Le Dac My era budista pero la ayuda de los fieles católicos en situaciones de peligro le llevaron a Cristo: «Me transmitieron la fe y el amor de Dios que existe y me ama»

* «Estaba encantado de que esos católicos me salvaran la vida a pesar de que yo no lo era. Me llevó unos meses el pensar en mi conversión. Finalmente decidí abrazar el catolicismo, admirado por la dedicación de los católicos a vivir su fe y ayudar a los más necesitados. Soy feliz por ser católico, adorar al Dios del amor y vivir en fraternidad con los otros fieles. Los buenos católicos deben respetar y amar a los demás, y este es un buen lema para mi nueva vida»

Camino Católico.-  Para Le Dac My, la búsqueda de Cristo comenzó discretamente hace unos siete años. A sus 18 años, en 2016, My, un huérfano budista vivía con su tía en Hue, la capital de la provincia vietnamita de Thua Thien Hue, sintió curiosidad al pasar por delante de una iglesia en el camino a su pueblo natal para la celebración del Año Nuevo Lunar, una de las fiestas orientales más importantes celebradas entre enero y febrero de cada año.

En plena preparación del Año Nuevo Lunar, los católicos colocan los llamados «brotes sagrados» pegados a un árbol, con un pasaje de la Biblia. Le Dac My se unió a los feligreses y recogió uno de esos «brotes sagrados», pegado a un árbol de albaricoque en flor frente a la iglesia que decía: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”, cuenta a Ucanews.

“No entendí el pasaje, pero lo vi como un amuleto y lo pegué en el armario para poder leerlo todos los días”, dice My, de 25 años, que se gana la vida vendiendo ropa.

No sabía que su curiosidad estaba a punto de crear circunstancias que acercarían su corazón a Dios, cuya poderosa presencia lo ha tranquilizado desde entonces. “Pude sentir a un Dios omnipotente que siempre me acompañaba y protegía cuando estaba en peligro”, asegura My.

En 2017, cinco gánsteres armados con machetes detuvieron su camioneta en la provincia de Nghe An e intentaron llevarse cuatro fardos de ropa nueva que transportaba. Le Dac My pidió desesperadamente ayuda y un empresario católico local acudió en su rescate. El hombre llamó a otras personas y recuperaron lo que le habían robado.

Le Dac My  (primera línea, segundo desde la derecha), otros catecúmenos y sacerdotes posan para una foto después de la ceremonia de bautismo en la Iglesia Ben Ngu en Hue el 2 de febrero de 2023

Al año siguiente, cuando se dirigía a entregar ropa a los clientes en la parroquia de Ha Uc, My se encontró con un accidente de tráfico que lo dejó inconsciente. Los católicos locales lo llevaron de urgencia a un hospital y cuidaron de su vehiculo y bienes.

El año pasado, tanto él como su tía contrajeron Covid-19 y, una vez más, voluntarios católicos los llevaron a una clínica administrada por la Iglesia donde recibieron tratamiento médico y los cuidaron hasta que se recuperaron por completo.

“Estaba encantado de que esos católicos me salvaran la vida a pesar de que yo no lo era. Son ellos quienes me transmitieron el fuego de la fe y del amor de Dios. Creo que Dios existe, me ama y envía a sus hijos a caminar conmigo”, dice My.

«Me llevó unos meses el pensar en mi conversión. Finalmente decidí abrazar el catolicismo, admirado por la dedicación de los católicos a vivir su fe y ayudar a los más necesitados”, agrega.

El hombre soltero de cabello corto se formó en un curso de cinco meses en ética cristiana, historia de la Iglesia, liturgia, sacramentos y Escrituras con 37 catecúmenos en la parroquia de Ben Ngu.

“Admiro a los santos mártires como Joseph Marchand Du y Emmanuel Nguyen Van Trieu, que se dedicaron a servir a los más necesitados y dieron testimonio de Jesús hasta su último aliento. Sus vidas han influido en mi fe”, asevera. El padre Marchand Du, un misionero francés, fue asesinado en 1835 y su cuerpo fue arrojado al mar, y el padre Trieu era un sacerdote nativo que fue decapitado en 1798.

Le Dac My escogió a Peter Nguyen Quoc Phong, miembro del consejo parroquial de Nam Pho, para ser su padrino porque  “es amable, bondadoso y útil para todas las personas necesitadas, y participa activamente en las actividades de la iglesia. Necesito un hombre de carácter ejemplar para orientarme en  mi vida de fe”, dice.

Le Dac My (derecha) habla con su padrino Peter Nguyen Quoc Phong en su casa el 30 de enero de 2023 / Foto: UCA News

También converso, Phong,  de 62 años, había sido otro matón que entró a formar parte de la Iglesia en 1988 de forma similar a Le Dac My, al recoger un brote sagrado que decía: «¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

“Respeto a My por su fuerte fe y determinación de abrazar el catolicismo”, dice Phong, quien tiene otros ocho ahijados.

La entrada a la Iglesia del joven y su bautismo el pasado 2 de febrero ya está dando sus frutos.

Le Dac My y su tía durante su bautismo en la iglesia Ben Ngu el 2 de febrero / Foto: UCA News

Hoy, su tía budista ve con buenos ojos la conversión de su sobrino e incluso asegura querer unirse próximamente a la Iglesia como My. Él, por su parte, desea casarse con una mujer católica con la que vivir la fe y colaborar mutuamente en la santidad. La consigna de su «brote sagrado» de este año no es casual: » El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde… «.

«Soy feliz por ser católico, adorar al Dios del amor y vivir en fraternidad con los otros fieles. Los buenos católicos deben respetar y amar a los demás, y este es un buen lema para mi nueva vida», concluye.

 

 


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