Papa Francisco en el Regina Coeli: «Cuantos tienen la misión de guía en la iglesia están llamados a seguir a Jesús Buen Pastor, como siervo no como mánager»

* «Deseo asegurar mi cercanía a la población golpeada por un fuerte terremoto en Nepal y en los países vecinos. Rezo por las víctimas, por los heridos y por todos aquellos que sufren por esta calamidad. Tengan el apoyo de la solidaridad fraterna y rezamos a la Virgen para que esté cerca de ellos»

26 de abril de 2015.- (13 TV Radio Vaticano Camino Católico) Ante el sorprendente y misterioso amor de Dios, que nos dona a Jesús,   el verdadero y único Buen Pastor, nos abrimos a la inmensa alegría y gratitud por cuanto hemos recibido gratuitamente, destacó el Papa Francisco en sus palabras antes del rezo mariano del Regina Coeli, subrayando la misión de quienes guían al pueblo de Dios y encomendando a la Reina del Cielo su servicio petrino, así como el de los Obispos y sacerdotes de todo el mundo:

«Pero contemplar para agradecer no basta. También hay que seguir al Buen Pastor. En particular, cuantos tienen la misión de guía en la Iglesia – sacerdotes, Obispos, Papas – están llamados a asumir no la mentalidad del mánager sino la del siervo, a imitación de Jesús que, despojándose de sí mismo, nos ha salvado con su misericordia. A este estilo de vida pastoral están llamados también los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma, que he tenido la alegría de ordenar esta mañana en la Basílica de San Pedro»,  dijo el Obispo de Roma e invitó a dos de ellos a asomarse a su lado y saludar a los miles de peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. En el vídeo puede visualizarse completa la alocución del Santo Padre, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

«El cuarto Domingo de Pascua, éste, llamado ‘Domingo del Buen Pastor’, cada año nos invita a redescubrir, con estupor siempre nuevo, esta definición que Jesús dio de sí mismo, releyéndola a la luz de su pasión, muerte y resurrección.

«El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10,11): estas palabras se realizaron plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente a la voluntad del Padre, se inmoló en la cruz. Entonces se vuelve completamente claro qué significa que Él es «el buen pastor»: da la vida, ofreció su vida en sacrificio por todos nosotros: por ti, por ti, por ti, por mí ¡por todos. ¡Y por ello es el buen pastor!

Cristo es el pastor verdadero, que realiza el modelo más alto de amor por el rebaño: Él dispone libremente de su propia vida, nadie se la quita (cfr. v. 18), sino que la dona en favor de las ovejas (v 17). En abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como verdadero y único pastor del pueblo: el pastor malo piensa en sí mismo y explota a las ovejas; el pastor bueno piensa en las ovejas y se dona a sí mismo. Al contrario del mercenario, Cristo pastor es una guía que cuida y participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra ambición que la de guiar, alimentar, proteger a sus ovejas. Y todo esto al precio más alto, el del sacrificio de su propia vida.

En la figura de Jesús, pastor bueno, contemplamos a la Providencia de Dios, su solicitud paterna para cada uno de nosotros ¡No nos deja solos! La consecuencia de esta contemplación de Jesús Pastor verdadero y bueno es la exclamación de conmovido estupor que encontramos en la segunda Lectura de la liturgia de hoy: ¡Miren cómo nos amó el Padre! ¡Miren cómo nos amó el Padre! …(1 Jn 3,1). ¡Es verdaderamente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos a Jesús como Pastor que da su vida por nosotros, el Padre nos ha dado lo más grande y precioso que nos podía donar! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está condicionado por ningún cálculo, no está atraído por ningún interesado deseo de intercambio. Ante este amor de Dios, experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al grato reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.

Pero contemplar para agradecer no basta. También hay que seguir al Buen Pastor. En particular, cuantos tienen la misión de guía en la Iglesia – sacerdotes, Obispos, Papas – están llamados a asumir no la mentalidad del mánager sino la del siervo, a imitación de Jesús que, despojándose de sí mismo, nos ha salvado con su misericordia. A este estilo de vida pastoral – de Buen Pastor – están llamados también los nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma, que he tenido la alegría de ordenar esta mañana en la Basílica de San Pedro.

Y dos de ellos se van a asomar para agradecer las oraciones de todos ustedes y para saludar…

Que María Santísima obtenga para mí, para los Obispos y para los sacerdotes de todo el mundo la gracia de servir al pueblo santo de Dios mediante la alegre predicación del Evangelio, la sentida celebración de los Sacramentos y la paciente y mansa guía pastoral».

(Después de la oración mariana del Regina Coeli el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas:

deseo asegurar mi cercanía a la población golpeada por un fuerte terremoto en Nepal y en los países vecinos. Rezo por las víctimas, por los heridos y por todos aquellos que sufren por esta calamidad. Tengan el apoyo de la solidaridad fraterna y rezamos a la Virgen para que esté cerca de ellos.

Dios te salve María…

Hoy en Canadá será proclamada beata María Elisa Turgeon, fundadora de las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario de San Germán: una religiosa ejemplar, dedicada a la oración, a la enseñanza en los pequeños centros de su diócesis y a las obras de caridad. Damos las gracias al Señor por esta mujer, modelo de vida consagrada a Dios y de generoso compromiso al servicio del prójimo.

Saludo con afecto a todos los peregrinos procedente de Roma, de Italia y de varios países, en particular a los numerosos venidos de Polonia con ocasión del primer aniversario de la canonización de Juan Pablo II. Queridísimos, resuene siempre en vuestros corazones su llamada: “¡Abrid las puertas a Cristo!” que decía con esa voz fuerte y santa que él tenía. El Señor os bendiga y a vuestras familias y la Virgen os proteja. Saludo a los fieles de Budapest, Madrid, Burgos, Bratislava y El Cairo; como también a los de Trieste, Giovinazzo, Gorga, Gorlago, Pesaro, Lamezia Terme. Saludo a los jóvenes de Niscemi y Trezzano Rosa, y a los jóvenes de Casalpusterlengo y Codogno que van a renovar su profesión de fe.

Os deseo un buen domingo. Por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buena comida y hasta pronto!

Papa Francisco

 

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