«No llores porque haya muerto, sonríe porque viví», le dejó escrito en una nota tras 60 años juntos Billie Breland, la esposa, a Jimmy, su marido

«Sabes que estoy en un lugar feliz. Sabes que volveremos a vernos. ¡Allí te espero!»

18 de febrero de 2015.- (C.L. / Religión en Libertad  Camino Católico) Jimmy y Billie Breland celebraron el Día de Acción de Gracias con sus hijos y nietos en Birmingham (Alabama) y luego regresaron a su hogar en Cleveland (Mississippi). Pero nada más volver, ella se cayó y se rompió la cadera. La operación quirúrgica resultó bien, pero a raíz del incidente los problemas de pérdida de memoria que aquejaban a la anciana desde hacía años se agravaron. Tuvo algunos síncopes, y a mediados de enero falleció a los 83 años de edad.

«Mi abuelo la cuidó todos los días que pasó en el hospital, como había hecho cada día de los sesenta años que estuvieron casados, hasta la noche en la que se fue», recuerda en Yellow Hammer News uno de sus nietos, Cliff Simms, quien ha dado universalidad a esta corriente historia familiar al dar a conocer un bonito detalle que sucedió después.

A la exequias acudieron cientos de personas, pues eran un matrimonio muy conocido y querido. Ella fue profesora en la escuela pública local, y él llevó a cabo durante cuatro décadas un ministerio baptista en la universidad local: «Predicó en prácticamente todas las iglesias del delta del Mississippi», dice Cliff.

¿Cómo vivir tras quedarse solo?

«A lo largo de los años escuché muchas historias sobre el impacto que mi abuela dejó en la vida de otras personas, desde estudiantes a quienes dio clase a amigos de todo tipo que hizo. No hay nada como celebrar una vida bien vivida y cuyo legado durará generaciones«, explica Simms. Por eso estaba muy preocupado pensando cómo sobrellevaría su abuelo («la personas más amable y generosa que he conocido nunca») la pérdida«de todo su mundo», su compañera durante sesenta años.

Y entonces descubrieron que quien había pensado ya en ello era… ¡la misma Billie! Ella solía hacer anotaciones, con excelente letra de profesora, en fotos y documentos, desde comentarios ingeniosos a cosas que quería recordar.

Así que cuando el abuelo Jimmy empezó a revisar sus cosas, no tardó en encontrar uno de esos escritos. Lo halló en una chequera, e iba dirigido precisamente a él: «No sabemos cuándo lo dejó allí, pero resume la esperanza y la tranquilidad de espíritu de quienes saben que han de reencontrarse para toda la eternidad».

La nota decía: «¡Por favor, no llores porque haya muerto! ¡Sonríe porque viví! Sabes que estoy en un lugar feliz. Sabes que volveremos a vernos. ¡Allí te espero!«.

Cliff contó al Huffington Post que cuando el abuelo Jim les enseñó la nota a todos, hubo lágrimas, pero también muchas sonrisas: «El escrito nos recuerda que el amor lo vence todo, incluso la muerte. Para él fue la paz de saber que se reunirá con ella por toda la eternidad».    

 

 

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