Eva y Pepe, divorciados con hijos, se casaron por lo civil, se convirtieron al Señor y esperaron en abstinencia la nulidad: «El Papa nos dijo: “Sé bien lo que habéis sufrido”»
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información