Oración a San Diego de Alcalá para pedir la gracia de servir a los demás y amar a Dios siempre / Por P. Carlos García Malo

Exhibición anual. cada 13 de noviembre, del cuerpo de San Diego de Alcalá

*  «San Diego de Alcalá, en los hermanos franciscanos intuiste el camino a servir al buen Dios como lo hiciera el pobre de Asís. No ambicionaste reconocimientos, queriendo ser un hermano lego, portero o jardinero. Se te acusaba de ser excesivamente caritativo con los pobres y no mirar para el convento. Tu fama de santidad te acarreó alguna que otra envidia y trajín de gentes que pedían tu oración. Ejemplo de entrega a Dios, concédenos la gracia de servir sin miramientos y de amar al creador con el mismo celo con que lo hiciste tú»

Carlos García Malo / CaminoCatólico.- En la Catedral de Alcalá de Henares, España, cada 13 de noviembre, se exponen los restos de San Diego, con motivo de la fiesta de este santo que llegó a ser patrono de los hermanos franciscanos legos y a realizar milagros con ayuda de la Virgen María.

San Diego nació en una familia pobre de San Nicolás del Puerto, Sevilla (1400). Siendo joven se decidió a vivir como ermitaño. Más adelante sería recibido como hermano lego (no sacerdote) en los Franciscanos Frailes Menores de la Observancia.

Fue de peregrino a Roma por el jubileo de 1450 y la canonización de Bernardino de Siena. En ese tiempo una epidemia azotó la ciudad romana y San Diego ayudó como enfermero por tres meses. Muchos sanaron milagrosamente.

Cierto día, un niño sufrió graves quemaduras por quedarse dormido dentro de un horno que luego fue encendido. Tras la intercesión de San Diego, el niño apareció sin quemaduras. El santo solía atribuir los milagros a la Madre de Dios.

De vuelta a España fue portero y jardinero en el convento de Santa María de Jesús en Alcalá de Henares, donde partió a la Casa del Padre un 12 de noviembre de 1463.

Se dice que al morir, expedía una milagrosa fragancia. Sus restos fueron visitados por cardenales y miembros de la realeza, como Felipe II que llevó el cuerpo de San Diego al palacio, obteniendo así la curación del príncipe Carlos que se había accidentado.

La ciudad estadounidense de San Diego, al sur de California, lleva su nombre debido a la misión que establecieron los franciscanos por esa zona.

Pidamos por intercesión de San Diego de Alcalá la gracia de servir a los demás y amar a Dios siempre:

San Diego de Alcalá,

por ser donde rendiste el alma para unirte a tu creador.

Oriundo de la provincia de Híspalis.

Tu nombre deriva del apóstol compostelano, Santiago.

De familia humilde y piadosa.

Desde joven mostrarse ya inclinación a lo espiritual

y a la oración fervorosa.

En los hermanos franciscanos intuiste el camino

a servir al buen Dios como lo hiciera el pobre de Asís.

No ambicionaste reconocimientos,

queriendo ser un hermano lego, portero o jardinero.

Se te acusaba de ser excesivamente caritativo con los pobres

y no mirar para el convento.

Viajero infatigable, pasaste por muchas provincias y casas franciscanas.

Tu fama de santidad te acarreó alguna que otra envidia y trajín

de gentes que pedían tu oración.

Ejemplo de entrega a Dios,

concédenos la gracia de servir sin miramientos

y de amar al creador con el mismo celo con que lo hiciste tú.

Amén.

San Diego de Alcalá, ruega por nosotros.

Carlos García Malo


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