Papa Francisco a los salesianos en Turín: «Aprendí a amar la Virgen desde chico gracias a los salesianos»

* «Demos a los muchachos una educación de emergencia. A los jóvenes de la calle hay que darles un oficio… Sí, es verdad hay que darles de comer a los muchachos de la calle: con el estómago vacío, no se puede estudiar, es cierto, pero también hay que enseñar la alegría evangélica»

21 de junio de 2015.- (Ary Waldir Ramos Díaz / Aleteia / Radio VaticanoCamino Católico) “Querida familia salesiana, he pensado tanto qué decirles, lo he escrito, pero es demasiado formal. Lo entrego al Rector Mayor para que él se lo haga conocer”: fueron las primeras palabras del discurso espontáneo que el Papa Francisco dirigió a los padres Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora, en la Basílica de María Auxiliadora, en la basílica de María Auxiliadora de Turín en ocasión de la celebración de los doscientos años del nacimiento de don Bosco. En clima familiar y amigable, al finalizar su discurso, el Papa Bergoglio saludó a muchos de los religiosos presentes, manifestándoles su afecto y reconocimiento.

El Papa Francisco improvisando contó su experiencia con los salesianos y especialmente su encuentro desde la infancia con un salesiano argentino de la Patagonia.

“Mi papá los conoció en la parroquia de Santa María Auxiliadora”en Buenos Aíres, y luego «los salesianos han acompañado la vida de mi familia, y la mía desde el bautismo, la confirmación, hasta la vocación al sacerdocio”, dijo Francisco, que no fue salesiano sólo porque quería ser un misionero y por ello optó por la Compañía de Jesús.

“Estoy muy agradecido a la familia salesiana por lo que han hecho por mí y mi familia”,dijo el Papa, y contó que su madre después del quinto parto quedó paralizada y le enviaron a su hermano y él a un internado salesiano. “Allí aprendí a amar la Virgen”.

En otra parte de su improvisación, sostuvo: “San Juan Bosco oraba siempre a María Auxiliadora y seguía adelante. No tenía muchos cálculos. Mi experiencia salesiana ha sido la del colegio, la de la familia… Cuando encontraba a un salesiano, pedía la bendición de María Auxiliadora, esto me ha ayudado a seguir adelante en la oración  y la vocación”, indicó.

El Papa explicó que Juan Bosco ha hecho una gran obra gracias al énfasis del método salesiano en promover la“afectividad” de los más chicos y aseguró que no se puede entender el fundador de los salesianos sin conocer la mamá del fundador, doña Margarita.

“Quería subrayar cómo esta mamá ha marcado el corazón de este hijo atento a los jóvenes”,expresó (un aspecto de la vida de Don Bosco que Jorge Mario Bergoglio reconoce como suyo, debido a su relación especial con su abuela Rosa, abuela piamontesa, madre de su padre, que también mencionó en la homilía de esta mañana).

El Papa habló hoy, como otras veces, de la fe que solo las mamás, las abuelas y las mujeres saben pasar de corazón a corazón.

Señaló que Turín es tierra de santos a pesar de que en su historia las ideologías como el comunismo han perseguido a la Iglesia y a los sacerdotes: “los comedores de sacerdotes” también atentaron con la “obra de Don Bosco”, recordó. “Don Bosco ha arriesgado su vida con su ministerio. Tantos han hablado mal de su ministerio” sacerdotal, indicó.

El Papa recordó la herencia de Don Bosco de ayudar a los jóvenes y les dijo a los salesianos que ellos hoy tienen un nuevo desafío en Italia, donde el 40% de los jóvenes está desempleado o no estudia.

“Don Bosco enseña la belleza del deporte y de la educación”,constató Francisco.  Asimismo, aplaudió  las escuelas de «artes y oficios» originales de los salesianos. Y luego se preguntó: ¿los salesianos hoy pueden enseñar estos oficios a medida de la crisis?  “Demos a los muchachos una educación de emergencia. A los jóvenes de la calle hay que darles un oficio”, remarcó.

El Pontífice también dijo haber aprendido “la alegría salesiana” y abogó por la “educación y animación a la belleza de la vida”.

“Sí, es verdad hay que darles de comer a los muchachos de la calle: con el estómago vacío, no se puede estudiar, es cierto, pero también hay que enseñar la alegría evangélica”,dijo el Papa.

Francisco expresó su preocupación por los jóvenes de la calle expuestos a las drogas, los vicios y el odio a la Iglesia. Por ello recordó a Don Lorenzo Mazza, salesiano argentino que fundó el Club San Lorenzo en Buenos Aíres con el espíritu de sacar a los jóvenes del ocio de la calle y de sus peligros.

Don Bosco –prosiguió– ha enseñado a los jóvenes a seguir 3 amores: la Virgen, la Eucaristía y el Papa.

El Papa Francisco explicó que Don Bosco enseñaba al amor hacía el Sucesor de Pedro porque era el amor no por el líder sino por la Iglesia que es madre. “Es la Iglesia”, dijo, y destacó su aspecto femenino.

Al respecto, a los que piden más poder para las mujeres en la Iglesia les pidió abstenerse de juicios fáciles y funcionalistas. “¿Por qué no nombrar una mujer una mujer como jefe de dicasterio?. Pero eso es una solución funcionalista”, sostuvo. El Papa se refirió a la Virgen como una figura muy importante para los apóstoles, aún más importante que los mismos apóstoles.

“Vuestro carisma es de una actualidad absoluta, miren en las calles a los jóvenes de hoy”,dijo. Y les invitó a seguir la Obra de Don Bosco arriesgado con audacia. “No tengan miedo a arriesgar”, señaló. Sucesivamente, recordó a los misioneros salesianos en África y en América Latina. “No es que yo tenga una obsesión por la Patagonia (risas de los presentes), Don Bosco ha hecho bien al enviar a los misionarios allí”.

El Pontífice habló de las muchas misiones salesianas en Patagonia y de la historia de una mujer que no abandonaba su devoción a la Virgen Auxiliadora aun después de haber dejado la Iglesia católica por desacuerdo con un sacerdote y haber pasado a la Iglesia evangélica. “Esta es la misionariedad de los salesianos”, dijo indicando la huella indeleble de la evangelización en la afectividad de los salesianos.

En su discurso improvisado, hubo varias notas de humor. Después del discurso del padre Ángel Fernández Artime, cabeza actual de los salesianos, recordó que lo había conocido personalmente en Argentina. “Este es el gallego que nos viene a mandar”, dijo el Papa recordando el encuentro personal con el padre Fernández en ocasión de un retiro de la Juventud en el Santuario de Lujan, y agregó: “hemos tenido momentos de buenas relaciones y momentos difíciles”, al mismo tiempo que remarcó  “su espíritu de servicio” y las “buenas relaciones”.

Éste es el resumen del discurso entregado:

“En mi peregrinación, dedicada a la veneración de Jesús crucificado en el signo de la Sábana Santa, elegí venir a este lugar que representa el corazón de la vida y de la obra de San Juan Bosco, para celebrar con ustedes el segundo centenario de su nacimiento”.Con estas palabras comienza el discurso que el Papa Francisco entregó, en la tarde de este domingo, en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, al Rector Mayor de los padres Salesianos.

Tras agradecer al Señor por haber donado este Santo a la Iglesia, que junto a otros tantos santos de la región piamontesa “constituyen un honor y una bendición para la Iglesia”, “sobre todo por la actividad desarrollada en favor de los jóvenes, en particular aquellos pobres y emarginados”, el Pontífice remarca tres elementos esenciales de la vida de Don Bosco:

Una inquebrantable confianza en Dios

Francisco destaca la “inquebrantable confianza en Dios” que sostuvo la misión sacerdotal del Don Bosco. Confianza que es “sustancia de la vida consagrada”, dice, “para que el servicio al Evangelio y a los hermanos no sea un permanecer prisioneros de nuestras visuales”, “sino un continuo superarnos a nosotros mismos, anclándonos a las realidades eternas y hundiéndonos en el Señor”. “Ésta es nuestra fecundidad”, puntualiza.

El servicio a los jóvenes

Fue otro de los aspectos importantes que Francisco quiso destacar de la vida de Don Bosco. Un servicio realizado con “firmeza y constancia, entre obstáculos y fatigas, con la sensibilidad de un corazón generoso”.

“Evangelizar educando y educar evangelizando”:en su discurso el Papa invita a evangelizar y a educar a los jóvenes “proponiendo un estilo educativo hecho de razón, religión y ternura, universalmente considerado como sistema preventivo”. ¡Mansedumbre y ternura fuerte! – insiste –  y los alienta a “continuar con generosidad y confianza las múltiples actividades en favor de los jóvenes”, sin olvidar a “los chicos de la calle” de don Bosco.

Docilidad y fidelidad a la Iglesia y al Papa

El Obispo de Roma recuerda además la docilidad y fidelidad de Don Bosco a la Iglesia y al Papa. Hoy, se lee en el discurso, “la Iglesia se dirige a ustedes, hijos e hijas espirituales de este gran Santo”, y “los invita a ‘salir’ e ir nuevamente al encuentro de los jóvenes: aquellos de las periferias de las metrópolis, en las áreas de peligro físico y moral, en los contextos sociales en donde faltan tantas cosas materiales, pero sobre todo falta el amor, la comprensión, la ternura, la esperanza”. Tras recordar que el oratorio de don Bosco nació del encuentro con los “chicos de la calle”,  el Papa expresa su deseo de que puedan anunciar a todos la misericordia de Jesús “haciendo ‘oratorio’ en todo lugar, en especial en aquellos más inaccesibles”.

Luego de recordar a  las tantas instituciones religiosas que nacieron de la obra de don Bosco, el Pontífice alienta a la familia Salesiana a “seguir por este camino, imitando la fe de quienes los han precedido”.

 

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