Papa Francisco en homilía en Santa Marta: «El cristiano incoherente provoca escándalo y el escándalo mata»

“Para vivir en la coherencia cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirlo: Señor, ¡que sea coherente! Señor que yo no escandalice nunca, que sea una persona que actúe como cristiano”

27 de febrero de 2014.- (Radio Vaticano Camino Católico) «El cristiano incoherente provoca escándalo y el escándalo mata»: son palabras muy fuertes las que el Papa ha pronunciado hoy en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta.

La homilía del Papa ha comenzado por una Confirmación administrada durante la Misa. Quien recibe este Sacramento, ha afirmado Papa Francisco, “manifiesta su voluntad de ser cristiano. Ser cristiano significa dar testimonio de Jesucristo, es una persona que piensa como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano. Esta es la coherencia de vida de un cristiano. Uno puede decir que tiene fe pero si le falta una de estas cosas, no es cristiano”, “hay algo que no funciona, una cierta incoherencia”. Y los cristianos “que viven ordinariamente, comúnmente en la incoherencia, hacen mucho daño”.

“Hemos escuchado lo que el apóstol Santiago dice a los incoherentes, que se vanaglorian de ser cristiano, pero que se aprovechaban de sus dependientes, les dice así: “El salario de los trabajadores que han cosechado vuestros campos y que no habéis pagado grita y las protestas de los segadores han llegado a los oídos del Señor Omnipotente’. Es fuerte el Señor. Si uno escucha esto puede pensar: ‘¡Esto lo ha dicho un comunista!’. No, no ¡lo dijo el apóstol Santiago! Es Palabra del Señor.
La incoherencia. Cuando no hay coherencia cristiana y se vive con esta incoherencia, se provoca escándalo. Los cristianos que no son coherentes provocan escándalo”.

“Jesús habla muy fuerte contra el escándalo: ‘Quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, un solo de estos hermanos, hermanas que tienen fe, es mejor para él que se le ponga al cuello una piedra de molino y sea lanzado al mar’. Un cristiano incoherente hace mucho daño y el escándalo mata.Muchas veces hemos escuchado: ‘Pero padre, yo creo en Dios, pero no en la Iglesia porque vosotros los cristianos decís una cosa pero hacéis otra’”. Por eso: “Yo creo en Dios, pero no en vosotros”. “Es por la incoherencia”.

“Imaginemos que te encuentras ante un ateo y te dice que no cree en Dios, puedes leerle toda una biblioteca donde se dice que Dios existe e incluso probar que Dios existe, pero él no tendrá fe. Pero si ante este ateo tú das un testimonio de coherencia de vida cristiana, algo empezará a trabajar en su corazón. Será propiamente tu testimonio el que le traerá esta inquietud sobre la que trabaja el Espíritu Santo. Es una gracia que todos nosotros, toda la Iglesia debe pedir: ‘Señor, que seamos coherentes’”.

Por tanto, concluye el Papa, es necesario rezar “porque para vivir en la coherencia cristiana es necesaria la oración, porque la coherencia cristiana es un don de Dios y debemos pedirlo: Señor, ¡que sea coherente! Señor que yo no escandalice nunca, que sea una persona que piense como cristiano, que sienta como cristiano, que actúe como cristiano”. Y cuando caigamos en la debilidad, pidamos perdón.

“Todos somos pecadores, todos, pero tenemos la capacidad de pedir perdón. ¡Él nunca se cansa de perdonar! Tener la humildad de pedir perdón: ‘Señor, no he sido coherente aquí. ¡Perdón!’. Ir hacia delante en la vida con coherencia cristiana, con el testimonio del que cree en Jesucristo, que se sabe pecador, pero que tiene la valentía de pedir perdón cuando se equivoca y que tiene mucho miedo de escandalizar. Que el Señor nos dé esta gracia a todos nosotros”.

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad