Oración a Santa Marta pidiendo el don del servicio para servir a los demás viendo en ellos a Cristo / Por P. Carlos García Malo
* «Santa Marta de Betania, mujer activa y eficaz. Reconociste en Jesús de Nazaret al Mesías y así se lo confesaste cuando fue a resucitar a Lázaro. Hoy nos ponemos bajo tu intercesión para que hagamos también de nuestras vidas un servicio a todos los hombres, nuestros hermanos, viendo en ellos al mismo Cristo al que tú servías»
P. Carlos García Malo / Camino Católico.- Cada 29 de julio la Iglesia universal recuerda la figura de Santa Marta de Betania, hermana de María y Lázaro, patrona de los imposibles, del hogar, de las cocineras, amas de casa, sirvientas, casas de huéspedes, hoteleros, lavanderas y de las hermanas de la caridad.
Es a ella a quien el Señor le diría como narra el Evangelio de San Lucas (10, 41-42): “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”.
A Santa Marta se le representa vestida de azul o verde, con una cruz, un delantal y portando unas llaves. Ella está en actitud de servicio y con un dragón a sus pies.
Esta discípula de Jesús es generalmente invocada por los fieles para pedir su protección ante las cosas urgentes y difíciles, pues fue a través de sus súplicas que obtuvo la resurrección de su hermano Lázaro. La santa que siempre mostró un gran afán de servicio, es también implorada para que ayude a los fieles a desempeñar sus deberes cristianos con diligencia y responsabilidad. Los santos Basilio y Gregorio Magno la consideran modelo evangélico de las almas contemplativas.
Pidamos por intercesión de Santa Marta el don del servicio, para que sirviendo a todos los hombres, nuestros hermanos, veamos en ellos al mismo Cristo:
Santa Marta de Betania, mujer activa y eficaz.
En tu casa se alojaba el maestro Jesús atendido por ti y tus hermanos.
Con que familiaridad y amistad
surgían las conversaciones de las que tanto aprendiste.
Reconociste en Jesús de Nazaret al Mesías
y así se lo confesaste cuando fue a resucitar a Lázaro.
De ti cuenta la tradición ortodoxa
que acudiste con la Magdalena a embalsamar el cuerpo muerto de Cristo
y fuiste testigo de su resurrección.
Mujer servicial,
la Iglesia te encomienda el patrocinio de muchas órdenes religiosas
consagradas a las obras de caridad
así como el patronazgo de muchos profesionales del servicio.
Hoy nos ponemos bajo tu intercesión
para que hagamos también de nuestras vidas
un servicio a todos los hombres, nuestros hermanos,
viendo en ellos al mismo Cristo al que tú servías.
Carlos García Malo
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