Papa Francisco a sacerdotes de todo el mundo de la Renovación Carismática: «El proselitismo es la caricatura de la evangelización»

«Amen, déjense amar, abran el corazón a Jesús: Si te dormís delante del sagrario, es lindo porque dejas que Dios te mire cuando duermes, como un papá. El sagrario es algo frío, no es un televisor, pero ahí está el amor. Ese amor es el que nos hace evangelizar, si no sientes ese deseo hay que detenerse en la oración y pedirle que nos vuelva a cautivar. Evangelizar significa estar enamorado y dejarse enamorar»

Vídeo completo del Papa Francisco en el 3er. Retiro Mundial de Sacerdotes de la Renovación Carismática en el que hace una meditación, contesta a preguntas y celebra la Misa de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

13 de junio de 2015.- (Radio Vaticano Camino Católico«No hagan proselitismo. El proselitismo es la caricatura de la evangelización«. El Papa Francisco se mostró rotundo ayer viernes por la tarde, durante un encuentro con sacerdotes de todo el mundo, a quienes contestó todo tipo de preguntas en castellano, improvisando. Desde la situación en África a la pobreza, pasando por futuros acuerdos con otras confesiones cristianas, como una fecha fija para celebrar la Pascua, o la posibilidad de que el viaje a África se amplíe a Kenia. Primero el Papa hizo una meditación, luego contestó a las preguntas de los sacerdotes y acabó celebrando la Misa de la Solemnidad del Sagrado corazón, lo que se visualiza y escucha íntegramente en el vídeo.

El Tercer Retiro Mundial de Sacerdotes organizado por la Renovación Carismática al que ha ido hoy el Santo Padre se celebra, desde el pasado miércoles hasta el próximo domingo, en San Juan de Letrán, la catedral de Roma.

El Pontífice ha iniciado su meditación con buen humor: “Sé que ustedes se confesaron unos a otros. Eso está bien sino, cuando llegue el confesor va a quedar destruido”, dijo suscitando risas de los presbíteros de los cinco continentes. El Papa Francisco ha felicitado la organización por poner codo a codo a 1000 eclesiásticos, entre cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y diáconos provenientes de 90 países de los cinco continentes.  “Es maravilloso ver a obispos y sacerdotes juntos. Cuando están cercanos… cuando el obispo no pone distancia principesca, cuando el obispo es padre de sus sacerdotes”.  

En este contexto, ha pedido a los sacerdotes de hablar francamente con su obispo cuando haya problemas. “A los curas les gusta hablar mucho hablar del obispo, que hay algo que no les gusta del obispo, que tienen algo que decirque lo digan en la cara como hombres”, lo mismo vale para el Obispo que puede decir todo a su sacerdote“como padre, con cariño”.

El Papa aludió a “la sinceridad” como clave en la historia de la Iglesia y de la salvación. Sostuvo que la Iglesia necesita pastores –obispos cercanos al pueblo, obispos-padres cercanos a los sacerdotes, sinceros y ejemplares. El Pontífice admitió también que entre obispo y sacerdote pueden y deben haber discusiones. “Donde no hay discusión es porque se está muerto”, y luego uso una de sus metáforas coloridas: “hasta el yerno lleva flores a la suegra a la tumba porque sabe que no va a discutir” (risas). 

En otro paso de su discurso espontáneo elogió el genio femenino. “La Iglesia es mujer, es esposa de Cristo”.  “Estas mujeres que están aquí son preciosas” para después añadir: “recuerden que María es más importante que los apóstoles”. 

Amor que debe ser declarado y gritado 

El Santo Padre ha pedido a los sacerdotes de ver su misión en la Iglesia como una obra de amor.“La llamada de Jesús a ustedes es una llamada de amor”. Luego citó una canción: “Qué detalle Señor haz tenido conmigo”. 

«Les hago una pregunta: ¿Cuándo ustedes tienen una alegría se la llevan al Sagrario?» El Papa Francisco les exhortó a poner sus frustraciones y problemas a Cristo en el Sagrario: “Mira que soy una porquería, que te he traicionado”. Luego el Papa ha evocado que Jesús ha llamado a sus sacerdotes “amigos”.

“Cuando un hombre y una mujer se enamoran, lo dicen a todo el mundo”,y les pidió de vivir ese amor difundiéndolo a todo el mundo. «El Pueblo de Dios con su ‘sensus fidei’ sabe reconocer en seguida cuando un cura está enamorado de Jesús y cuándo es un funcionario«. 

Luego ha hablado de los sacerdotes que pierden el amor y se les olvida conversar con Dios. 

¡La gente cansa, es verdad!

En un sentido muy práctico recordó que la gente cansa al sacerdote, pero al mismo tiempo les invitó a “no maltratar la gente”.  El Pontífice contó una anécdota  de un jesuita que iba a jubilarse, profesor de literatura, que le contó: “Decidles a tus profesores de teología que les faltan dos tesis de eclesiología, y te las digo: el santo pueblo fiel de Dios es ontológicamente olímpico y esencialmente hartante… el pueblo cansa. Ese es el cansancio sacerdotal, el cansancio del servicio, ningún sacerdote que sirve necesita pastillas para dormir”. 

Evangelizar es un acto de amor

“La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús, es un don que recibimos…siéntanse salvados, les recomiendo que lean Ezequiel, 16, vean en esa historia el pueblo que se aleja de Dios y lean su propia historia”.Y ha indicado que Dios aunque se hayan portado mal con su misericordia los ha puesto delante de la gente. “Cada uno en su sacerdocio sienta en sus debilidades que Jesús lo pone a servir a su pueblo”, que llamó “una santa vergüenza”.  “Que cada sacerdote sienta en su corazón que justo por sus debilidades y fallos Jesús lo pone a servir a su Pueblo», dijo. 

El Papa Francisco que se puso al nivel de los sacerdotes hablando de sus homilías en Santa Marta que ha señalado como “una pequeña parroquia”. “¿Quién aguanto a quién?” ha contado que preguntaba a los matrimonios de ancianos que vienen a la misa. “Caricias añejas que se renuevan”.  

“Amen, déjense amar, abran el corazón a Jesús”: sacerdote cansado, “si te dormís delante del sagrario, es lindo porque dejas que él (Dios) te mire cuando duermes, como un papá”. Porque “el sagrario es algo frío, no es un televisor, pero ahí está el amor”.

«Ese amor es el que nos hace evangelizar, si no sientes ese deseo hay que detenerse en la oración y pedirle que nos vuelva a cautivar”.En este último pasaje sobre el tema la misión sacerdotal sostuvo: “Evangelizar significa estar enamorado y dejarse enamorar”. 

«La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción, como dijo Benedicto XVI»,subrayó el Papa, quien incidió en que esta atracción debe darse «con el lenguaje de los gestos, y que provoquen la curiosidad«. Como ya señalara en la JMJ de Brasil, Bergoglio dijo que «las dos columnas sobre las que se apoya el Cristianismo son las Bienaventuranzas y Mateo 25, que es el protocolo sobre el que vamos a ser juzgados».

Y, hablando sobre el amor, Papa Francisco también reflexionó sobre cómo hablar sobre Jesús a la gente. «¿Cómo predicar –se preguntó– o, permítanme el neologismo, cómo “kerigmatizar», transmitir el kerigma con esa certeza que da el Espíritu Santo?». La primera respuesta fue sobre las homilías: «por favor, tengan piedad del pueblo fiel de Dios», la gente no aguanta homilías largas, tediosas, que parecen conferencias; la gente, recordó el Papa, quiere «que le hablen al corazón, desde el corazón. Un profesor que teníamos de homilética nos decía: una idea, una imagen y un sentimiento. Lo único que tiene que tener una homilía: qué quiero transmitir, con qué imagen la voy a transmitir y qué sentimiento voy a dar y provocar», y sin caer en moralismos. 

«No espanten al pueblo fiel de Dios, por favor -insistió. No pierdan el tiempo, hablen de Jesús, del gozo de una fe arraigada en Jesús, del amor que transforma el corazón para que el corazón enamorado sea testigo de Jesús y de su amor, que es más fuerte que el odio y que la muerte. Es más fuerte que cualquier terrorismo asesino. Estamos llamados, por amor, a ser como Jesús, a amar sin límites en todas circunstancias. Yo les confieso que me da mucha pena cuando, por ejemplo, un párroco no bautiza a un recién nacido porque es hijo de madre soltera o de padres vueltos a casar. No tiene derecho. Un bautismo no se niega: grábenselo bien, no espanten al pueblo fiel» Por favor, exhortó Francisco a los sacerdotes: «¡Una iglesia sin Jesús y sin misericordia no!», porque cuando pasa esto, cuando el sacerdote «es burócrata y apegado a la letra de la ley, la Iglesia, que es madre, se transforma para tantos fieles en madrastra. ¡Por favor, hagan sentir que la Iglesia siempre es madre!».

Con respecto a las confesiones y al perdón, Francisco recordó los versos dedicados a la Virgen de un párroco que conoció en Buenos Aires: «Esta tarde, Señora, la promesa es sincera, pero, la verdad, no te olvides de dejar la llave afuera». Que cada penitente que vaya al confesionario, indicó el Papa, «se vaya sabiendo que la llave está afuera y que puede abrir otra vez esa puerta. ¡Misericordia en las confesiones. El amor transforma y contagia!». También aludiò a la tentación del clericalismo: «el clericalismo es una actitud peligrosa, como el tango se baila de a dos: es cómplice porque al cura le encanta clericalizar y el laico le pide por favor que lo clericalice, porque es mucho más cómodo. ¡Cuidado con este parecado cómplice del clericalismo». «Y dejen trabajar a los laicos en paz», advirtió a los sacerdotes.

«Hemos de atender a la gente que no puede sobrevivir, enfermos, en esta cultura del descarte donde lo que no produce no sirve. La trampa en la que podemos caer y no debemos caer es en la predicación moralista»,advirtió el Papa, quien pidió «hombres y mujeres que gastan su vida sirviendo a otros a los que el mundo descarta».

Cercanía, y adiós a la teología del «no». «No hay otro camino. No condenar a nadie, si tu enemigo te hace mal, devolverle el bien. Si encuentras a uno tirado en el camino de la vida, compórtate como el buen samaritano, cumplir las bienaventuranzas y dejar que el Espíritu Santo haga el resto», proclamó Francisco, quien animó a «dar testimonio», poniendo como ejemplo a Carlos de Foucald.

«Tantos cristianos, laicos, que viven las Bienaventuranzas, lo que Jesús enseñó, el Evangelio. Y el Evangelio, literalmente. Pero nunca el proselitismo, por favor, nunca«, culminó a una pregunta el Papa, subrayando la necesidad de sembrar esperanza y luchar«contra el problema de la injusticia social», en América Latina y el mundo.

«Hay mucha miseria, pero eso no es nuevo»,destacó Francisco, quien animó a «ser hombres que se mueven, estar junto a los que más sufren, pero sin despreciar a nadie», pues «la ideología desprecia, te arma la lucha de clases, y eso no es Evangelio. Si hay una lucha de clases en el Evangelio, es la que hay entre la misericordia que predica Jesús y la rigidez de los Doctores de la Ley», resaltó el Papa, quien confirmó que «Jesús no se prendió a ninguno de los partidos políticos: ni a los fariseos, ni a los saduceos, ni a los esenios ni a los zelotas. Se dedicó a anunciar el Evangelio, a estar con los pobres»

«Pónganse en camino, anuncien, gratuitamente», añadió Bergoglio. «Nuestro pueblo fiel perdona a un sacerdote que tiene un resbalón afectivo, le da al trago… pero nunca el pueblo fiel de Dios te va a perdonar si estás apegado al dinero o que maltrate a la gente. Son culpables».

«América Latina tiene la posibilidad de ser una Iglesia pobre y para los pobres, pero no olviden que el demonio se mete por los bolsillos»,advirtió el Papa, señalando la «vanidad y la soberbia» como grandes tentaciones.

Al tiempo, pidió no olvidar que «los pobres son la riqueza de la Iglesia. Si no estamos convencidos de que los pobres son la riqueza de la Iglesia, los utilizaremos para nuestra ideología«. 

Sobre el ecumenismo, el Papa subrayó la magnífica relación con los patriarcas ortodoxos, aun cuando «hay una parte geopolítica que solo con el diálogo se puede solucionar. El caso concreto de los rusófonos de Ucrania. El problema está resuelto en los papeles, el tratado de Minsk está firmado por todos, pero se rehúsan a cumplirlo».

En este punto, anunció los diálogos para «poner una fecha fija» a la Pascua. «Qué se yo, segunda semana de abril. La Iglesia católica está dispuesta a una fecha común». En la línea de anuncios, indicó que junto a Centráfrica y Uganda, está la posibilidad,«aún no cerrada», de visitar Kenia en noviembre.

«Es necesario que Europa vaya a África no para sacar cosas, sino para invertir y que la gente no tenga que venir. El trabajo más social es dar trabajo», afirmó el Pontífice.

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