Papa Francisco en homilía en Santa Marta 22-5-17: «El Espíritu Santo no puede entrar en un corazón cerrado»

* «¿Pido al Señor la gracia de que mi corazón se abra? Segunda pregunta: ¿busco escuchar al Espíritu Santo, sus inspiraciones, lo que Él dice a mi corazón para que yo avance en mi vida de cristiano, y pueda dar testimonio de que Jesús es el Señor? Piensen en estas dos cosas»

22 de mayo de 2017.- (Radio Vaticano Camino CatólicoSolo el Espíritu Santo nos enseña a decir: “Jesús es el Señor”. Lo ha dicho hoy el Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta. El Pontífice ha subrayado que hay que abrir el corazón para escuchar al Espíritu Santo y poder dar así testimonio de Jesucristo.

“Estén tranquilos, no les dejaré huérfanos”,les enviaré un “abogado”, el Espíritu Santo, para defenderles ante el Padre. Francisco ha desarrollado su homilía a partir del largo discurso de Jesús a sus discípulos en la Última Cena. En particular, el Papa ha puesto el acento en el Paráclito, el Espíritu Santo, que – observa – nos acompaña y “nos da la seguridad de ser salvados por Jesús”.

El Espíritu Santo, don de Jesús, compañero de camino de la Iglesia

Solo el Espíritu Santo, explica, “nos enseña a decir: ‘Jesús es el Señor’”. “Sin el Espíritu, ninguno de nosotros es capaz de decirlo, de sentirlo, de vivirlo. Jesús, en otros pasajes de este largo discurso, dice de Él: ‘Él les conducirá a la Verdad plena’, nos acompañará hasta la Verdad plena. ‘Él les hará recordar todas las cosas que yo les dije, les enseñará todo’. Es decir, el Espíritu Santo es el compañero de camino de todo cristiano, también el compañero de camino de la Iglesia. Y este es el don que Jesús nos da”.

El Espíritu Santo, dice, es “un don: el gran don de Jesús”, “el que hace que no nos equivoquemos”. Pero ¿dónde habita el Espíritu?, se pregunta el Papa. En la primera lectura, de los Hechos de los Apóstoles, encontramos la figura de Lidia, “comerciante de púrpura”, una que “sabía hacer las cosas” a la cual “el Señor le abrió el corazón para adherirse a la Palabra de Dios”.

“El Señor le abrió el corazón para que entrase el Espíritu Santo y ella se hiciera discípula. Es justo en el corazón, donde nosotros llevamos al Espíritu Santo. La Iglesia le llama ‘el dulce huésped del corazón’. Pero en un corazón cerrado no puede entrar. ‘Ah, ¿y dónde se compran las llaves del corazón?’. No: también eso es un don. Es un don de Dios. ‘Señor, ábreme el corazón para que entre el Espíritu y me haga entender que Jesús es el Señor’”.

Abrir el corazón

Esta, ha afirmado Francisco, es una oración que debemos hacer estos días: “Señor, ábreme el corazón para que yo pueda entender lo que Tu nos has enseñado. Para que yo pueda recordar Tus palabras. Para que yo pueda seguir Tus palabras. Para que yo llegue a la verdad plena”.

Corazón abierto, por tanto, “para que el Espíritu entre, y nosotros escuchemos al Espíritu”. Yo, prosigue, “hago solo dos preguntas que se pueden tomar de estas lecturas”.

“Primera: ¿pido al Señor la gracia de que mi corazón se abra? Segunda pregunta: ¿busco escuchar al Espíritu Santo, sus inspiraciones, lo que Él dice a mi corazón para que yo avance en mi vida de cristiano, y pueda dar testimonio de que Jesús es el Señor? Piensen en estas dos cosas, hoy: mi corazón está abierto, y yo hago el esfuerzo de escuchar al Espíritu Santo, lo que me dice. Y así avanzaremos en la vida cristiana y daremos también nosotros testimonio de Jesucristo”.

También te puede interesar:

script async=»» src=»//platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″>

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad