Papa Francisco en el Ángelus: «Mientras cada uno busque acumular para sí, jamás habrá justicia. Confiando en la providencia de Dios, entonces a nadie faltará lo necesario para vivir dignamente»

“Un corazón ocupado por la furia de poseer es un corazón vacío de Dios… En un corazón poseído por las riquezas, no hay más espacio para la fe”

Les pido que sigan rezando por Ucrania, que está viviendo una situación delicada…. Dirijo un apremiante llamamiento a la comunidad internacional, para que sostenga toda iniciativa en favor del diálogo y de la concordia»

2 de marzo de 2014.- (13 TV /Radio Vaticano Camino Católico) Este domingo al mediodía el Papa Francisco dirigió el rezo del Ángelus. En su alocución previa el Obispo de Roma, recordando especialmente a nuestros hermanos que se encuentran en necesidad, observó que el camino que Jesús indica puede parecer poco realista con respecto a la mentalidad común y a los problemas de la crisis económica; pero, si pensamos bien, nos conduce a la escala justa de valores. “Para hacer que a nadie le falte el pan, el agua, el vestido, la casa, el trabajo, la salud, es necesario que todos nos reconozcamos hijos del Padre que está en el cielo y por lo tanto hermanos entre nosotros, y nos comportemos consecuentemente”. El Papa Francisco también ha hecho un nuevo y apremiante llamamiento por la paz en Ucrania: “Les pido que sigan rezando por Ucrania, que está viviendo una situación delicada”.  En el vídeo se visualiza y escucha toda la meditación y la oración del Ángelus del Papa, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

Al centro de la Liturgia de este domingo encontramos una de las verdades más confortantes: la divina Providencia. El profeta Isaías la presenta con la imagen del amor materno lleno de ternura: “¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!” (49,15). Esta invitación a la confianza en Dios encuentra un paralelo en la página del Evangelio de Mateo: “Miren los pájaros del cielo –dice Jesús- ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta.… Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.” (Mt 6,26.28-29).

Pensando en tantas personas que viven en condiciones de precariedad, o incluso en la miseria que ofende su dignidad, estas palabras de Jesús podrían parecer abstractas, si no ilusorias. ¡Pero en realidad son más que nunca actuales! Nos recuerdan que no se puede servir a dos patrones: Dios y la riqueza. Mientras cada uno busque acumular para sí, jamás habrá justicia. Si en cambio, confiando en la providencia de Dios, buscamos juntos su Reino, entonces a nadie faltará lo necesario para vivir dignamente.

Un corazón ocupado por la furia de poseer es un corazón vacío de Dios. Por eso Jesús ha advertido varias veces a los ricos, porque en ellos es fuerte el riesgo de colocar la propia seguridad en los bienes de este mundo. En un corazón poseído por las riquezas, no hay más espacio para la fe. Si en cambio se deja a Dios el lugar que le espera, o sea el primer lugar, entonces su amor conduce a compartir también las riquezas, a ponerlas al servicio de proyectos de solidaridad y de desarrollo, como demuestran tantos ejemplos, también recientes, en la historia de la Iglesia.

El camino que Jesús indica puede parecer poco realista con respecto a la mentalidad común y a los problemas de la crisis económica; pero, si pensamos bien, nos conduce a la escala justa de valores. Él dice: “¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?” (Mt 6,25). Para hacer que a nadie le falte el pan, el agua, el vestido, la casa, el trabajo, la salud, es necesario que todos nos reconozcamos hijos del Padre que está en el cielo y por lo tanto hermanos entre nosotros, y nos comportemos consecuentemente. Lo recordé en el Mensaje para la Paz del 1 de enero de este año: el camino para la paz es la fraternidad.

A la luz de la Palabra de Dios de este domingo, invoquemos a la Virgen María como Madre de la divina Providencia. A ella confiamos nuestra existencia, el camino de la Iglesia y de la humanidad. En particular, invoquemos su intercesión para que todos nos esforcemos en vivir con un estilo simple y sobrio, con la mirada atenta a las necesidades de los hermanos más necesitados.

(A continuación el Santo Padre rezó la oración del ángelus y después dijo:)

Queridos hermanos y hermanas:

Les pido que sigan rezando por Ucrania, que está viviendo una situación delicada. Mientras anhelo que todas las partes del país se esmeren por superar las incomprensiones y para construir juntos el futuro de la Nación y alcanzar una solución pacífica, dirijo un apremiante llamamiento a la comunidad internacional, para que sostenga toda iniciativa en favor del diálogo y de la concordia.

Con gusto saludo a las familias, grupos parroquiales, asociaciones y todos los peregrinos que vinieron de Italia y de otros países. Saludo a los fieles españoles de la diócesis de Valladolid e Ibiza; así como a los italianos de Amantea, Brescia, Cremona, Terni y Ferno, Lonate y coro de Tassullo.

Saludo a los numerosos grupos de niños de la diócesis católica romana de Como, Vicenza, Padova, Lodi, Cuneo y Cremona. Queridos chicos, algunos de ustedes han recibido recientemente la confirmación o estáis preparandoos para recibirla, otros hacen la profesión de fe. ¡Su relación con Jesús para hacerse más fuerte y más profundo puede traer mucho fruto!

Esta semana comenzamos la Cuaresma, que es el camino del Pueblo de Dios hacia la Pascua, un camino de conversión, de lucha contra el mal con las armas de la oración, el ayuno y la misericordia. La humanidad necesita justicia, reconciliación y paz, y logrará alcanzarlas sólo volviendo con todo al corazón a Dios, que es su manantial. También todos nosotros tenemos necesidad del perdón de Dios. Comencemos la Cuaresma con un espíritu de adoración de Dios y de solidaridad fraterna con los que, en estos tiempos, están más probados por la indigencia y los conflictos violentos.

A todos os deseo un feliz domingo y buena comida. ¡Hasta pronto!

Papa Francisco

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad