La conversión de Pablo, ex gay: «La primera vez que sentí a Dios como Padre me sobrecogió»

![]() (Nicolás de Cardenás / Religión en Libertad) Qué situación es la que hace temer a Pablo? ¿Acaso es un inmigrante ayuno de documentación en regla? ¿Tal vez un activista por los Derechos Humanos en alguna dictadura como la cubana o la venezolana? ¿Se enfrenta Pablo acaso a los poderes de algún Estado manejado por extremistas? ¿Es un cristiano en Irak? No. Pablo ha mantenido durante décadas, relaciones homosexuales. Ahora, asegura, ha recuperado su masculinidad plena «a través de un proceso de autoayuda y sanación». Hoy, trabaja cada día por vivir en castidad, pero su experiencia de tantos años le ha dejado una profunda huella. «Vergüenza ajena en los Días del Orgullo Gay» «En el submundo gay o hay nada gratis» Dependencia psíquica «Las relaciones se basan en la infidelidad» «Me identifiqué con esa sordidez» «Soy un afortunado» Doble vida Dios a la medida Aún más, asegura: «Era un círculo vicioso, necesitaba más: identificarme con un hombre, conocer el hombre de mis sueños; a la vez esa relación nunca podría existir porque es un pensamiento absolutamente neurótico. No podía buscar fuera de mí lo que estaba dentro de mí: mi masculinidad. Nunca nadie jamás me iba a poder saciar». Algunas de las preguntas que se le acumulaban eran: «¿Por qué no hay sinceridad en el submundo gay? ¿Por qué una pareja no sacia? ¿Por qué la gente arriesga su salud por un polvo? ¿Por qué esa continua amargura, ese sarcasmo, esa intolerancia? ¿Por qué si charlas y te lo pasas bien ante una copa no vuelves a ver a la persona, aunque te dé el teléfono? ¿Y por qué tampoco lo ves si tras la conversación el sexo es satisfactorio? ¿por qué esa superficialidad y esa hipocresía?». Perdonar y perdonarse, ayuda Nuestro Pablo, que explica que «no era ni es mi objetivo salir de la homosexualidad para entrar en una heterosexualidad herida, sino sanar como hombre en todas las facetas de mi persona: cuerpo, mente y espíritu», comenzó a leer títulos como «Homosexualidad y esperanza», «Comprender y sanar la homosexualidad», «Quiero dejar de ser homosexual: casos reales de terapia reparativa» y «Cómo prevenir la homosexualidad: los hijos y la confusión de género». Además, empezó a trabajar «a fondo, y me están ayudando muchísimo, cada día más» a través de las webs Es posible la esperanza, Narth y Courage Latino. Sin embargo, ese deseo de «sanar como hombre» no es trabajo de un día. «Mi vida estaba tan enraizada en las prácticas homosexuales, que me era muy difícil, tan difícil como que me ha constado tres años de análisis y trabajo de mis heridas, de llorar, de gritar pidiendo ayuda, de, a veces, desesperarme y qu «Castidad gozosa»
Y una conclusión Porque, como dice una canción de la cantante Rosana, que le causó un gran impacto a Pablo: «Tengo miedo de que el miedo, te eche un pulso y pueda más. No te rindas, no te sientes a esperar…»
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