Marion Reder, Catedrática de Historia: «Dios no nos abandona y sabe lo que nos conviene. La oración es bálsamo para el ánimo y la salud mental. Al rezar te invade la paz»

* «Uno de mis lemas es el siguiente: Dios cierra una puerta pero abre una ventana. Siempre hay que confiar y tener fe en el Señor.  La oración me conforta y me da ánimos para transmitir fe y esperanza a los que me rodean. Confío en que ‘El Señor es mi Pastor, nada me falta’»

Camino Católico.-  Marion Reder es Catedrática de Historia Moderna de la UMA. Nacida en Silesia (Polonia), vive en Málaga desde hace 52 años. Al jubilarse, empezó a estudiar Teología. Es Teniente Hermana Mayor de la Congregación de los Santos Patronos de Málaga, archivera de la Humillación y la Estrella y hermana de Fusionadas. «Puedo rezar en varios momentos del día, cuando paso por una iglesia, ante una imagen o escuchando un toque de campana, y siempre cuando me voy a dormir. Son costumbres adquiridas en la niñez», explica a Ana María Medina en Diócesis de Málaga.

Como ella misma cuenta, fue su abuela quien la enseñó a rezar. «Primero con oraciones infantiles; más adelante asistiendo todos los domingos a Misa, recordándome la inmensa bondad del Creador a diario.

Recuerdo con cariño las visitas a los Monumentos en el Jueves Santo por las iglesias de Madrid. Era una visita obligada, así como el rezo del Vía Crucis y la asistencia a los Santos Oficios. En Navidades asistía toda la familia a la Misa de Gallo, rememorando el nacimiento del Niño Jesús, entre rezos y villancicos».

Cada día tiene sus luces y sus sombras, y para encararlo, Marion reconoce lo esencial que es la oración para ella. «Unas veces para agradecer a Dios toda su grandeza, ya que nos permite cada día gozar de su protección, de su benignidad; otras para pedir la ayuda divina para personas queridas que se encuentran enfermas, que tienen problemas importantes que afrontar, que están alejadas del Señor. La oración me conforta y me da ánimos para transmitir fe y esperanza a los que me rodean. Confío en que ‘El Señor es mi Pastor, nada me falta’», cuenta.

«Uno de mis lemas es el siguiente: Dios cierra una puerta pero abre una ventana. Siempre hay que confiar y tener fe en el Señor». Ante los momentos de dificultad, aquellos en que ni siquiera «los creyentes entendemos los designios divinos».

Marion se aferra a la oración en la confianza de que «Él no nos abandona y sabe lo que nos conviene. La oración es un bálsamo para el ánimo y para la salud mental. Al rezar, liberas angustias, descargas tus problemas, compartes tus inquietudes y te invade la paz y la confianza en Aquel que se sacrificó por ti».

BENDICIÓN DE LA MESA

A la hora de quedarse con una oración en concreto, Marion elige «la oración que Jesús nos enseñó, el Padrenuestro; la Salve y las que se elevan por parte de los fieles. El rezo del Ángelus es uno de mis preferidos a media mañana, pues nos recuerda la Anunciación y Concepción Inmaculada de la Virgen y la presencia de Jesús entre nosotros. Otra oración es la de la bendición de la mesa, una oración corta pero en la que agradecemos los alimentos que recibimos y nuestro deseo de que todos nuestros hermanos tengan comida en la
mesa:

“Bendice con tu mano bienhechora
este pan que nos das, en la tierra, y haz
que un día a tu mesa como ahora nos
sentemos Señor ahí en el cielo”.


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