Papa Francisco en el Ángelus 31-12-17: «Toda familia está llamada a custodiar y educar a los hijos para que se abran a Dios, que es la fuente de la vida»

* «Una gran alegría de la familia es ver crecer a los niños, todos lo sabemos. Ellos están destinados a desarrollarse y fortalecerse, a adquirir sabiduría y a acoger la gracia de Dios, justamente como sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabiduría y la gracia de Dios está sobre Él. María y José tienen el gozo de ver todo esto en su hijo; y esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo»

Video completo de las palabras del Papa traducidas al español

* «Expreso mi cercanía con los hermanos Coptos Ortodoxos de Egipto, afectados hace dos días por dos atentados contra una iglesia y una tienda en la periferia de El Cairo. Que el Señor acoja las almas de los difuntos, sostenga a los heridos, a las familias y a toda la comunidad, y convierta los corazones de los violentos»

31 de diciembre de 2017.- (13 TV Vatican News / Camino Católico) En el Ángelus de este domingo 31 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia, el Papa Francisco indicó cuál es la misión hacia la que está orientada la familia. Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Pontífice dijo que la misión de la familia, de los padres esencialmente, es “crear las condiciones favorables para el crecimiento armónico y pleno de los hijos, con el fin de que puedan vivir una buena vida digna de Dios y constructiva para el mundo”.

El Papa hizo hincapié en la alegría que los hijos suponen para la familia: “Una gran alegría de la familia es el crecimiento de los hijos. Están destinados a desarrollarse y a fortalecerse, a adquirir sabiduría y a acoger la gracia de Dios, como hizo Jesús. Jesús realmente es uno de nosotros”, afirmó.

Ante la multitud congregada bajo la ventana de los aposentos pontificios del Palacio Apostólico, el Santo Padre reflexionó sobre “la experiencia vivida por María, José y Jesús mientras crecen juntos como familia en el amor recíproco y en la confianza en Dios”. Francisco afirmó que José y María expresan esa confianza en Dios cumpliendo el rito de la presentación del Niño en el templo: “Los padres de Jesús acuden al templo para dar fe de que su hijo pertenece a Dios y que ellos son los custodios de su vida y no los propietarios”.

“Este gesto subraya que solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo procede de Él. Toda familia está llamada a reconocer tal primado, custodiando y educando a los hijos para que se abran a Dios, que es la fuente de la vida”.

Después del rezo del Ángelus, el Papa Francisco quiso recordar a las víctimas de los recientes atentados ocurridos en Egipto: “expreso mi cercanía con los hermanos Coptos Ortodoxos de Egipto, atacados hace dos días por dos ataques contra una iglesia y una tienda en la periferia de El Cairo” y pidió al Señor“acoger las almas de los muertos, apoyar a los heridos, a las familias y a toda la comunidad” pero sobre todo elevó su súplica para que “convierta los corazones de los violentos”.

Por último recordó que no debemos olvidar de agradecer a Dios por el año transcurrido, por cada bien recibido y deseó un buen domingo y una buena noche vieja a todos. En el video superior se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducidas al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este primer domingo después de Navidad, celebramos la Sagrada Familia de Nazaret, y el Evangelio nos invita a reflexionar sobre la experiencia vivida por María, José y Jesús, mientras crecen juntos como familia en mutuo amor y confianza en Dios. Esta confianza es expresada en el rito cumplido por María y José de ofrecer a Dios al niño Jesús. El evangelio dice: «lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor» (Lc2,22), como lo mandaba la ley mosaica. Los padres de Jesús van al templo para testificar que el niño pertenece a Dios y que ellos son los custodios de su vida y no los propietarios. Y esto nos hace reflexionar. Todos los padres son custodios de la vida de sus hijos, no sus propietarios, y deben ayudarlos a crecer, a madurar.

Este gesto subraya que solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo procede de Él. Toda familia está llamada a reconocer tal primado, custodiando y educando a los hijos para que se abran a Dios, que es la fuente de la vida. Por aquí pasa el secreto de la juventud interior, testimoniado paradójicamente en el Evangelio por una pareja de ancianos, Simeón y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el Espíritu Santo dice a propósito del niño Jesús: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción […] así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos» (vv. 34-35).

Estas palabras proféticas revelan que Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios y también de nosotros mismos; para “contradecir” las seguridades mundanas sobre las cuales pretendemos apoyarnos, para hacernos “renacer” a un camino humano y cristiano auténtico, fundado en los valores del Evangelio. No existe ninguna situación familiar que esté cerrada a este camino nuevo de renacimiento y de resurrección. Cada vez que las familias, incluso aquellas heridas y marcadas por la fragilidad, fracasos y dificultades, regresan a la fuente de la experiencia cristiana, se abren caminos nuevos y posibilidades inesperadas.

El relato del Evangelio de hoy refiere que María y José, «cuando habían cumplido todas las cosas según la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía, dice el Evangelio, y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él «(versículos 39-40). Una gran alegría de la familia es ver crecer a los niños, todos lo sabemos. Ellos están destinados a desarrollarse y fortalecerse, a adquirir sabiduría y a acoger la gracia de Dios, justamente como sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabiduría y la gracia de Dios está sobre Él. María y José tienen el gozo de ver todo esto en su hijo; y esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo.

Este es el deseo que dirijo a todas las familias hoy, acompañándolo con la invocación a María, Reina de la Familia.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

Expreso mi cercanía con los hermanos Coptos Ortodoxos de Egipto, afectados hace dos días por dos atentados contra una iglesia y una tienda en la periferia de El Cairo. Que el Señor acoja las almas de los difuntos, sostenga a los heridos, a las familias y a toda la comunidad, y convierta los corazones de los violentos.

Hoy dirijo un saludo especial a las familias que están presentes, y también a aquellas que participan desde casa. Que la Sagrada Familia os bendiga y os guíe en vuestro camino.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos; en particular a grupos parroquiales, asociaciones y jóvenes. No nos olvidemos en este día agradecer a Dios por el año transcurrido y por cada bien recibido. Y nos hará bien, a cada uno de nosotros, tomarnos un tiempo para pensar en todas las cosas buenas que he recibido del Señor este año para agradecérselas. Y si hubo pruebas, dificultades, agradecer también porque nos ha ayudado a superar esos momentos. Hoy es un día de acción de gracias.

Les deseo a todos un buen domingo y un sereno fin de año. Les agradezco nuevamente por vuestros deseos y oraciones: y continuad por favor rezando por mí. Buena comida y hasta pronto!

Francisco

También te puede interesar:

 

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad