Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Misa de hoy, martes de la 3ª semana de Cuaresma, 17 de marzo de 2020

17 de marzo de 2020.- (Camino Católico) Homilía del P. José Blanco y lecturas de la Santa Misa de hoy, martes de la 3ª semana de Cuaresma, emitida por 13 TV  desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy presidida por el Papa Francisco en Santa Marta, martes de la 3ª semana de Cuaresma, 17-3-2020

Papa Francisco en homilía en Santa Marta, 17-3-2020: «El Señor nos ayude a bajar la cabeza, a no ser soberbios: perdonar, porque si no perdono, no seré perdonado»

Oración del Papa Francisco a la Virgen del Divino Amor pidiendo «protección» ante el Coronavirus


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Fuente:13 TV
Comentarios 1

  1. Buenos días, D. José,

    Permitame en primer lugar que me presente, mi nombre es Ana y le escribo porque desde que empezó el confinamiento por la pandemia del coronavirus, asisto todos los días a la celebración de la Santa Misa que ofrece 13tv, así como la adoración del Santísimo Sacramento que se realiza después. Para mi es una gran ayuda, es como un alimento diario que ayuda al espiritu a no caer en la desesperación. Si bien estoy sola en este encierro, al escuchar la palabra de Dios me siento acompañana. Este tiempo de encierro me esta ayudando a reencontrarme con la fe y quiero darle las gracias por hacer posible todo ello.

    Usted tal vez se preguntará por qué le escribo estas lineas, cuando son varios los sacerdotes que celebran la Santa Misa diariamente por televisión. Las lecturas de la Biblia y los Evangelios que realizan, ciertamente parecen escogidas a la medida de la situación trágica que vive España estos días. Por eso tras su lectura y su reflexión, una no puede permanecer impasible, es como si una semilla se depositara en el corazón y me impulsara a hacer algo más. El pasado martes 31 de marzo la primera lectura que usted realizó me produjo ese mismo efecto. El pueblo de Israel pecó, y como consecuencia de esos pecados recibió un castigo, pero imploró el perdón a Dios y Dios en su misericordia los perdonó y sanaron de su enfermedad.
    En toda esta tragedia que hoy nos asola veo sin dudarlo la mano de Dios. En España, por desgracia, se han cometido contra Dios, Jesucristo y Nuestra Madre María Santísima muchas humillaciones, bejaciones, insultos y desprecios. Tendencias como el feminismo radical y multitud de colectivos a los que se ha ensalzado y dado poder desde las instituciones se han encargado de ello. Han insultado con total impunidad, sin respeto alguno y sin límite. Somos pecadores, tenemos que reconocerlo y merecíamos un castigo, tal vez para que reconociéramos nuestras culpas, nuestras limitaciones y enmendásemos de esta forma nuestro camino.
    Así como el pueblo de Israel, en su éxodo por el desierto, fue salvado por el estandarte que Dios ordenó hacer a Moises, del mismo modo nosotros tenemos que depositar nuestra fe, nuestra mirada y nuestro arrepentimiento en el estandarte de Jesús que, como usted bien dijo en su homilía, es La Cruz. El estandarte de Jesús es ese ciertamente. Desde que escuché esa lectura y la reflexión que usted hizo, tengo algo rondando mi cabeza día y noche. Y ese algo es lo que me ha llevado a buscarlo por internet y escribirle estas palabras. Creo firmemente que si España, y sus miles de enfermos volvieran sus ojos al estandarte de Jesús, a la Cruz, este Viernes Santo a las 3 de la tarde, cuando Jesús expiró y pidieran misericordia desde el fondo de sus corazones, Dios volvería sus ojos a nosotros y todo esto podría parar. Si todos lo creyésemos con la misma fé una vez más Dios no nos dejaría desamparados.

    Quizá, usted vea esto como algo absurdo inútil o tal vez una locura, pero yo llevo días meditándolo y una voz por dentro me ha impulsado a decirlo.
    Humildemente, poco puedo hacer yo para difundirlo, no tengo medios para ello, por eso pongo esta propuesta en sus manos, como sacerdote usted conoce como hacer llegar esto a las personas apropiadas y que ese día en memoria de la pasión y muerte del Hijo de Dios sean todos los enfermos en sus casas, hospitales, residencias y ucis quienes se encomienden al estandarte de Cristo. Miremos todos, con la humildad de ser pecadores y con la esperanza de su misericordia, hacia la Cruz como la mejor medicina para nuestro cuerpo y nuestra alma.
    Confío en que usted pueda hacer algo. En sus manos dejo este pensamiento.
    Gracias y que Dios los bendiga.

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