Papa Francisco en el Ángelus: «El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la cual ha odiado a Jesús: Él ha traído la luz de Dios y el mundo prefiere las tinieblas»

* «El mundo prefiere esconder sus obras malignas. Seguir a Jesús quiere decir seguir su luz, que se ha encendido en la noche de Belén, y abandonar las tinieblas del mundo. El protomártir Esteban, lleno de Espíritu Santo, fue lapidado porque confesó su fe en Jesucristo, Hijo de Dios. ¡Cuántos de nuestros hermanos y hermanas en la fe sufren injusticias, violencias y son odiados a causa de Jesús! Yo les digo una cosa, los mártires de hoy son en número mayor respecto a los primeros siglos.  Cuando nosotros leemos la historia de los primeros siglos, aquí, en Roma, leemos tanta crueldad con los cristianos; yo les digo: la misma crueldad existo hoy, y en número mayor, con los cristiano»

Video completo de las palabras del Papa antes de rezar la oración mariana del Ángelus, traducidas al español

26 de diciembre de 2016.- (Laudate Dominum Radio Vaticano Camino Católico)  Durante el Ángelus en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Papa Francisco afirmó que el mundo odia a los cristianos por la misma razón por la que odio a Jesús, porque “Él trajo la luz de Dios y el mundo prefiere ocultar las tinieblas para ocultar sus obras malas”. Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice se preguntó por qué el mundo odia a los cristianos, por qué hay tanta persecución contra aquellos que creen en el Evangelio.

“El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la que odió a Jesús, porque Él trajo la luz de Dios y el mundo prefiere las tinieblas para ocultar sus obras malas. Hay una oposición entre la mentalidad del Evangelio y la mentalidad de lo mundano. Seguir a Jesús significa seguir su luz, que se enciende en la noche de Navidad y disipa la oscuridad del mundo”,señaló.

El Pontífice recordó, con motivo de la fiesta de San Esteban, el primer mártir, a todos los cristianos que sufren persecución y violencia en el mundo. Señaló que “el martirio continúa estando presente en la historia de la Iglesia, desde Esteban hasta nuestros días”, y repitió las palabras de Jesús en el Evangelio: “Seréis odiados por causa de mi nombre”. El texto completo de las palabras del Papa es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La alegría de la Navidad colma también hoy nuestros corazones, mientras que la liturgia nos invita a celebrar el martirio de San Esteban, el primer mártir, invitándonos a recoger el testimonio que con su sacrificio él nos ha dejado. Es el testimonio glorioso propio del martirio cristiano, sufrido por amor a Jesucristo; martirio que continua a estar presente en la historia de la Iglesia, desde Esteban hasta nuestros días.

De este testimonio nos ha hablado el Evangelio de hoy (Cfr. Mt 10,17-22). Jesús preanuncia a sus discípulos el rechazo y la persecución que encontraran, y dice así: «Serán odiados por todos a causa de mi Nombre» (v. 22). Pero ¿Por qué el mundo persigue a los cristianos? El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la cual ha odiado a Jesús, porque Él ha traído la luz de Dios y el mundo prefiere las tinieblas para esconder sus obras malignas. Recordemos que Jesús mismo, en la Última Cena, oró al Padre para que nos defendiera del maligno espíritu mundano. Hay contraposición entre la mentalidad del Evangelio y aquella mundana. Seguir a Jesús quiere decir seguir su luz, que se ha encendido en la noche de Belén, y abandonar las tinieblas del mundo.

El protomártir Esteban, lleno de Espíritu Santo, fue lapidado porque confesó su fe en Jesucristo, Hijo de Dios. El Unigénito que viene al mundo invita a cada creyente a elegir la vía de la luz y de la vida. Es este el significado de su venida entre nosotros. Amando al Señor y obedeciendo a su voz, el diácono Esteban ha elegido a Cristo, Vida y Luz para todo hombre. Escogiendo la verdad, él se ha convertido al mismo tiempo en víctima del misterio de la iniquidad presente en el mundo. ¡Pero en Cristo, Esteban ha vencido!

También hoy la Iglesia, para dar testimonio de la luz y de la verdad, experimenta en diversos lugares duras persecuciones, hasta la suprema prueba del martirio. ¡Cuántos de nuestros hermanos y hermanas en la fe sufren injusticias, violencias y son odiados a causa de Jesús! Yo les digo una cosa, los mártires de hoy son en número mayor respecto a los primeros siglos.  Cuando nosotros leemos la historia de los primeros siglos, aquí, en Roma, leemos tanta crueldad con los cristianos; yo les digo: la misma crueldad existo hoy, y en número mayor, con los cristianos. Hoy queremos pensar en ellos que sufren persecuciones, y estar cerca de ellos con nuestro afecto, nuestra oración y también nuestro llanto. Ayer, en el día de Navidad, los cristianos perseguidos en Irak han celebrado la navidad en su catedral destruida: es un ejemplo de fidelidad al Evangelio. No obstante  las pruebas y los peligros, ellos testimonian con valentía su pertenencia a Cristo y viven el Evangelio comprometiéndose en favor de los últimos, de los más olvidados, haciendo el bien a todos sin distinción; testimonian la caridad en la verdad.

Al hacer espacio dentro de nuestro corazón al Hijo de Dios que se dona a nosotros en la Navidad, renovemos la gozosa y valiente voluntad de seguirlo fielmente como único guía, perseverando en el vivir según la mentalidad evangélica y rechazando la mentalidad de los dominadores de este mundo.

A la Virgen María, Madre de Dios y Reina de los mártires, elevemos nuestra oración, para que nos guie y nos sostenga siempre en nuestro camino en el seguimiento de Jesucristo, que contemplamos en la gruta del pesebre y que es el Testimonio fiel de Dios Padre.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Expreso mi pésame por la triste noticia del avión ruso que precipitó en el Mar Negro. El Señor consuele al querido pueblo ruso y a los familiares de los pasajeros que estaban abordo: periodistas, tripulación y el excelente coro y orquesta de las Fuerzas Armadas. La bienaventurada Virgen María les apoye en las operaciones de búsqueda actualmente en curso. En el 2004 este coro se exhibió en el Vaticano por los 26 años del pontificado de san Juan Pablo II; recemos por ellos.

Queridos hermanos y hermanas,

en el clima de gozo cristiano que emana de la Navidad de Jesús, les saludo y agradezco por vuestra presencia. A todos ustedes que han venido de Italia y de diversos países, renuevo el deseo de paz y de serenidad: sean estos para ustedes y para sus familiares, días de alegría y de fraternidad.

Saludo y envío mis mejores deseos a todas las personas que se llaman Esteban o Estefania. En estas semanas he recibido mensajes de saludos de todo el mundo.

No me es posible responder a cada uno, por ello expreso hoy a todos mi especial agradecimiento, especialmente por el don de la oración. ¡Gracias de corazón! El Señor les recompense por la generosidad. ¡Buena fiesta! Y por favor no se olviden de rezar por mi. ¡Buena comida y hasta pronto! 

Francisco

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