Papa Francisco en el Ángelus, 24-12-2023: «Dios dice: ‘Me ofrezco como tu refugio’. Él ama así y nos llama a hacer lo mismo en Navidad: acoger, proteger y respetar a los demás»
* «Pensando en todos, pensando en los marginados, en los que estos días están lejos de la alegría de la Navidad. Hagámoslo de manera delicada y discreta: escuchando, acompañando, visitando, haciéndonos también nosotros para los demás ‘sombra del Altísimo’… ¡No confundamos la celebración con el consumismo! Se puede – y como cristianos debemos – celebrar con sencillez, sin despilfarros, y compartiendo con quienes carecen de lo necesario o les hace falta la compañía»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Estamos cerca de nuestros hermanos y hermanas que sufren por la guerra. Pensemos en Palestina, Israel, Ucrania. Pensemos también en quienes sufren la pobreza, el hambre y la esclavitud. ¡El Dios que tomó para sí un corazón humano infunda humanidad en el corazón de los hombres!»
24 de diciembre de 2023.- (Camino Católico) Hoy, en el cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos presenta la escena de la Anunciación, El Papa en su alocución previa al Ángelus afirma que Dios nos dice:”’ Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo’. Dios ama así y nos llama también a nosotros a hacer lo mismo: acogiendo, protegiendo y respetando a los demás”.
El ángel, para explicar a María cómo concebirá a Jesús, le dice: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra». En la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco reflexiona sobre lo que representa esta imagen, Dios que cubrirá a la Virgen con su sombra.
En estas navidades, dice, mientras vemos a parientes y amigos, si sabemos de alguien que las pasará solo, Francisco nos pregunta si podríamos ser una sombra que repara, una amistad que consuela, para las personas solas y necesitadas. «Pensemos en todos, pensemos en los marginados, en los que estos días están lejos de la alegría de la Navidad. Pensemos en todos con la bondad de Dios. Recuerden esta palabra: la bondad de Dios».
La sombra es un don que restaura, afirma el Papa, “y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu desciende sobre María, el modo de hacer de Dios: actúa como un amor gentil que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad”.
Después de rezar el Ángelus, al saludar a los fieles y peregrinos el Santo Padre les dia una recomendación: “¡No confundamos la celebración con el consumismo! Se puede – y como cristianos debemos – celebrar con sencillez, sin despilfarros, y compartiendo con quienes carecen de lo necesario o les hace falta la compañía”. Además, el Santo Padre manifestó su cercanía a todas las personas que sufren por la guerra, la pobreza, el hambre y la esclavitud. Y pidió que, ¡El Dios que tomó para sí un corazón humano infunda humanidad en el corazón de los hombres! En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
IV domingo de Adviento
24-12-2023
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!
Hoy, cuarto domingo de Adviento, el Evangelio nos presenta la escena de la Anunciación (ver Lucas 1, 26-38). El ángel, para explicar a María cómo concebirá a Jesús, le dice: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra» (v. 35). Detengámonos un poco en esta imagen, la sombra.
En una tierra como la de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección. La sombra es un don que restaura y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu Santo desciende sobre María, el modo de hacer de Dios: actúa como un amor gentil que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad. Esta es la manera en que Dios actúa.
La sombra que protege es una imagen recurrente en la Biblia. Pensemos en la nube que acompaña al pueblo de Dios en el desierto (cf. Ex 13,21-22), o en la planta que con su ramaje protege del sol al profeta Jonás (cf. Gn 4,6-11), o de nuevo en la sombra del Omnipotente que custodia a quien le es fiel, de la que hablan los Salmos (cf. Sal 91,1). La sombra habla, en suma, de la gentileza de Dios, de la bondad de Dios. Es como si Él dijera a María, pero también a nosotros hoy: “Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo”
Hermanos y hermanas, así se comporta el amor fecundo de Dios, y es algo que, en cierto modo, que también podemos experimentar entre nosotros, por ejemplo cuando entre amigos, novios, cónyuges, padres e hijos, somos delicados, Es respetuoso, cuidando a los demás con amabilidad. ¡Pensemos en la bondad de Dios!
Dios ama así y nos llama también a nosotros a hacer lo mismo: acogiendo, protegiendo y respetando a los demás. Pensando en todos, pensando en los marginados, en los que estos días están lejos de la alegría de la Navidad. Hagámoslo de manera delicada y discreta: escuchando, acompañando, visitando, haciéndonos también nosotros para los demás “sombra del Altísimo”. Pensemos en todos con la bondad de Dios. Recordemos esta palabra: la bondad de Dios. Y preguntémonos entonces, en vísperas de Navidad: ¿Deseo dejarme envolver por la sombra del Espíritu Santo, de la dulzura y de la mansedumbre de Dios, haciéndole un sitio en el corazón, acercándome a su perdón, a la Eucaristía? Y después: ¿Para qué personas solas y necesitadas podría ser una sombra que repara, una amistad que consuela?
Que María nos ayude a ser abiertos y acogedores a la presencia de Dios, que con mansedumbre viene a salvarnos.
Oración del Ángelus:
Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria…
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave Maria…
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave Maria…
Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
Orémus.
Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,
méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Gloria Patri… (ter)
Requiem aeternam…
Benedictio Apostolica seu Papalis
Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,
Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.
Amen.
Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:
¡Queridos hermanos y hermanas!
Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de diversas partes del mundo. En particular, saludo a la delegación de ciudadanos italianos que viven en territorios oficialmente reconocidos como altamente contaminados y que desde hace tiempo esperan su limpieza. Expreso solidaridad con estas poblaciones y espero que su voz sea escuchada.
Les deseo a todos ustedes un buen domingo y una Nochebuena en la oración, en el calor del afecto y en la sobriedad. Permítanme una recomendación: ¡no confundamos la celebración con el consumismo! Se puede – y como cristianos debemos – celebrar con sencillez, sin despilfarros, y compartiendo con quienes carecen de lo necesario o les hace falta la compañía. Estamos cerca de nuestros hermanos y hermanas que sufren por la guerra. Pensemos en Palestina, Israel, Ucrania. Pensemos también en quienes sufren la pobreza, el hambre y la esclavitud. ¡El Dios que tomó para sí un corazón humano infunda humanidad en el corazón de los hombres!
Y por favor no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y feliz Navidad a todos! ¡Hasta pronto!
Francisco
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