Javier Abad, padre de 7 hijos, sufrió un grave accidente y quiere volver a andar: «Te quieres rebelar contra Dios, pero dejo que Él entre en mi corazón y me ayude a superar esto»

* «Fue una pelea interior. Hasta que llegó un momento –que recuerdo perfectamente– en que le dije a Dios: mira, acepto todo lo que me mandas. A partir de entonces pude volver a rezar a Dios como lo hacía habitualmente… Ofrezco el dolor por tal paciente, por una intención que me han pedido y de esa manera –ya que me va a doler–, sé que sirve para algo»

Camino Católico.-  La vida de Javier Abad dio un vuelco el 18 de mayo de 2018. Un coche saltó la mediana e invadió su carril, chocando frontalmente contra él. Lleva hospitalizado desde entonces, intentando recuperarse para volver a andar. Durante este tiempo ha estado acompañado –​cada día–​, por toda su familia. Da su testimonio de cómo ha afrontado el accidente, primero rebelándose con Dios y luego poniéndolo todo en sus manos, en un vídeo publicado por el Opus Dei.

Javier Abad con parte de su familia

Javier Abad es padre de siete hijos y es funcionario de la Comunidad de Madrid. Persona familiar, muy amigo de sus amigos, con los que hacía muchos planes. Uno que le gustaba especialmente era salir al campo con sus hijos, y subir los montes de la Sierra de Madrid.

Javier abad con su familia antes del accidente

Del accidente apenas guarda recuerdos. Pasó más de un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos. Javier reconoce que, ante situaciones así, “uno se pregunta: ¿por qué me ha pasado esto a mí? Te quieres rebelar contra Dios y le dices: tengo muchos hijos que cuidar, por qué permites esto…? Fue una pelea interior. Hasta que llegó un momento –que recuerdo perfectamente– en que le dije a Dios: mira, acepto todo lo que me mandas. A partir de entonces pude volver a rezar a Dios como lo hacía habitualmente”.

En estos 21 meses ha comprobado lo que supone la cercanía de la familia y el apoyo constante cercano de su mujer e hijos. También ha sido un tiempo en el que ha palpado cómo el Opus Dei es una familia -otros supernumerarios le acompañaban por la noche, cuando su mujer e hijos no podían-, que con su atención y cuidados no le ha dejado sólo en ningún momento.

Javier Abad rezando en la capilla del hospital con algunos familiares

Durante su larga estancia en el hospital ha ayudado y animado a muchos enfermos. Es conocido y querido por el personal sanitario y compañeros de pabellón, que esperan las horas de la sobremesa para tener una tertulia en el pasillo del pabellón.

En el hospital cambió los ordenadores por la mesa camilla: “entendí que mi trabajo consistía en esforzarme durante cuatro o cinco horas diarias de gimnasio”. Este cambio de perspectiva le impulsó también a preocuparse por los demás: “ofrezco el dolor por tal paciente, por una intención que me han pedido y de esa manera –ya que me va a doler–, sé que sirve para algo”.

Javier Abad haciendo ejercicio para poder volver a caminar

Su mujer y él reiteran su agradecimiento a la Fundación Instituto San José, a los Hermanos de San Juan de Dios y a todo el personal que trabaja allí. Y es que en el hospital la cercanía del Señor le ha llevado a aceptar su situación: “yo veo una montaña que me está diciendo ¡súbeme!; y me pregunto: ¿podré volver a subir ese monte algún día? Ahora no pienso en lo que hacía antes. Me fijo en lo que mejoro día a día. Procuro que no me invada la tristeza. Dejo que Dios entre en mi corazón y me ayude a superar esto que me ha pasado”.


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Fuente:Opus Dei
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