quedar afuera”. “El santuario de Dios son nuestras familias, que nos necesitan para construirse y levantarse, el santuario de Dios es el rostro de tantos que salen a nuestro camino”, indicó.

Mirando la imagen gigante de la Virgen de Guadalupe detrás del altar, adornada con una gran bandera mexicana, el Papa recordó las palabras de María a san Juan Diego: “¿Acaso no soy yo tu madre?, ¿acaso no estoy yo aquí?” y animó: “Anda a construir mi santuario, ayuda a construir la vida de mis hijos, que son tus hermanos”.

La mirada del Papa a la Virgen de Guadalupe protagonizó dos de los momentos de profunda oración: al final de la homilía cuando permaneció en silencio y después al acabar la Misa cuando estuvo 21 minutos a solas en el camarín.  Las dos silenciosas plegarias se recogen en fragmentos en vídeo que ofrecemos.

El Papa Francisco cumplió su sueño de rezar a solas ante la imagen de la Virgen de Guadalupe al entrar en camarín después de la Misa, donde ofreció un ramo de flores amarillas y se sentó a rezar en silencio durante unos 21 minutos ante la imagen de la tilma.

Pocos minutos antes el Papa bendijo una corona para la Morenita del Tepeyac, que se colocó a la izquierda de las flores que llevó Francisco. El Pontífice bendijo la corona de la Virgen con esta oración:

Bendito eres, Señor,
Dios del cielo y de la tierra,
que con tu misericordia y justicia
dispersas a los soberbios
y enalteces a los humildes;
de este admirable designio de tu providencia nos has dejado un ejemplo sublime
en el Verbo encarnado y en su Virgen Madre: tu Hijo, que voluntariamente se rebajó
hasta la muerte de cruz,
resplandece de gloria eterna
y está sentado a tu derecha
como Rey de reyes y Señor de señores;
y la Virgen que quiso llamarse tu esclava,
fue elegida Madre del Redentor
y verdadera Madre de los que viven,
y ahora, exaltada sobre los coros de los ángeles,
reina gloriosamente con su Hijo, intercediendo por todos los hombres como abogada de la gracia
y reina de misericordia.Mira, Señor, benignamente a estos tus siervos que, al ceñir con una corona visible
la imagen de la Madre de tu Hijo,
reconocen en tu Hijo al Rey del universo
e invocan como Reina a la Virgen.Haz que, siguiendo su ejemplo,
te consagren su vida
y, cumpliendo la ley del amor,
se sirvan mutuamente con diligencia; que se nieguen a sí mismos
y con entrega generosa
ganen para ti a sus hermanos;
que, buscando la humildad en la tierra, sean un día elevados a las alturas del cielo, donde tú mismo pones
sobre la cabeza de tus fieles
la corona de la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

C. Amén.

Mientras el Papa estuvo ante la imagen de la Virgen, los obispos mexicanos lo acompañaron desde el altar mayor de la Basílica, y los más de 40 mil fieles que asistieron a la Misa rezaron con él en silencio. Al concluir este intenso momento de oración el Papa tocó la tilma e hizo la señal de la cruz. Luego de la plegaria dieron vivas a la Madre de Dios.

Antes de iniciar su viaje y un mensaje enviado a los mexicanos, Francisco había hecho un pedido especial: “lo que pediría es –pero como un favor, a ustedes– que esta vez, que va a ser la tercera que piso suelo mexicano, me dejen un ratito solo delante de la imagen. Es el favor les pido. ¿Me lo van a hacer?”.

El camarín es un lugar en la Basílica de Guadalupe al que solo algunas personas pueden acceder. Fue construido como una bóveda para custodiar allí la imagen de la Madre de Dios, incluso en casos de siniestros.

Este lugar está protegido por una puerta de seguridad de doble combinación a la cual le sigue una reja con. Cuenta con tres tipos de iluminación, de las cuales las de alógeno siguen en perfecto estado pese a haber sido instaladas hace 15 años.

Todos los días la imagen de la Virgen se custodia en este camarín a partir de las 9:00 p.m.

Ver el vídeo y leer el texto completo de la homilía del Papa en la Basílica de Guadalupe

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