Papa Francisco en homilía en Santa Marta: “Está sucediendo hoy en la Iglesia: ser cristianos sin Cristo»

“Y esta tentación existe hoy. Cristianos superficiales que creen, sí en Dios, en Cristo, pero demasiado ‘difuso’: no es Jesucristo el que le da fundamento. Son los gnósticos modernos. La tentación del gnosticismo. Un cristianismo «líquido». Por otro lado, están los que creen que la vida cristiana debe ser tomada tan en serio que terminan por confundir solidez y firmeza, con rigidez. ¡Son rígidos! Estos creen que para ser cristiano se necesita estar de luto, siempre…No saben quién es el Señor, no saben lo que es la roca, no tienen la libertad de los cristianos. Y, para decirlo de un modo simple, no tienen alegría”

27 de junio de 2013.- (Zenit / Camino Católico)  Hay personas que «se hacen pasar por cristianos», y pecan o de superficialidad excesiva o de demasiada rigidez, olvidando que un verdadero cristiano es el hombre de la alegría, que apoya la fe sobre la roca de Cristo. Esta ha sido la idea básica del Papa Francisco en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. Con el Santo Padre ha concelebrado el cardenal arzobispo de Aparecida, Raimundo Damasceno Assis, junto con otros obispos. Según informa Radio Vaticana, ha asistido el personal de la Dirección de Salud e Higiene del Vaticano, acompañado por el doctor Patrizio Polisca.

Rígido y triste. O feliz, pero sin tener ni idea de la alegría cristiana. Hay dos «casos», en un modo opuesto, en que viven dos categorías de los creyentes, y que en ambos casos tienen un grave defecto: se basan en un cristianismo hecho de palabras, y no se basan en la «roca» de la Palabra de Cristo. Francisco ha identificado este doble grupo comentando el evangelio de Mateo de hoy, aquel famoso pasaje de las casas de arena y de piedra.

Cristianos de palabra

«En la historia de la Iglesia han habido dos clases de cristianos: los cristianos de las palabras, aquellos del Señor, Señor, Señor, y los cristianos de la acción, en la verdad. Siempre ha habido la tentación de vivir nuestro cristianismo fuera de la roca que es Cristo. El único que nos da la libertad de decir Padre a Dios es Cristo o la roca. Es el único que nos sostiene en los momentos difíciles, ¿no?

Como dijo Jesús: la lluvia cae, se desbordan los ríos, soplan los vientos, pero cuando se está en la roca es seguro, pero cuando son sólo palabras, las palabras se vuelan, no sirven. Pero permanece la tentación de estos cristianos de palabras, de un cristianismo sin Jesús, un cristianismo sin Cristo. Y esto ha sucedido y está sucediendo hoy en día en la Iglesia: ser cristianos sin Cristo».

El Papa ha mirado más de cerca a estos «cristianos de palabras», revelando sus características específicas. Hay un primer tipo, llamado ‘gnóstico’, “que en lugar de amar a la roca, le gustan las palabras hermosas», y por lo tanto vive flotando en la superficie de la vida cristiana. Y luego está la otra, que Francisco llama «pelagiano», que tiene un estilo de vida serio y almidonada. Cristianos, ironiza, que«miran al suelo»:

«Y esta tentación existe hoy. Cristianos superficiales que creen, sí en Dios, en Cristo, pero demasiado ‘difuso’: no es Jesucristo el que le da fundamento. Son los gnósticos modernos. La tentación del gnosticismo. Un cristianismo «líquido».

Excesiva rigidez

Por otro lado, están los que creen que la vida cristiana debe ser tomada tan en serio que terminan por confundir solidez y firmeza, con rigidez. ¡Son rígidos! Estos creen que para ser cristiano se necesita estar de luto, siempre».

El hecho, ha dicho, es que de estos cristianos «hay muchos». Sin embargo,  ha indicado, «no son cristianos, se disfrazan como cristianos. No saben quién es el Señor, no saben lo que es la roca, no tienen la libertad de los cristianos. Y, para decirlo de un modo simple, no tienen alegría»:

«Los primeros tienen una cierta ‘alegría’ superficial. Los otros viven en una continua vigilia fúnebre, pero no saben lo que es la alegría cristiana. No saben cómo disfrutar de la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No se afirman sobre Jesús, con la firmeza que da la presencia de Jesús. Y no solo no tienen alegría: no tienen libertad. Son esclavos de la superficialidad, de esta vida generalizada, y estos son los esclavos de la rigidez, no son libres. En su vida, el Espíritu Santo no tiene cabida. ¡Es el Espíritu quien nos da la libertad! El Señor hoy nos invita a construir nuestra vida cristiana en Él, la roca, Aquel que nos da la libertad, que nos envía el Espíritu, que te hace ir adelante con alegría, en su camino, en sus propuestas».

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