Oración a la Virgen de Guadalupe pidiendo su protección / Por P. Carlos García Malo
* «Madre de la humanidad herida. A ti nos acercamos hoy con la ilusión que movía a San Juan Diego a acercarse a ese bendito monte a encontrarse contigo. Míranos Madre, a veces desorientados y dubitativos en la fe y agárranos de tu mano y protégenos con tú manto»
P. Carlos García Malo / Camino Católico.– “No se entristezca tu corazón… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531. Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México, quiso dejar su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes. Cada 12 de diciembre celebramos la fiesta de la Virgen de Guadalupe y nos dirigimos a ella pidiendo su protección con esta oración:
Estrella de México.
Aurora del Tepeyac.
Emperatriz de las Américas.
Madre de la humanidad herida.
A ti nos acercamos hoy
con la ilusión que movía a San Juan Diego
a acercarse a ese bendito monte
a encontrarse contigo.
Míranos Madre,
a veces desorientados y dubitativos en la fe
y agárranos de tu mano
y protégenos con tú manto
y dinos a cada uno:
«No se turbe tu corazón.
¿No estoy aquí Yo, que soy tu Madre?
Y así, confiados en la Señora de Guadalupe, caminemos con firmeza y esperanza
al encuentro de su Hijo en la morada del Cielo. Amén.
Nuestra Señora de Guadalupe. Ruega por nosotros.
P. Carlos García Malo
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