Padres del niño protagonista del milagro del Cura Brochero: “Nicolás para nosotros es un continuo milagro que nos recuerda que Dios es lo esencial en nuestras vidas”

Carlos Rezzónico, perito médico que intervino en la causa:

«Nicolás quedó afectado en su hemisferio cerebral izquierdo, y no se explica que haya podido hablar al tener un accidente antes de haber desarrollado esa capacidad. Tuvo cuatro paros cardiorespiratorios, y se lo asistió en condiciones precarias inobjetables, lo cual debió producir un daño irreversible. En esas condiciones, iba a un estado de vida vegetativo»

14 de septiembre de 2013.- (AICA / La Voz / Camino Católico)   Sandra Violino y Osvaldo Flores son los papás de Nicolás, el niño sobre quien Brochero produjo un milagro que le permite estar hoy con vida, tras haber sufrido un terrible accidente automovilístico con apenas once meses de vida. Sostuvieron que Brochero obró un milagro “que hubo que perseverar”. “Me entregaron un hijo en estado de vida vegetativo al cual hubo que trabajar”, ha recordado la madre del niño por el cual el Cura Gaucho ha sido proclamado beato hoy 14 de septiembre de 2013.

El cura José Gabriel del Rosario Brochero ya es beato y tiene su día, según dispuso el Papa Francisco en un decreto conocido hoy en el pueblo de Traslasierra que lleva su nombre y que alberga unas 130 mil personas. Francisco dispuso que el 16 de marzo sea el día del cura gaucho, en coincidencia con su nacimiento. El Papa ha enviado a Córdoba al italiano Ángel Amato para que presida la celebración y, antes de la misa, el cardenal leyó una bendición especial del argentino para los enfermos: «El dolor forma parte de nuestra vida. Buena parte del apostolado de Jesús fue dedicada a los enfermos (…) Quienes como ustedes llevan la cruz de Cristo, participan con él en la redención de la humanidad. Su sufrimiento debe obtener el gran don de la paz (…) el de la fraternidad del mundo. Ustedes, queridos enfermos, son la primera línea en esta m misión espiritual de paz».

Publicamos, coincidiendo con este acontecimiento espiritual, las manifestaciones de los padres de Nicolás, tres vídeos y las explicaciones y testimonios de los doctores Vicente Montenegro,  neurocirujano del Hospital de Niños de Córdoba, y Carlos Rezzónico, perito médico que intervino en la causa.

En pocos días, se cumplirán 13 años del accidente automovilístico que los involucró para siempre con la glorificación de Brochero: una camioneta Ford Apache sin luces chocó de frente al Volkswagen Polo en el que viajaba con los padres de Sandra. Nora, la abuela, sobrevivió, pero no así su esposo; Sandra, en tanto, quedó con las piernas fracturadas, y Nicolás, con 11 meses, quedó tendido en la cinta asfáltica con la cabeza muy lastimada y apenas con vida. Su papá, Osvaldo, lo socorrió, y en la desesperación, pidió la intercesión del venerable José Gabriel del Rosario Brochero. 

La desesperada petición a Brochero

Osvaldo Flores explica:

“En el momento mismo del accidente, cuando Nicolás comienza con insuficiencia respiratoria y me doy cuenta que era muy grave le pedí y le supliqué a Brochero que interceda ante Dios Nuestro Señor para que le salve la vida, que por favor no se fuera a morir, ese pedido lo hice convencido de que Brochero me acompañaría.

Cuando el médico me comunica que el estado de Nicolás es gravísimo, que hay muy pocas esperanzas de vida y que debían intervenirlo quirúrgicamente, pero no sabían si resistiría la cirugía y que si pasaba esa instancia las secuelas eran impredecibles, en ese momento, reiteré el pedido por su vida rogando en este caso que no le quedaran secuelas. También la familia desde que se anotician del accidente y la gravedad de Nicolás piden a Brochero por su vida en especial sus bisabuelos Pascuala y Ramón ambos muy devotos del Cura Brochero. Posteriormente fue intenso y permanente el pedido a Brochero por la recuperación de Nicolás, que día a día, se sigue produciendo.”

¿Qué ha significado para ustedes la realidad del accidente?

Osvaldo: El accidente fue un hito que cambió rotundamente nuestras vidas, ya que involucró directamente a toda la familia, implicó pérdidas de vidas, lesiones graves y gravísimas. Nos significó un cambio en la manera de ver y vivir nuestras vidas, tuvimos que asumir y enfrentar como padres la discapacidad sobrevenida de nuestro hijo; pero es un hecho en el que se combinan dos facetas: Una dramática, trágica y extremadamente dolorosa, y la otra llena de Fe, Seguridad y Amor. El accidente fue esencialmente lo que permitió poder vivir la manifestación plena del amor de Dios y la intercesión de Brochero, salvando la vida de nuestro hijo. Es la circunstancia que nos permite vivir y transitar nuestra realidad, dando testimonio que para Dios, nada es imposible y que el amor e intercesión de Brochero, siguen intactos en cada instante de nuestras vidas. 

-¿Cómo es y fue la relación familiar y personal con la figura de Brochero?

Osvaldo:La relación familiar con Brochero es íntima y profunda, es parte permanente de nuestras vidas, es como un padre siempre presente que nos consuela, nos protege y nos da fuerzas. Desde nuestros bisabuelos, Brochero ha estado presente de diversas maneras en ambas familias y tanto a mi esposa como a mí nos infundieron desde niños la devoción a Brochero y esa devoción nos llevó a vivir los ejercicios espirituales, a casarnos en la Iglesia de Brochero, entregando nuestro matrimonio a la protección del Curita y de igual manera le encomendamos a Dios por su intercesión el cuidado de nuestro hijo ni bien nos enteramos del embarazo; y Nicolás recibió el Bautismo y su Primera Comunión en la misma iglesia. Para graficar nuestros sentimientos podríamos decir que Brochero es un miembro más de la familia, así sentimos su presencia en nuestras vidas. En lo personal mi relación con Brochero es intensa, con un sentimiento de gratitud infinita por la vida de mi hijo y reafirmando de manera concreta que él, que fue y es un hombre santo, está en un lugar privilegiado para ayudar al que lo necesite. 

¿Cómo fue viviendo los pasos de la posibilidad que su hijo sea el destinatario del milagro de un sacerdote tan querido?

Sandra: En nosotros siempre estuvo la convicción, la certeza de que la vida y recuperación de Nicolás era un Milagro, reforzada por las manifestaciones de algunos médicos que se expresaban en ese sentido, el 26 de Enero del 2002, sólo a poco más de un año del accidente, le acercamos al Padre Ricotti (en ese entonces párroco de Villa Cura Brochero) una carta comunicando lo que para nosotros era una gracia especial concedida por la intercesión del Cura Brochero. Frente al pronóstico desalentador en relación a las posibilidades de calidad de vida y la recuperación asombrosa de Nicolás, particularmente del lenguaje, nos llevó a comunicar los avances y logros de Nicolás, esta vez al Padre Frigerio con fecha 14/06/2005. 

Cuando en 2009 comenzó el proceso de estudio del presunto milagro en el Arzobispado de Córdoba, lo vivimos con una gran emoción en lo familiar, con mucha esperanza como Brocherianos, ya que hacía mucho tiempo que se esperaba un milagro para que Brochero pudiera estar en los altares, con una gran responsabilidad y compromiso para aportar todos los elementos que el tribunal nos fue requiriendo y con la tranquilidad de que Brochero estaba presente en cada paso de la causa; fue increíble ver como se iban dando las cosas. El cierre del proceso en Córdoba significó una inmensa alegría, ver materializado el estudio del presunto milagro en “esa caja lacrada” para ser enviada a Roma, es una imagen que quedará gravada en nuestras retinas, brotaba el sentimiento de que esta vez era posible. 

Osvaldo: El proceso en Roma nos generó ansiedad, sin dejar de lado la certeza sobre el presunto milagro, ya que era un examen más exigente. 

Debemos reconocer que para el momento de realizarse la junta médica estábamos absolutamente confiados, pero cuando Monseñor Santiago, nos habló desde Roma, avisándonos que el presunto milagro había sido aprobado por unanimidad por la junta médica, nos invadió el llanto y la alegría. La segunda instancia, la de aprobación de los Teólogos, para nosotros fue la más incierta y la que nos generó mayor expectativa y felicidad, cuando nos avisaron que también había sido positiva, y por unanimidad, fue un regocijo para nuestra Fe. Es muy difícil transmitir lo que se siente, es una emoción que desborda y había que contener esa emoción en el silencio y respeto al proceso, era saber que cada paso estaba cumplido, pero que era su Santidad quién decretaba la aprobación del milagro. 

Hoy nos llena de gozo poder compartir, con quiénes comulgan nuestra Fe, la experiencia vivida y el orgullo de ser parte de la gloria de Brochero, un hombre y sacerdote santo, pastor y guía, ejemplo de amor, entrega, honestidad, perseverancia, progreso, caridad y humildad… 

¿Podría compartir su vivencia espiritual en este tema?

Sandra: Desde lo espiritual vivimos este proceso a la luz de la Fe, y así como desde el momento del pedido, se hizo con la convicción de que se concedería, en una sincera entrega a Dios y a Brochero; de la misma manera tuvimos la certeza de que el pedido de todos, iba a ser escuchado. Nos aferramos con mayor fuerza a la oración para la beatificación de Brochero. En cada paso del proceso iba surgiendo un infinito agradecimiento. Nicolás para nosotros es un continuo milagro que nos recuerda cada día que Dios es lo esencial en nuestras vidas, como nos enseña Brochero y tratamos de vivirlo de ese modo. 

-¿Cómo lo vive Nicolás?

Sandra:Nicolás lo vive con simpleza, para él lo más importante es la beatificación de Brochero; la oración por su beatificación se ha rezado en familia diariamente y él siente que eso es lo importante. Cuando le contamos y explicamos que su vida había sido salvada por Dios por intercesión de Brochero y le preguntamos que sentía nos dijo: “siento mucho amor en mi corazón”, creemos que es la mejor síntesis, todo este proceso ha estado lleno del amor de Dios y de Brochero. 

-¿Qué significó para la familia?

Osvaldo: Haber recibido una doble bendición, el del milagro en sí y que sea la gracia elegida para la beatificación de Brochero, nos hacersentir privilegiados del inmenso amor de Dios, ambas bendiciones nos sirvieron para crecer espiritualmente, para darle mayor sentido al sufrimiento, para dignificar nuestra cruz, para agradecer que Dios nos lo ha prestado por segunda vez, para tratar de vivir nuestra vidas al ejemplo de Brochero y lo vivimos con total serenidad, con mucha paz interior, pero especialmente con Fe, en la convicción de que sólo fuimos simples instrumentos para que José Gabriel del Rosario Brochero, hoy sea Beato. 

-Para compartir… lo que crean que puede ayudarnos

Sandra: Lo que nos gustaría compartir, es que si bien hoy disfrutamos de la inmensa alegría de la Beatificación de Brochero y estamos de fiesta, los caminos del Señor no son fáciles, en nuestro caso el milagro de la vida vino acompañado por un proceso que significó también mucho sufrimiento, que recibimos a veces con enojo, a veces con alegría, otras con tristeza, pero lo importante es que fue con aceptación y Fe. En esa seguridad de que era posible la recuperación de Nicolás, se encuentra sumado el esfuerzo y el trabajo diario de Nicolás, la familia, los terapeutas, los amigos, los médicos, en el convencimiento de que todos somos instrumentos para la gloria de Dios. No basta sólo con recibir el milagro, tenemos que crecer cada día y multiplicar los dones recibidos, debemos crecer en la Fe, en el amor, en el servicio, en la entrega y dar testimonio de vida. 

Osvaldo: Nuestro hijo es un ser lleno de amor, que lleva a Dios y a Brochero en su corazón y es nuestro verdadero ejemplo de vida y de Fe.  Pero Nicolás es uno más de muchos milagros concedidos y seguramente muchos más son los que vendrán, lo importante es dar testimonio, compartir, no callar… Ahora como Brocherianos debemos redoblar el esfuerzo y tomar el compromiso de rezar por la canonización de Brochero. 

¿Cómo fue evocar en estos días la historia que les tocó vivir?

SandraEn realidad, es una resignificación del dolor y de la cruz. A pesar de que ha sido un camino difícil, con alegrías pero con mucho dolor y trabajo, hemos reencontrado el sentido de la cruz con alegría y con gozo, lo que nos permite estar muy emocionados. Sentirnos que hemos sido parte de este proceso, con un granito de arena, nos da una alegría inmensa. 

Osvaldo: Gente que nos ve nos pregunta de dónde sacamos fuerza. Creemos que viene de Dios, del Espíritu Santo, y también de Brochero, porque sin ellos creo que no se hubiera conjugado esta historia de la manera que se dio. Es Dios el principal artífice y es la fuerza que emana de Él lo que nos lleva adelante. Brochero trabaja y hace trabajar… Brochero ha trabajado mucho, y creo que aún lo sigue haciendo a través de Nicolás y muchas otras personas. Así que si es para gloria de Dios, hay que trabajar y salir adelante.

La historia de la familia está trazada por los camino brocherianos. Sandra cuenta que sus bisabuelos trabajaron junto a Brochero, y que su abuela fue catequista de la capilla de Pampa del Pocho. Los varones, cada año, asistían a los ejercicios espirituales que se predicaban en la Casa de Ejercicios. Su mamá, Nora, el “pilar” de la fe en la familia, fue a la escuela primaria del colegio de las Esclavas y, según su hija, “ha sido como el poncho casero de Brochero en la fe”. Por estos días, con su grupo de oración, la abuela del “niño del milagro” borda, cocina y plancha; presta camas y catres para los peregrinos y se hace tiempo para rezar y recibir en su casa a las religiosas de la Sociedad de María y otras congregaciones, que llegan a ella como si fuera una madre superiora. 

-¿Cómo fue crecer en una familia que respira a Brochero?

Sandra: Nos identificamos en el trabajo de Brochero de la entrega, de no bajar los brazos hasta no conseguir el objetivo. Quizás somos muy insistentes. Sin duda, el camino de la comprobación del milagro ha sido un camino de Brochero, en el sentido del esfuerzo y de la perseverancia. A mí me llama la atención la perseverancia que tiene Nicolás por la recuperación. Uno como papá lo alienta y lo empuja para que siga creciendo, pero se nota que tiene un empuje y una fuerza de perseverancia que es muy particular. Y creo que esto es un reflejo de lo que da Brochero.

Al igual que ocurrió con María Sara Pane -en la imagen junto a Osvaldo y Sara-, la mujer por quien la beata Crescencia Pérez obró un milagro de curación, la familia Flores-Violino vivió días atrás una situación de prueba y de resignación, de depositarse en las manos de Dios. Nicolás debía someterse, tarde o temprano, a una cirujía. Pero hace un mes, el médico les indicó que debían someterlo a una operación quirúrgica correctiva del pie, mucho más compleja de lo que esperaban, y que implicará probablemente quebrarle la cadera y el fémur. 

¿Cómo sobrellevaron la situación? 

Osvaldo: Vinimos varios kilómetros desde Buenos Aires mudos. Pero a los poco días se nos pasó la conmoción, rezamos, pedimos y ahora estamos con la fuerza que nos da Dios… no es fácil. Pero lo estamos sobrellevando. 

Sandra: Como mamá me afectó durante todo el viaje y media jornada del día siguiente. Pero le dije a Brochero que se ocupe, le rezamos en familia y se lo dijimos a Nicolás para que tenga presente este momento en el que se esperan y se reciben tantas gracias. Lo hablamos con monseñor Santiago Olivera, que es para nosotros un pastor y guía espiritual en la familia. En estos momentos te quiebras, pero luego salís adelante. Yo digo que el “coludo” no nos va a vencer y menos en este momento. 

La postuladora de la causa, Silvia Correale, se quedará unos días más en la Argentina para escuchar la comunicación de otras gracias que podrían llevar a la canonización de Brochero… 

Sandra: Son tantas las gracias que se reciben, y a veces no se comunican, o no se saben, o se cree que no tienen la entidad suficiente. Cuando me piden una opinión, les dijo que recen al Cura Brochero, que tienen un amigo en quien confiar y que puede pechar allá en el Cielo, y después les digo que la comuniquen porque eso es lo que nos está faltando. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo. Si uno no lo pide, no lo manifiesta, no se da. Creo que esto va a impulsar a que otros cuenten y me parece fantástico que así sea porque, a mi entender, Brochero tendría que estar en los altares desde hace tiempo. Estoy convencida de que va a salir muy rápido el segundo milagro para que Francisco lo pueda proclamar santo… ¡esa sí sería ponerle la frutilla al postre! 

El episcopado y el clero argentino siempre han insistido en Brochero por ser un ejemplo de sacerdote discípulo y misionero. ¿Qué puede rescatar de él un laico? 

Sandra: Creo que el modelo de Brochero es un ejemplo para todo el mundo. Para los políticos, para los líderes, para todos los cristianos, porque ha cubierto todas las áreas, primero con la promoción humana desde la evangelización, y también por esa entrega al necesitado, compartir hasta el último centavo… creo que, en definitiva, no hay ningún aspecto que no sirva de ejemplo. Sobre todo, saber que era un hombre común, un hombre santo, y que es ejemplo para el obispo, para el dirigente, para el contador, para cualquiera… En todo sentido, es un ser a imitar.

El testimonio de los médicos

Vicente Montenegro, en la imagen de la izquierda, es neurocirujano del Hospital de Niños de Córdoba, y según él mismo destaca, un instrumento que utilizó Brochero para obrar el milagro sobre el niño Nicolás Flores Violino, que llegó a sus manos en una noche de septiembre del 2000 con politraumatismos severos y pérdida de masa encefálica, y que hoy en día lleva una vida normal luego de una recuperación que la ciencia no pudo explicar. 

Aunque permaneció cercano a la familia, estudiando el proceso sorprendente que iba teniendo Nicolás, y por quien Brochero ha sido proclamado beato este sábado 14 de septiembre, supo que Brochero se había valido de él mucho tiempo después. «Aclaro que yo hablo de Brochero con mucho entusiasmo, pero es algo que he aprendido del 2009 a esta parte». 

Durante años, Osvaldo Flores y Sandra Violino mantuvieron el secreto de que en la fatídica noche del accidente, el padre de familia había pedido a Brochero que se valga del doctor Montenegro para que Nicolás tuviera las menores secuelas posibles. «Pasé nueve años sin advertirlo, y ellos bajo juramento, habían prometido no contarle a nadie. Tiempo después, en una de las tantas consultas que me hicieron, muy emocionados, me contaron lo que sucedió», contó en Villa Cura Brochero, a donde llegó para participar de la ceremonia de beatificación. 

«Cuando Nicolás tenía tres años-recordó-, venía caminando a mi consultorio y me decía ‘Hola Vicente’. Realmente a mí me sorprendió su recuperación». Montenegro, en esos días, había asegurado al joven matrimonio que su hijo permanecería en estado vegetativo, sin capacidad de ver ni de hablar. Sin embargo, pronto notó que algo distinto sucedía con este niño. 

«Yo creo que Brochero me utilizó a mí. Creo que lo hizo porque me he sentido siempre como una persona con más conocimiento sobre un tema que otras, y que en situaciones de dificultad podía ser de utilidad, pero sin soberbia»,destacó. Sobre la solapa de su saco, el converso médico exhibía una broche con la imagen del Cura Gaucho. 

Montenegro conoció la situación luego de recibir una carta del arzobispado de Córdoba que lo convocaba bajo juramento a presentarse en la curia. Allí le entregaron un expediente médico y le pidieron que reconozca si al pie se hallaba su firma. Aún sorprendido, asintió, y desde allí comenzó un largo proceso, que lo llevó junto a otros profesionales a comparecer ante la Junta Médica del Vaticano sobre el suceso. 

En conferencia de prensa, el médico también destacó el trabajo de los padres del niño Nicolás, Y al igual que los padres, destacó que Brochero sigue actuando, sobre todo cuando moviliza a los alrededores para actuar, como lo hizo durante su vida terrenal. 

«Han superado todos los obstáculos que se imaginen: sean de tiempo, de estrés o de angustia. Sandra estuvo dos años en silla de ruedas, y Osvaldo tuvo que lidiar con una esposa postrada, un niño enfermo, un suegro fallecido, y así y todo trabajar y llegar a fin de mes para pagar la luz. Todo esto hace esta historia muy brocheriana: se trata de esfuerzos e ir sacando piedras del camino»,aseguró. 

El perito médico que intervino en la causa, Carlos Rezzónico, en la imagen de la izquierda, fue el responsable de establecer si la historia clínica de Nicolás Flores Violino está fuera del alcance de la medicina. Recordando el expediente, aseguró que no hay dudas de que se trata de un acontecimiento anormal. 

«Nicolás quedó afectado en su hemisferio cerebral izquierdo, y no se explica que haya podido hablar al tener un accidente antes de haber desarrollado esa capacidad. Tuvo cuatro paros cardiorespiratorios, y se lo asistió en condiciones precarias inobjetables, lo cual debió producir un daño irreversible. En esas condiciones, iba a un estado de vida vegetativo»,aseguró este médico ya mayor, y que asistió, en 1973, a la exhumación de los restos del padre José Gabriel del Rosario Brochero, a quien hoy, luego de muchos años, la Iglesia Católica lo proclama beato.

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