Jordi se bautizó y se encontró con Dios al conocer a su novia Marisa que lo interpela al decir que no quiere relaciones antes del matrimonio porqué es católica

“Voy me planto delante del sagrario y empiezo hablarle a Dios que me habían dicho que estaba en el sagrario. Al hablar con el Señor siento que me escucha y me siento querido por Él. Y consecuencia de esto es por lo que decido bautizarme”

4 de diciembre de 2013.- (Opus Dei / Camino Católico) Jordi tiene 24 años, nació en Sollana (Valencia) y estudia Ingeniería de Caminos en la Universidad Politécnica de Valencia. Sus padres, no creyentes, no le dieron formación religiosa alguna. “Mis padres de pequeño no me bautizaron. Siempre he llevado una vida alejada de Dios” explica Jordi. Se bautizó en noviembre de 2012, después de acercarse a la fe gracias a la que hoy es su novia, al ejemplo de otros estudiantes a los que conoció en el Colegio Mayor Universitario Albalat y a que, rezando, se encontró con Dios.

Hijo único, en su casa apenas había escuchado hablar de la religión católica. Después de cursar el bachillerato en un instituto de su pueblo, comenzó los estudios de ingeniería de caminos en la Universidad Politécnica de Valencia. Amante del deporte, buen estudiante y con gran capacidad para hacer amigos, empleaba su tiempo entre la práctica del surf, el esquí y los deportes de montaña, el estudio de su carrera y las fiestas universitarias acompañado de amigos y amigas. Hasta que un día conoció a Marisa.

Tras una primera conversación con ella, en compañía de amigas y amigos, le llamó la atención la firmeza de sus convicciones. No se la pudo quitar de la cabeza, precisamente por la seguridad de sus ideas en asuntos en los que nadie que él conociera tenía ideas claras o al menos la valentía para exponerlas en público.

Así pues, quiso volver a hablar con ella, conocerla mejor, y al hacerlo, descubrió que Marisa era católica. Jordi explica que “un día salí con Marisa a tomar algo y allí yo le hago una propuesta y ella me contesta: ‘Yo soy una chica católica y no quiero mantener relaciones antes del matrimonio’. Le pregunto por sus motivaciones y de esta forma empiezo a conocer la fe católica”. Así, sin más. Simple y llanamente: creía en Dios  y esa seguridad que le daba la fe le hacía tener seguridades donde los demás y él mismo sólo encontraban dudas o ignorancia.

Ahora quería saber más

El  segundo encuentro con Marisa fue largo, muchas horas, y cuando se despidieron él quería saber más. Marisa se convertiría en la novia de Jordi y él da testimonio del cambio que ha supuesto para su vida esa relación: “Marisa mi novia fue la culpable de que empezará a tratar a Dios”.

Marisa frecuenta un Centro del Opus Dei. Le presentó al capellán, que le invitó a que acudiera a estudiar a la biblioteca del Colegio Mayor Universitario Albalat. Jordi explica que “allí conozco gente como yo que tiene una alegría especial. Tiene algo que no encuentro en el resto de las personas, que me doy cuenta que también comparten la fe católica. Esto me sorprende tanto que decido hablar con el sacerdote que me recomienda hacer oración. Yo me decido. Voy me planto delante del sagrario y empiezo hablarle a Dios que me habían dicho que estaba en el sagrario. Al hablar con el Señor siento que me escucha y me siento querido por Él. Y consecuencia de esto es por lo que decido bautizarme”.

Unos meses de formación

“Pasaron unos meses hasta el momento del bautismo y en ese tiempo tuve la oportunidad de formarme y prepararme bien para recibir al Señor y empezar una vida católica”,comenta Jordi. Fue bautizado, en noviembre de 2012, en la Iglesia de San Juan del Hospital (Valencia), confiada a la Prelatura del Opus Dei.

“Al bautizarme tengo la oportunidad de recibir al Señor por primera vez y siento una paz interior y una alegría que eran totalmente desconocidas para mí, algo nuevo. También me confirmé y tomé mi primera comunión. A partir de ahí puedo vivir plenamente la fe católica y empiezo a comprender lo que le sucedía a aquella gente que había conocido. Porque ahora siendo el mismo que he sido siempre tenía algo más que es que puedo practicar la fe católica. Y esto me llena. Me ayuda a darme a los demás, a ayudar a la gente sin pedir nada a cambio. Sigo haciendo lo mismo que antes pero lo vivo todo de una forma más plena, porque ahora no busco solo pasármelo yo bien sino que buscó que mis amigos se lo pasen bien conmigo. Busco que sean felices como yo lo soy. Intento ayudarlos. Y esto soy capaz de hacerlo porque tengo a Dios en mi vida”,concluye Jordi.

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