Flavio Matías, sacerdote que celebra Misa semanal a tribu en la selva del Matto Grosso, asegura a los jóvenes de JMJ y al Papa que «al ayudarles a crecer en la fe, crezco yo también»

30 de julio de 2013.- (13 TV  / Camino Católico) La segunda persona que subió al escenario para dar su testimonio ante el Papa Francisco y los jóvenes, en la Vigilia de Oración de la JMJ, fue Flavio Matias, un joven misionero con sotana, quien relató su experienciacomo «sacerdote en tierras desconocidas», en la selva del Mato Grosso. «He sido testigo de la grandeza y la riqueza de nuestra Iglesia«, proclamó, cuando tuvo que adaptarse a la cultura local«por el bien de la misión y del pueblo, por la dificultad de colaborar sin herir la fe de las personas».

El padre Flavio Matías explicó que todos los jueves dice misa a las 6.15 horas de la mañana a los jóvenes miembros de una tribu. Ellos y él tienen que recorrer kilómetros por la selva para acudir, de ahí que no pueda ser más frecuente.  Pero es«un pueblo sencillo y humilde que por la falta de sacerdotes tienen que luchar para mantener la fe». Es una«Iglesia que sufre»: «Y siento que estoy en el sitio correcto, por la presencia del sacerdote, la presencia eucarística y la presencia de la Palabra. Dios me toca a través de las cosas simples, y eso ha aumentado mi deseo de servir más a la Iglesia. Al ayudarles a crecer en la fe, crezco yo también».

Y concluyó con una frase muy de Francisco y su predicación del olor a oveja: «No hay otra forma de ser pastor que estar con las ovejas. No basta con indicarles el camino, hay que hacerlo con ellas».

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