La curación de una bebé con meningitis, tuberculosis, convulsiones y un infarto cerebral, milagro para canonizar a José Sánchez del Río

«Fuimos a misa todos los días para pedirle a Dios y a Joselito que intercedieran por mí bebé, que me hicieran el Milagro… Y así fue: antes de desconectarla les pedí que me dejaran estar con ella y la abracé… La desconectaron y en ese momento puse a mi bebé en manos de Dios y la intercesión de Joselito y en eso abrió sus ojos y me sonrió. Miro a los doctores. y empezó a reírse con ellos y es ahí cuando los médicos no podían explicar lo que había pasado, porque ya estaba hecho todo medicamente y es ahí cuando afirman que fue un Milagro»

29 de enero de 2015.- (Paulina Gálvez Ávila / El Observador de la Actualidad  / Camino Católico)  La curación de una bebé mexicana, para quien “humanamente ya no había esperanza de vida”, fue el milagro que llevará al Vaticano a declarar santo al niño cristero Beato José Luis Sánchez del Río, mártir de la persecución religiosa que sufrió México en la segunda década del siglo XX.

El 21 de enero el Papa Francisco firmó el decreto que aprueba el milagro atribuido a la intercesión del niño beato de 14 años. Se trata de la curación milagrosa de Ximena Guadalupe Magallón Gálvez, una bebé mexicana que tuvo meningitis, tuberculosis, convulsiones y que sufrió un infarto cerebral.

La noticia resonó en todo México, pero especialmente en la atribulada tierra de Michoacán, misma que visitará el Papa Francisco el próximo 14 de febrero. Ahí, en Sahuayo, nació “Joselito”, el 28 de marzo de 1913. Ahí, en Sahuayo, el pequeño beato mexicano ha realizado su primer milagro. Por su intercesión, Dios curó a “Lupis”, a Ximena Guadalupe Magallón Gálvez.

La historia del milagro de Joselito la narra en el vídeo su mamá, la joven madre Paulina Gálvez Ávila, Pau, absolutamente feliz por recordar lo que José hizo por su hija; porque se extienda la veneración por su paisano y porque se conozca la fe profunda del pueblo mexicano en Dios y en la intercesión de la Virgen de Guadalupe. Además, Paulina explica la experiencia del milagro en primera persona en  la página de Facebook del beato. Sobre la enfermedad de su hija, indicó que “humanamente ya no había esperanza de vida” y que en ese momento se la dejaron en manos de Dios por intercesión de “Joselito”. Este es su testimonio:

Mi nombre es Paulina Gálvez Ávila y este es es el testimonio del Milagro de mi hija Ximena Guadalupe Magallón Gálvez.

Nació el 8 de Septiembre del 2008 en EEUU. Al mes de nacida nos venimos para Sahuayo, Michoacán. A los 15 días de nuestra llegada Ximena Guadalupe empezó con fiebre, la llevamos con su doctor pediatra Adán Macías, le dio tratamiento y la fiebre no cedía. A los cuatro días, el doctor nos indicó que le tomáramos una radiografía porque parecía que tenía neumonía.

La internamos en el Hospital Santa María de Sahuayo y a los 3 días le dio de alta, pero Ximenita continuaba con temperatura. El doctor nos dijo que nos recomendaba que la viera en Aguascalientes el Dr. Rosendo Sánchez para tomar otra opinión, y así lo hicimos. Checaron a Ximenita el Dr. Rosendo y la Dra. Lucy que tiene la especialidad de infectologia y nos pidió que la internáramos nuevamente en Sahuayo. Siguiendo sus indicaciones así lo hicimos, pues creyeron que era neumonía Atípica. A los 3 días, su estado se agravo aún más y nos dijo el Dr. Adán Macías que podía ser neumococo. Llamamos al Dr. Rosendo y nos dijo que nos la lleváramos de urgencia para Aguascalientes.

Por su gravedad la bautizo el Padre Agustín Patiño en el Hospital Santa María. De nuevo en Aguascalientes, le hicieron una broncoscopia, ya que su pulmón derecho estaba lleno de flemas. Tres días después, nos regresamos a Sahuayo, pero Ximena seguía con problemas respiratorio.

La volvimos a llevar de nuevo a Aguascalientes y los doctores no se explicaban porque no mejoraba la bebé, le hicieron otra broncoscopia y al día siguiente nos regresamos de nuevo para Sahuayo. Así pasamos 2 meses con esa pesadilla y no sabían que pasaba, pues no respondía a ningún tratamiento. Pensaron que podía ser el píloro que tendría una fisura y por ahí se pasaba la leche al pulmón, y que tendrían que operarla. 

Un día antes de la operación, Ximenita empeoró severamente, le tomaron una radiografía y le hicieron una punción pleural y resulto que tenía líquido en su pulmón. El Dr. Rosendo habló con nosotros y nos informó que tendría que someterla a una operación muy delicada ya que podía desangrarse, y morir. Consentimos y le dijimos que hiciera lo necesario para salvar a Ximenita, y que la entregábamos en las manos de Dios. Al analizar el pedazo de pulmón, que le quitaron en la operación, nos diría, con mayor exactitud, que lo que padecía mi bebe pensaban que podía ser tuberculosis.

Ximena estuvo dos días en terapia intensiva. Cuando nos dijeron que efectivamente era tuberculosis y nos la llevaron al cuarto, la note rara, con su mirada fija y ausente. Le hablamos, pero no reaccionaba y le comente al doctor que la veía mal, que no era mi bebé porque ella era risueña de antes.

El doctor intento tranquilizarme, me dijo Ximenita está bien, pero ante mi insistencia accedió a llevarla de nuevo a terapia intensiva. En la madrugada, entro un doctor a pedirme los estudios y le pregunté: ¿Cómo está mi bebé? Y él me dijo que todo estaba bien.

Al día siguiente, cuando pase a terapia intensiva, me dijeron que había convulsionado. Al verla comencé a rezar y mi bebé empezó a convulsionar de nuevo. Les pedí a las enfermeras que vinieran rápidamente y le inyectaron, pero no dejaba de convulsionar. Le hicieron un encefalograma y ella no dejaba de convulsionar y después le hicieron una tomografía… pero fue en vano.

Les pedí que me permitieran verla y antes de entrar me cerraron la puerta y la doctora intensivista me dijo que mi bebe ya estaba en vida vegetal que iniciara los trámites correspondientes. Llegó el Dr. Rosendo y llorando le pedí por favor que salvara a mi hija. La indujeron en coma y nos dieron 72 horas para ver si viviría, ya que el 90% de su cerebro estaba muerto.

Fuimos a misa todos los días para pedirle a Dios y a Joselito que intercedieran por mí bebé, que me hicieran el Milagro… Y así fue: antes de desconectarla les pedí que me dejaran estar con ella y la abracé.  

La desconectaron y en ese momento puse a mi bebé en manos de Dios y la intercesión de Joselito y en eso abrió sus ojos y me sonrió. Miro a los doctores. y empezó a reírse con ellos y es ahí cuando los médicos no podían explicar lo que había pasado, porque ya estaba hecho todo medicamente y es ahí cuando afirman que fue un Milagro.

La llevaron para hacerle una tomografía y encefalograma y ese día el 80% de su cerebro estaba recuperado. Estuve con ella todo el día. Al día siguiente, le hacen nuevos estudios y su cerebro aparece totalmente recuperado.

Los doctores pensaban que no sabría succionar. Le di su biberón y se tomó 11 onzas. Se quedaron sorprendidos, pues creían que si vivía probablemente no caminaría, no hablaría, debido al infarto cerebral y las secuelas que pudieron haberle quedado, o no vería, ni escucharía por el medicamento de la tuberculosis médica y humanamente no había esperanza de vida.

Fue Dios quien lo hizo todo y la intercesión de Joselito, ya que mi bebe tuvo INFARTO CEREBRAL, MENINGITIS, CONVULSIONES, Y TUBERCULOSIS.

Actualmente mi hija tiene 7 años y está perfectamente, bien gracias a Dios y a la intercesión de nuestro niño Joselito. Damos, infinitamente, gracias a Dios Todopoderoso por este Milagro y al Beato Mártir José Sánchez del Rio por plena intercesión.

Paulina Gálvez Ávila, mamá de Ximena Guadalupe Magallón Gálvez

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