Papa Francisco en Misa por cardenales y obispos fallecidos: «La Resurrección de Cristo responde a la larga búsqueda del pueblo de Dios, a la búsqueda de todo hombre»

«Es lo que predica el apóstol Pablo. Jesucristo, crucificado y resucitado. Si él no ha resucitado, nuestra fe es vacía e inconsistente. Pero como Él ha resucitado, más aun, Él, es la Resurrección, nuestra fe está llena de verdad y de vida eterna»

3 de noviembre de 2014.-(Radio VaticanoCamino Católico)  El Papa Francisco presidió este lunes en la Basílica de San Pedro la Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos en los últimos doce meses, en la cual recordó que “la Resurrección de Cristo responde a la larga búsqueda del pueblo de Dios, a la búsqueda de todo hombre y de la toda la humanidad”.

En su homilía, el Santo Padre afirmó que“esta celebración, gracias a la Palabra de Dios está completamente iluminada por la fe en la Resurrección. Una verdad que ha hecho su camino en la fatiga en el Antiguo Testamento, y que emerge de manera explícita en el episodio que acabamos de escuchar, la colecta por el sacrificio expiatorio en favor de los difuntos”.

»Toda la revelación divina –explicó el Papa–,es fruto del diálogo entre Dios y su pueblo, y también la fe en la Resurrección está unida a este diálogo, que acompaña el camino del Pueblo de Dios en la historia”.

“No hay que maravillarse de que un misterio tan grande, tan decisivo, tan sobrehumano como el de la Resurrección haya requerido todo el recorrido, todo el tiempo necesario hasta Jesucristo. Él puede decir: ‘Yo soy la resurrección y la vida’ porque en Él ese misterio no sólo se revela plenamente, sino que se cumple, sucede, por primera y definitiva vez se convierte en realidad”.

“El Evangelio que hemos escuchado, que une –según la redacción de Marco–, el recuento de la muerte de Jesús y de la tumba vacía, representa el culmen de todo el camino: el advenimiento de la Resurrección, que responde a la larga búsqueda del pueblo de Dios, a la búsqueda de cada hombre y de la toda la humanidad”, afirmó.

En ese sentido, señaló que “cada uno de nosotros está invitado a entrar en ese acontecimiento. Estamos llamados a estar primero ante la cruz de Jesús, como María, como las mujeres, como el centurión; a escuchar su último grito y su último suspiro y, al final el silencio, ese silencio que se prolonga durante todo el Sábado Santo”.

“Y después estamos llamados a ir a la tumba, para ver que la gran piedra se ha abierto, para escuchar el anuncio: ‘Ha resucitado, no está aquí’. Allí está la respuesta. Allí está el fundamento, la roca. No en ‘discursos persuasivos de sabiduría, sino en la palabra viva de la cruz y la resurrección de Jesús’”.

»Es lo que predica el apóstol Pablo. Jesucristo, crucificado y resucitado. Si él no ha resucitado, nuestra fe es vacía e inconsistente. Pero como Él ha resucitado, más aun, Él, es la Resurrección, nuestra fe está llena de verdad y de vida eterna».

Finalmente, el Santo Padre invitó a agradecer por los cardenales y obispos difuntos, por quienes se ofrece el Sacrificio Eucarístico, así como pedir a la Virgen María que interceda por cada uno de ellos.

 

 

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