Papa Francisco en la Audiencia, 31-5-2023: «Vivir con coherencia la fe que profesamos, para transmitir el Evangelio del reino sin imposiciones ni proselitismos»

*  «Puedo decir el credo de memoria y puedo expresar todas las cosas que creemos, pero si mi vida no es coherente con eso, no sirve de nada. Lo que une a la gente es el testimonio de coherencia. Los cristianos vivimos lo que decimos. No debemos simular vivir como cristianos y luego vivir como mundanos… El espíritu y el método misionero de Mateo Ricci constituyen un modelo vivo y actual. Su amor por el pueblo chino, es un modelo. Pero ese es un camino muy actual, es el testimonio de su vida como cristiano. Llevó el cristianismo a China. Es grande porque es un gran científico, es grande porque es valiente, es grande porque ha escrito tantos libros, pero sobre todo, es grande porque ha sido coherente con su vocación y su deseo de seguir a Jesucristo»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

* «Pidamos al Señor que nos dé la humildad de sabernos acercar a los demás con esa actitud de amistad, respeto y conocimiento de su cultura y sus valores. Que sepamos acoger todo lo bueno que hay en ellos, como Jesús al encarnarse, para hacernos capaces de hablar su lenguaje. Que no dudemos en ofrecerles todo lo bueno que tenemos, para dar prueba del Amor que nos mueve. Que sea esta la bendición de Jesús y que la Virgen Santa, primera misionera en esta fiesta de la Visitación, nos sostenga en este propósito»

31 de mayo de 2023.- (Camino Católico)  En la Audiencia General de este miércoles 31 de mayo, el Papa Francisco ha propuesto como ejemplo de «coherencia» cristiana al venerable italiano Mateo Ricci, misionero en China, al mismo tiempo que ha instado a que «tengamos la fuerza de vivir con coherencia la fe que profesamos”. Ante los fieles y peregrinos que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro, el Santo Padre ha continuado con su ciclo de catequesis sobre la evangelización y el celo apostólico y recordó la figura del jesuita italiano Matteo Ricci.

Foto: Vatican Media

Ha definido a este misionero como una «figura egregia del celo apostólico» y subraya que donde otros habían fracasado, «Mateo tuvo la intuición de prepararse cuidadosamente aprendiendo la lengua y las costumbres chinas antes de afrontar su misión”.

Mateo Ricci obtuvo la «credibilidad» por su «testimonio de vida religiosa, de virtud y de oración”. Precisa que eso «es lo que alimenta la vida misionera: una vida de caridad, humildad y total desinterés por honores y riquezas, que inducen a muchos de sus discípulos y amigos chinos a acoger la fe católica. Porque veían a un hombre tan inteligente, tan sabio y tan hábil en el buen sentido de la palabra para hacer las cosas, y tan creyente, decían: ‘lo que predica es verdad’, porque es una personalidad que da testimonio y atestigua con su propia vida lo que proclama», afirma el Papa.

En este sentido, puntualizó que «esta es la coherencia de los evangelizadores. Y esto aplica para todos los cristianos, ya que todos somos evangelizadores”. El Papa enfatiza: «Puedo decir el ‘Credo’ de memoria y puedo expresar todas las cosas que creemos, pero si mi vida no es coherente con eso, no sirve de nada. Lo que atrae a la gente es el testimonio de coherencia”. «Los cristianos vivimos lo que decimos. No debemos simular vivir como cristianos y luego vivir como mundanos. Tengan cuidado con eso». «Observen a estos grandes misioneros y vean que la mayor fuerza es la coherencia. ¡Son coherentes!», agrega. En el vídeo superior de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 31 de mayo de 2023
Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente
15.- Testigos: El venerable Mateo Ricci

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

Nosotros seguimos reflexionando en estas catequesis sobre el celo apostólico, es decir lo que siente el cristiano para llevar adelante el anuncio de Jesucristo.

Hoy me gustaría presentar otro ejemplo de celo apostólico. Hablamos de Francisco Javier, de San Pablo, del celo apostólico de los grandes. Hoy hablaremos de un italiano, pero que fue a China: Mateo Ricci.

Foto: Vatican Media

Originario de Macerata, en Las Marcas, después de haber estudiado en las escuelas de los jesuitas y haber entrado él mismo en la Compañía de Jesús en Roma, entusiasmado por los informes de los misioneros, como muchos otros jóvenes compañeros suyos, pidió ser enviado a las misiones en Extremo Oriente. Después del intento de Francisco Javier, otros veinticinco jesuitas habían intentado inútilmente entrar en China.

Pero Ricci y su hermano se preparan muy bien, estudiando cuidadosamente la lengua y las costumbres chinas, y al final lograron establecerse en el sur del país.

Fueron necesarios dieciocho años, con cuatro etapas a través de cuatro ciudades diferentes, antes de llegar a Pekín. Con constancia y paciencia, animado por una fe inquebrantable, Mateo Ricci pudo superar dificultades y peligros, desconfianzas y oposiciones. Piensa en esa época, caminando, cabalgando, tantas distancias. Siguió adelante.

Pero, ¿cuál era el secreto de Mateo Ricci?  ¿A qué camino le empujó el celo apostólico?

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Él siguió siempre el camino del diálogo y de la amistad con todas las personas que encontraba, y esto le abrió muchas puertas para el anuncio de la fe cristiana. Su primera obra en lengua china fue precisamente un tratado Sobre la amistad, que tuvo gran resonancia.

Para entrar en la cultura y en la vida china en un primer momento se vestía como los bonzos budistas, pero después entendió que la mejor forma era la de asumir el estilo de vida y los vestidos de los literatos. Estudió de forma profunda sus textos clásicos, para poder presentar el cristianismo en diálogo positivo con su sabiduría confuciana y con los usos y las costumbres de la sociedad china.

Y esto se llama actitud de inculturación. De forma análoga, en los primeros siglos de la Iglesia, los Padres habían sabido “inculturar” la fe cristiana en diálogo con la cultura griega.

Su óptima preparación científica suscitaba interés y admiración por parte de los hombres cultos, empezando por su famoso mapamundi, el mapa del mundo entero entonces conocido, con los diferentes continentes, que revela a los chinos por primera vez una realidad exterior a China más amplia de lo que hubieran imaginado. Les hace darse cuenta de que el mundo es más grande que China.

Ellos entendieron porque eran muy inteligentes. Pero también los conocimientos matemáticos y astronómicos de Ricci y de los misioneros seguidores suyos contribuyeron a un encuentro fecundo entre la cultura y la ciencia de occidente y de oriente, que vivirá entonces uno de sus tiempos más felices, en el signo del diálogo y la amistad.

Foto: Vatican Media

De hecho, la obra de Mateo Ricci nunca hubiera sido posible sin la colaboración de sus grandes amigos chinos, como los famosos “Doctor Pablo” (Xu Guangqi) y “Doctor León” (Li Zhizao).

Sin embargo, la fama de Ricci como hombre de ciencia no debe oscurecer la motivación más profunda de todos sus esfuerzos: el anuncio del Evangelio. Siguió adelante y dio testimonio de su fe dialogando con hombres de ciencia. La credibilidad obtenida con el diálogo científico le daba autoridad para proponer la verdad de la fe y de la moral cristiana, de la que él habla de forma profunda en sus principales obras chinas, como El verdadero significado del Señor del Cielo.

Además de la doctrina, son su testimonio de vida religiosa, de virtud y de oración. Estos misioneros rezaban, iban a predicar, hacían movimientos políticos, de todo, pero rezaban. Eso es lo que alimenta la vida misionera: una vida de caridad, humildad y de total desinterés por honores y riquezas, que inducen a muchos de sus discípulos y amigos chinos a acoger la fe católica.

Porque veían a un hombre tan inteligente, tan sabio y tan hábil en el buen sentido de la palabra para hacer las cosas, y tan creyente, decían: «lo que predica es verdad», porque es una personalidad que da testimonio y atestigua con su propia vida lo que proclama. Esta es la coherencia de los evangelizadores. Y esto aplica para todos los cristianos, ya que todos somos evangelizadores.

Foto: Vatican Media

Puedo decir el credo de memoria y puedo expresar todas las cosas que creemos, pero si mi vida no es coherente con eso, no sirve de nada. Lo que une a la gente es el testimonio de coherencia. Los cristianos vivimos lo que decimos. No debemos simular vivir como cristianos y luego vivir como mundanos. Tengan cuidado con eso. Observen a estos misioneros. Este es un italiano. Observen a estos grandes misioneros y vean que la mayor fuerza es la coherencia. ¡Son coherentes!

En los últimos días de su vida, a quien estaba más cerca de él y le preguntaba cómo se sentía, «respondió que estaba pensando en ese momento si era más grande la alegría y la felicidad que sentía interiormente por la idea de que estaba cerca su viaje para ir a gustar a Dios, o la tristeza que le podía causar el dejar a los compañeros de toda la misión que amaba mucho, y el servicio que aún podía hacer a Dios Nuestro Señor en esta misión» (S. De Ursis, Relación sobre M. Ricci, Archivo Histórico Romano S.I.). Es la misma actitud testimoniada por el apóstol Pablo (cfr Fil 1,22-24), síntesis de amor de Dios y de celo misionero.

Matteo Ricci murió en Pekín en 1610, a los 57 años, consumado por las fatigas de la misión.  El espíritu y el método misionero de Mateo Ricci constituyen un modelo vivo y actual. Su amor por el pueblo chino, es un modelo.

Pero ese es un camino muy actual, es el testimonio de su vida como cristiano. Llevó el cristianismo a China. Es grande porque es un gran científico, es grande porque es valiente, es grande porque ha escrito tantos libros, pero sobre todo, es grande porque ha sido coherente con su vocación y su deseo de seguir a Jesucristo. Hermanos y hermanas, preguntémonos: ¿soy coherente o soy de esta forma o de aquella?

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Mons. Joan-Enric Vives, Obispo de Urgell, saludando al Papa Francisco / Foto: Vatican Media

Queridos hermanos y hermanas:

En esta audiencia presentamos a otra figura del celo apostólico, Mateo Ricci. Muchos intentos de llegar a China habían fracasado y Mateo tuvo la intuición de prepararse cuidadosamente aprendiendo la lengua y las costumbres chinas, antes de afrontar su misión. Y esto le posibilitó entrar en el territorio y con paciencia irse acercando a la capital. Vestido como un erudito, gracias a grandes colaboradores también chinos, fue capaz de ganarse el respeto de todos y hacer llegar el mensaje de Cristo a sus contemporáneos, a través de su vida de piedad y de sus enseñanzas.

Foto: Vatican Media

Dos recursos, por así decirlo, tenía para conseguir este propósito: por un lado, una actitud de amistad hacia todos, unida a una ejemplaridad de vida que causaba admiración; por otro, una vastísima cultura que era reconocida por sus contemporáneos, y que además supo conjugar con un estudio de los clásicos confucionistas, presentando así el mensaje cristiano perfectamente inculturado.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor que nos dé la humildad de sabernos acercar a los demás con esa actitud de amistad, respeto y conocimiento de su cultura y sus valores. Que sepamos acoger todo lo bueno que hay en ellos, como Jesús al encarnarse, para hacernos capaces de hablar su lenguaje. Que no dudemos en ofrecerles todo lo bueno que tenemos, para dar prueba del Amor que nos mueve. Que tengamos la fuerza de vivir con coherencia la fe que profesamos, para transmitir el Evangelio del reino sin imposiciones ni proselitismos. Que sea esta la bendición de Jesús y que la Virgen Santa, primera misionera en esta fiesta de la Visitación, nos sostenga en este propósito. Muchas gracias.

Foto: Vatican Media

En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:

Foto: Vatican Media

Doy una calurosa bienvenida a los jóvenes de «Rondine Cittadella della Pace» de Arezzo, acompañados por el obispo monseñor Andrea Migliavacca, con un pensamiento agradecido por quienes, viniendo de Ucrania y Rusia y de otros países en guerra, han decidido no ser enemigos, sino vivir como hermanos. Que su ejemplo suscite en todos propósitos de paz, incluso en los que tienen responsabilidades políticas. Y esto debe llevarnos a orar más por la martirizada Ucrania y a estar cerca de ella.

Finalmente, como de costumbre, me dirijo a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos ya los recién casados. Hoy, último día del mes de mayo, la Iglesia celebra la visita de María a su prima Isabel, por quien es proclamada bienaventurada por haber creído en la palabra del Señor (cf. Lc 1,45). Miradla e implorad de ella el don de una fe cada vez más valiente. Encomendamos a su maternal intercesión a todos los probados por la guerra, especialmente a la querida y atormentada Ucrania que tanto sufre.

                                                        Papa Francisco


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