La escritora Carmen Posadas entrevista a su hija Sofía Ruiz del Cueto que se convirtió en Medjugorje a donde fue invitada por un amigo

“Una vez que encuentras a Dios de verdad te crea un anhelo y empiezas a querer más y a rezar más… Cuando has visto que Dios existe, que está ahí y que puedes apoyarte en él para todo, el bagaje de estrés y angustia desaparece… Un poco de ciencia nos aleja de Dios, mucha ciencia nos devuelve a Dios. Cuanta más ciencia tienes más acabas llegando a Dios”

27 de mayo de 2016.-  (Mater Mundi TV / Camino Católico) La escritora hispano- uruguaya y premio Planeta, Carmen Posadas entrevista en exclusiva para Mater Mundi TV a su hija primogénita Sofía Ruiz del Cueto, médico, cuya vida estuvo alejada de la iglesia hasta que en un viaje a Medjugorje su vida cambió por completo. Su socio y amigo la convenció para ir, «Tienes que venir, la Virgen te está invitando», ante tal invitación Sofía no le quedó más opción que ir, y por supuesto no se arrepiente. En el vide3o se visualiza y escucha la entrevista testimonial.

Carmen Posadas, quien hace la entrevista, es autora de, entre otros muchos libros, “Pequeñas infamias”, y es una mujer que se declara católica y que abiertamente ha hablado del cielo. Y ahora su hija puede decir lo mismo.

La conversión de Sofía Ruiz del Cueto en Medjugorje sucedióen un momento muy complicado en su vida y mucha culpa de esto la tuvo su socio, que le insistió una y otra vez durante meses en que tenía que ir a aquella peregrinación que finalmente ha cambiado su vida.

“No tenía deseo de ir porque el viaje surgió en una época muy mala, cuando me estaba divorciando. Esto me había llevado a alejarme mucho y si ya no tenía una fe muy grande pues me hizo distanciarme con bastante enfado y rabia”, cuenta Sofía en la entrevista.

En medio de la vorágine laboral y del divorcio, con niños pequeños de por medio, su socio y amigo insistía en que fuera. Pero ella se negaba recordando con enfado a su compañero que “era el puente de mayo, tengo a mis hijos, tengo una agenda llena de pacientes, un congreso y además es el día de la madre y me estoy divorciando”.

“La Virgen te está invitando”, le contestó su socio.“Y ante semejante frase no conseguí encontrar otra que sonara bien que dijera no y entonces le dije que iría”, asegura la hija de Carmen Posadas.

Pese a los muchos inconvenientes todo fue amoldándose para posibilitar el viaje: “Los niños no fueron problema, la agenda se vació aunque yo seguía rebotada”. Fue a Medjugorje pero sus primeras horas la convulsionaron Según llegaron había misa y adoración. “Salí furiosa, me fui a la cama sin cenar”, explica.

Sin embargo, el segundo día fue el inicio de su nueva vida. La jornada empezaba con una explicación histórica para Medjugorje, lo cual no le produjo rechazo y accedió a ir. Y después estaba programado subir al monte de las apariciones. Subió rezando el Rosario y una persona llevaba cada misterio. En el momento de rezar el quinto misterio, su socio le dio el Rosario para que lo llevara ella y no supo decir que no. “Recé y empecé a llorar, llorar y a llorar, y a partir de ese momento me entró paz. Se me fue la ira y la rabia y me entró un sosiego increíble”.

Sofía explica que el gran cambio en su vida no se produjo en ese momento sino ya en Madrid, con el mantenimiento de esta gracia. Un sacerdote les advirtió durante el Viacrucis en Medjugorje sobre la vuelta a la realidad y el día a día pues en la peregrinación es muy fácil estar en una nube pero una vez en Madrid, puso como ejemplo, te encuentras un semáforo en rojo y pierdes la paz por ello.

“Esto me sirvió, fue poco a poco. Cada vez que veía un semáforo en rojo me acordaba de Dios”, afirmaba. Por ello, testifica que “una vez que lo encuentras de verdad te crea un anhelo y empiezas a querer más y a rezar más. Y a raíz de Medjugorje he aprendido a rezar y el poder de la oración”.

Su vida ha cambiado. Así lo confiesa Sofía. Antes de la peregrinación apartaba aquello que “no era tangible” porque era una mujer muy “autosuficiente y orgullosa”. Pero ahora, se ha dado cuenta “que Dios siempre ha estado ahí dispuesto a ayudarme”.

 “Cuando has visto que Dios existe, que está ahí y que puedes apoyarte en él para todo, el bagaje de estrés y angustia desaparece. Puedes tener el mismo caos y 20.000 cosas por hacer pero no las gestionas con ese estrés y esa ansiedad porque no recae todo sobre ti”, afirma.

Ella como médico y directora de una clínica hace suya la cita de Louis Pasteur: “un poco de ciencia nos aleja de Dios, mucha ciencia nos devuelve a Dios”. Para Sofía, “cuanta más ciencia tienes más acabas llegando a Dios” y en el ámbito de la medicina donde se ve tanto sufrimiento tiene ya la certeza de que “cuando la persona encuentra a Dios ese sufrimiento es otro. No lo hay como tal pues puedes tener dolor o puedes sufrir dolor pero cuando una persona está con Dios este sufrimiento o dolor no lo sufre. Dios ayuda a muchísimo a quitar este sufrimiento, ves la mano de Dios”, sentencia.

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