Papa Francisco / En el Regina Coeli 21-5-17: «Escuchemos a Jesús que aún hoy nos llama al amor evangélico»

*  «Deseo anunciar que el miércoles 28 de junio tendré un Consistorio para el nombramiento de nuevos cardenales. Estos son los nuevos cardenales: Mons. Jean Zerbo, Arzobispo de Bamako (Mali), Mnos. Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona (España), Mons. Anders Arborelius, Obispo de Estocolmo (Suecia),  Mons. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Paksé (Laos), Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador (El Salvador)»

Video completo traducido al español con las palabras del Papa en el Regina Coeli

* «Lamentablemente llegan noticias dolorosas de la República Centroafricana. Renuevo mi llamamiento: que callen las armas y prevalezca la buena voluntad de dialogar para dar al país paz y desarrollo»

21 de mayo de 2017.- (Radio Vaticano Camino Católico)   En la cita mariana dominical para el rezo a la Reina de los Cielos, el Papa Francisco deseó «que la Virgen María, perfecta discípula de su Hijo y Señor, nos ayude a ser cada vez más dóciles al Paráclito, al Espíritu de la Verdad, para aprender cada día a amarnos como Jesús nos ha amado»

Con el evangelista Juan (cfr Jn 14,15), el VI domingo de Pascua, el Obispo de Roma recordó que «Jesús promete a sus amigos que, después de Él, recibirán «otro Paráclito» es decir otro «Abogado» defensor y consolador, «el Espíritu de la Verdad». Y añade: «No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes».

Haciendo hincapié en que Jesús nos dice: «El que recibe mis mandamientos y los cumple, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él» (v. 21), el Papa reiteró que  «hoy, el Señor  nos llama a corresponder generosamente a la llamada evangélica del amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los hermanos, en especial de los más necesitados de apoyo y consolación».

Reconociendo que nunca es fácil saberse amar siguiendo el ejemplo del Señor, tampoco para una comunidad cristiana, el Papa puso en guardia contra actitudes como el orgullo y las envidias, que marcan el rostro bello de la Iglesia y  que no corresponden a la caridad de Cristo. Y advirtió que cuando se interpone el maligno a veces nos dejamos engañar y los que pagan son los espiritualmente más débiles.

Luego del rezo del Regina Coeli Francisco anunció la celebración de un nuevo Consistorio el próximo 28 de junio para la creación de cinco nuevos Cardenales, entre los cuales recibirá la birreta Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona, Catalunya, España. También se refirió de manera especial a la dramática situación que se vive en la República Centroafricana, donde enfrentamientos armados siguen causando numerosas víctimas, desplazados e ingentes daños materiales, amenazando el proceso de paz. El Pontífice manifestó rezar por los difuntos y heridos, mientras renovó su llamamiento para que “callen las armas y prevalezca la buena voluntad de dialogar” para dar a ese país africano “paz y desarrollo”.En el vídeo se visualizan y escuchan traducidas al español las palabras del Papa en el momento de rezar el Regina Coeli traducidas al español, cuyo texto completo es elsiguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (cfr Jn 14,15-21), prosiguiendo con el del domingo pasado, nos vuelve a llevar a aquel momento conmovedor y dramático que es la última cena de Jesús con sus discípulos. El evangelista Juan recoge de la boca y del corazón del Señor sus últimas enseñanzas, antes de la pasión y de la muerte. Jesús promete a sus amigos, en aquel momento triste, oscuro, que, después de Él, recibirán «otro Paráclito» (v. 16). Esta palabra significa otro «Abogado», otro Defensor, otro Consolador, «el Espíritu de la Verdad» (v. 17). Y añade: «No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes» (v. 18). Estas palabras transmiten la alegría de una nueva venida de Cristo: él resucitado y glorificado, está en el Padre y, al mismo tiempo, viene a nosotros en el Espíritu Santo. Y en esta nueva venida suya se revela nuestra unión con Él y con el Padre: «comprenderán que yo estoy en mi Padre y que ustedes están en mí y yo en ustedes» ( v 20).

Meditando estas palabras de Jesús, nosotros percibimos hoy con sentido de fe que somos el pueblo de Dios en comunión con el Padre y con Jesús, mediante el Espíritu Santo. En este misterio de comunión, la Iglesia encuentra la fuente inagotable de su propia misión, que se realiza mediante el amor. Jesús dice en el Evangelio de hoy: «El que recibe mis mandamientos y los cumple, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él». (v. 21). Es el amor el que nos introduce en el conocimiento de Jesús, gracias a la acción de este «Abogado» que Jesús ha enviado, es decir el Espíritu Santo. El amor a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande en el Evangelio. Hoy, el Señor  nos llama a corresponder generosamente a la llamada evangélica del amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los hermanos, en especial de los más necesitados de apoyo y consolación.

Si hay una actitud que nunca es fácil, nunca es descontada aun para una comunidad cristiana, es precisamente la de saberse amar, quererse mucho siguiendo el ejemplo del Señor y con su gracia. A veces los contrastes, el orgullo, las envidias, las divisiones dejan marcas también en el rostro bello de la Iglesia. Una comunidad de cristianos debería vivir en la caridad de Cristo, y sin embargo, es allí precisamente donde el maligno «se interpone» y nosotros a veces nos dejamos engañar. Y los que pagan son las personas espiritualmente más débiles. Cuántas de ellas – y ustedes conocen a algunas – cuántas de ellas se han alejado porque no se han sentido acogidas, no se han sentido comprendidas, no se han sentido amadas. Cuántas personas se han alejado, por ejemplo, de alguna parroquia o comunidad por el ambiente de habladurías, de celos, de envidias que han encontrado. También para un cristiano el saber amar no es un dato adquirido una vez para siempre; hay que volver a empezar cada día, hay que ejercitarse para que nuestro amor hacia los hermanos y las hermanas que encontramos se vuelva cada vez más maduro y purificado de aquellos límites o pecados que lo hacen parcial, egoísta, estéril e infiel. Cada día se debe aprender el arte de amar. Escuchen esto: cada día se debe aprender el arte de amar, cada día se debe seguir con paciencia la escuela de Cristo, cada día se debe perdonar y contemplar a Jesús, y ello con la ayuda de este «Abogado», de este Consolador que Jesús nos ha enviado que es el Espíritu Santo.

Que la Virgen María, perfecta discípula de su Hijo y Señor, nos ayude a ser cada vez más dóciles al Paráclito, al Espíritu de la Verdad, para aprender cada día a amarnos como Jesús nos ha amado».

(Después de la oración mariana del Regina Coeli el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

lamentablemente llegan noticias dolorosas de la República Centroafricana, país que llevo en el corazón, especialmente después de mi visita en noviembre de 2015. Enfrentamientos armados han provocado numerosas víctimas y desplazados, y amenazan el proceso de paz. Estoy cercano a la población y a los obispos y a todos aquellos que se prodigan por el bien de la gente y por la pacífica convivencia. Rezo por los difuntos y los heridos y renuevo mi llamamiento: que callen las armas y prevalezca la buena voluntad de dialogar para dar al país paz y desarrollo.

El próximo 24 de mayo todos nos uniremos espiritualmente a los fieles católicos en China, en la conmemoración de la Bienaventurada Virgen María “Ayuda de los Cristianos”, venerada en el santuario de Sheshan, en Shangai. A los católicos chinos les digo: levantemos la mirada hacia María nuestra Madre, para que nos ayude a discernir la voluntad de Dios acerca del camino concreto de la Iglesia en China y nos apoye en el acoger su proyecto de amor con generosidad. María nos alienta a ofrecer nuestra contribución personal para la comunión entre los creyentes y por la armonía de la entera sociedad. No nos olvidemos de testimoniar la fe con la oración y con el amor, manteniéndonos siempre abiertos al encuentro y al diálogo.

Dirijo mi saludo cordial a ustedes, fieles de Roma y peregrinos.  De manera particular a la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona; al grupo del Colégio São Tomás, de Lisboa; a los fieles de la Capilla Saint-Charles del Hospital de la Croix Saint-Simon, de Paris; a aquellos de Torrent (Valencia, España), del Canadá y de los Estados Unidos de América, entre los que se encuentran algunos de la isla de Guam.

Envío un saludo especial a los chicos confirmados y confirmandos de la diócesis de Génova: Dios mediante iré a visitar vuestra ciudad el próximo sábado.  Saludo también a las “Coccinelle” de Frosinone y a los fieles de la Parroquia Santa María Goretti en Roma.

Queridos hermanos y hermanas:

Deseo anunciar que el miércoles 28 de junio tendré un Consistorio para el nombramiento de nuevos cardenales. Su procedencia de diversas partes del mundo manifiesta la catolicidad de la Iglesia extendida por la tierra y la asignación de un título o una diaconía en la Urbe expresa la pertenencia de los Cardenales a la diócesis de Roma que, según la notable expresión de San Ignacio, ‘preside la caridad’ de todas las Iglesias.

El jueves 29 de junio, Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, concelebraré la Santa  Misa con los nuevos cardenales, con el Colegio Cardenalicio, con los nuevos Arzobispos Metropolitanos, Obispos y algunos presbíteros. Estos son los nombres de los nuevos cardenales:

Mons. Jean Zerbo, Arzobispo de Bamako (Mali).

Mnos. Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona (España).

Mons. Anders Arborelius, Obispo de Estocolmo (Suecia).

Mons. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Paksé (Laos).

Mons. Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador (El Salvador).

Confiamos los nuevos cardenales a la protección de los Santos Pedro y Pablo, para que con la intercesión del Príncipe de los Apóstoles, sean auténticos servidores de la comunión eclesial y con la del Apóstol de las gentes, sean anunciadores jubilosos del Evangelio en el mundo entero y, con su testimonio y su consejo, me sostengan más intensamente en mi servicio de Obispo de Roma, Pastor universal de la Iglesia.

A todos les deseo un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!

Francisco

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