Papa Francisco en el Ángelus, 19-2-2023: «Jesús nos propone no medir el amor en la balanza de las conveniencias y nos invita a poner la otra mejilla y amar a los enemigos»

* «Las palabras de Jesús nos desafían. Mientras nosotros intentamos quedarnos en lo ordinario de los razonamientos utilitarios, Él nos pide abrirnos a lo extraordinario de un amor gratuito; mientras que nosotros tratamos siempre de igualar el contador, Cristo nos estimula a vivir el desequilibrio del amor. Si Dios no se hubiera desequilibrado, nosotros nunca hubiéramos sido salvados: ¡ha sido el desequilibrio de la cruz lo que nos ha salvado!»          

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «El amor de Jesús nos pide que nos dejemos tocar por las situaciones de los que son probados. Pienso especialmente en Siria y en Turquía, en las tantísimas víctimas del terremoto, pero también en los dramas cotidianos del querido pueblo ucraniano y de tantos pueblos que sufren a causa de la guerra o por causa de la pobreza, la falta de libertad o de las devastaciones ambientales: tantos pueblos… Estoy cerca de la población neozelandesa golpeada en los últimos días por un ciclón devastador. No olvidemos a quien sufre y hagamos que nuestra caridad sea atenta, ¡sea una caridad concreta!»      

19 de febrero de 2023.- (Camino Católico)  “El Señor nos propone salir de la lógica del provecho y no medir el amor en la balanza de los cálculos y de las conveniencias. Nos invita a no responder al mal con el mal, a osar en el bien, a arriesgar en el don, aunque recibamos poco o nada a cambio”, es esta la invitación del Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del ángelus, de este domingo, 19 de febrero de 2023.

Foto: Vatican Media

Comentando las palabras que Jesús nos dirige en el Evangelio de este VII Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre señala que, estas palabras son exigentes y parecen paradójicas, ya que Él nos invita a poner la otra mejilla y amar incluso a los enemigos. Si nos quedamos en lo ordinario, en el balance entre dar y recibir, las cosas no cambian: “Si Dios tuviera que seguir esta lógica, ¡no tendríamos esperanza de salvación! Pero, por suerte para nosotros, el amor de Dios siempre es ‘extraordinario’, es decir, va más allá de los criterios habituales con los que nosotros humanos vivimos nuestras relaciones”.

Y citando la Carta del apóstol Pablo a los Romanos, en el que dice que, “Dios demuestra su amor hacia nosotros en el hecho que, mientras éramos todavía pecadores, Cristo murió por nosotros”, el Pontífice señala el extraordinario amor de Dios. “Así es, Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque seamos buenos o capaces de devolverle algo. El amor de Dios es un amor siempre en exceso, siempre más allá de los cálculos, siempre desproporcionado. Hoy nos pide también a nosotros vivir de esta manera, porque solo así lo testimoniaremos de verdad”.

“No olvidemos a los que sufren y que nuestra caridad esté atenta, ¡que sea una caridad concreta!”, con esta invitación el Santo Padre ha recordado después de rezar la oración del ángelus, a las poblaciones que en diferentes partes del mundo están sufriendo a causa de la guerra, la pobreza y los desastres naturales como Turquía Siria, Ucrania y Nueva Zelanda. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro, Vaticano
Domingo, 19 de febrero de 2023

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Las palabras que Jesús nos dirige en el Evangelio de este domingo son exigentes y parecen paradójicas: Él nos invita a poner la otra mejilla y amar incluso a los enemigos (cfr Mt 5,38-48). Para nosotros es normal amar a los que nos aman y ser amigos de quien es nuestro amigo; sin embargo, Jesús nos provoca diciendo: si actuáis de esta manera, «¿qué hacéis de extraordinario?» (v. 47). ¿Qué hacéis de extraordinario? Este es el punto sobre el que me gustaría atraer hoy vuestra atención, sobre este qué hacéis de extraordinario.

“Extraordinario” es lo que va más allá de los límites de lo habitual, que supera las praxis habituales y los cálculos normales dictados por la prudencia. En general, nosotros sin embargo tratamos de tener todo bastante en orden y bajo control, de forma que corresponda a nuestras expectativas, a nuestra medida: temiendo no recibir la reciprocidad o de exponernos demasiado y después quedar decepcionados, preferimos amar solamente a quien nos ama para evitar las desilusiones, hacer el bien solo a quien es bueno con nosotros, ser generosos solo con quien puede devolvernos un favor; y a quien nos trata mal respondemos con la misma moneda, así estamos en equilibrio. Pero el Señor nos advierte: ¡esto no es suficiente! Nosotros diríamos: ¡esto no es cristiano! Si nos quedamos en lo ordinario, en el balance entre dar y recibir, las cosas no cambian. Si Dios tuviera que seguir esta lógica, ¡no tendríamos esperanza de salvación! Pero, por suerte para nosotros, el amor de Dios siempre es “extraordinario”, va más allá, va más allá de los criterios habituales con los que nosotros humanos vivimos nuestras relaciones.

Foto: Vatican Media

Las palabras de Jesús, por tanto, nos desafían. Mientras nosotros intentamos quedarnos en lo ordinario de los razonamientos utilitarios, Él nos pide abrirnos a lo extraordinario, a lo extraordinario de un amor gratuito; mientras que nosotros tratamos siempre de igualar el contador, Cristo nos estimula a vivir el desequilibrio del amor. Jesús no es un buen contable: ¡no! Siempre conduce al desequilibrio del amor. No nos maravillemos de esto. Si Dios no se hubiera desequilibrado, nosotros nunca hubiéramos sido salvados: ¡ha sido el desequilibrio de la cruz lo que nos ha salvado! Jesús no hubiera venido a buscarnos mientras estábamos perdidos y alejados, no nos hubiera amado hasta el final, no hubiera abrazado la cruz por nosotros, que no merecíamos todo esto y no podíamos darle nada a cambio. Como escribe el apóstol Pablo, «en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos es ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros» (Rm 5,7-8). Así es, Dios nos ama mientras somos pecadores, no porque seamos buenos o capaces de devolverle algo. Hermanos y hermanas, el amor de Dios es un amor siempre en exceso, siempre más allá de los cálculos, siempre desproporcionado. Y hoy nos pide también a nosotros vivir de esta manera, porque solo así lo testimoniaremos de verdad.

Hermanos y hermanas, el Señor nos propone salir de la lógica del provecho y no medir el amor en la balanza de los cálculos y de las conveniencias. Nos invita a no responder al mal con el mal, a osar en el bien, a arriesgar en el don, aunque recibamos poco o nada a cambio. Porque es este amor que lentamente transforma los conflictos, acorta las distancias, supera las enemistades y sana las heridas del odio. Entonces podemos preguntarnos, cada uno de nosotros: yo, en mi vida, ¿sigo la lógica del provecho o la de la gratuidad, como hace Dios? El amor extraordinario de Cristo no es fácil, pero es posible; es posible porque Él mismo nos ayuda donándonos su Espíritu, su amor sin medida.

Rezamos a la Virgen, que respondiendo a Dios su “sí” sin cálculos, le ha permitido hacer de ella la obra maestra de su Gracia.

Foto: Vatican Media

Oración del Ángelus:

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria…

Foto: Vatican Media

Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave Maria…

Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave Maria…

Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

Orémus.
Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,
méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.

Amen.

Gloria Patri… (ter)
Requiem aeternam…

Benedictio Apostolica seu Papalis

Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,
Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.

Amen.

Foto: Vatican Media

Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas,

Foto: Vatican Media

el amor de Jesús nos pide que nos dejemos tocar por las situaciones de los que son probados. Pienso especialmente en Siria y en Turquía, en las tantísimas víctimas del terremoto, pero también en los dramas cotidianos del querido pueblo ucraniano y de tantos pueblos que sufren a causa de la guerra o por causa de la pobreza, la falta de libertad o de las devastaciones ambientales: tantos pueblos… En este sentido estoy cerca de la población neozelandesa golpeada en los últimos días por un ciclón devastador. Hermanos y hermanas, no olvidemos a quien sufre y hagamos que nuestra caridad sea atenta, ¡sea una caridad concreta!

Dirijo mi saludo a todos vosotros, venidos de Italia y de otros países. Saludo a los peregrinos de Oviedo (España) y a los alumnos de Vila Pouca de Aguair en Portugal.

Saludo también a los grupos de Acción Católica de Rimini y de Saccolongo;  los fieles de Lentiai, Turín y Bolzano; los chicos de la confirmación de Valvasone y Almenno San Salvatore; los adolescentes y los jóvenes de Tricesimo, Leno, Chiuppano y Fino Mornasco; los monaguillos de Arcene y los alumnos de la escuela de San Ambrosio de Milán.

Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.

Francisco


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