Papa Francisco en Regina Coeli, 7-5-2023: «Estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Renovemos hoy la elección de amar a Jesús y caminar tras Él»

* «Yo soy el camino y la verdad y la vida’ (Jn 14,6). ‘Yo soy el camino’. Jesús mismo es el camino a seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un ‘paquete de ideas’, en las que creer, sino un camino a recorrer, un viaje que cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece. Seguir a Jesús e imitarlo, especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra»

Video completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Regina Coeli

* «En Granada, en España, fue beatificada ayer la joven María de la Concepción Barrecheguren y García. Postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consuelo. Murió en 1927 con 22 años. En este mes de mayo recemos el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz, en particular por la martirizada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el deseo de la gente que sufre y quiere la paz»

7 de mayo 2023.- (Camino católico) «No nos dejemos abrumar por el presente, sino sigamos a Cristo, que es el camino hacia la felicidad». A la hora del Regina Caeli, ante miles de fieles en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha recordado las palabras del Evangelio del día y ha indicado la brújula para llegar al lugar preparado por Dios para nosotros: amar a Jesús, creer en Él, imitarlo con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás.

Foto: Vatican Media

Jesús – agrega el Santo Padre– va a preparar un lugar, «una casa», la del Padre, donde hay espacio para todos, donde todos son acogidos, amados y consolados por el calor de un abrazo. Él no se separó de nosotros, sino que nos abrió el camino anticipando el destino final: el encuentro con Dios. “Entonces, cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta, incluso si hoy corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿Adónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir?”

He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra”, ha dicho Francisco: “Hermanos y hermanas, vivamos el presente, tomemos con nuestra mano, tomemos con la mano el presente, pero no nos dejemos arrasar por él; miremos hacia arriba, miremos al Cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, desde el cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza”. En el vídeo de Vatican News se visualizan y escuchan traducidas al español las palabras del Papa en el momento de rezar el Regina Coeli, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media
PAPA FRANCISCO
REGINA COELI
Plaza de San Pedro
V Domingo de Pascua, 7-5-2023

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de la Liturgia del día (Jn 14,1-12) está sacado del último discurso de Jesús antes de su muerte. El corazón de los discípulos está atribulado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándolos a no tener miedo, no tengáis miedo: Él, de hecho, no les está abandonando, sino que va a preparar un lugar para ellos y a guiarles hacia esa meta. El Señor hoy nos indica así a todos nosotros el maravilloso lugar al que ir, y, al mismo tiempo, nos dice cómo ir, nos enseña el camino a recorrer. Nos dice dónde ir y cómo ir.

En primer lugar, dónde ir. Jesús ve la tribulación de los discípulos, ve su miedo de ser abandonados, precisamente como nos sucede a nosotros cuando nos vemos obligados a separarnos de alguien a quien queremos. Y entonces dice: «Me voy a prepararos un lugar […] para que donde estoy yo estéis también vosotros» (vv. 2-3). Jesús usa la imagen familiar de la casa, un lugar de relaciones y de intimidad. En la casa del Padre – dice a sus amigos y a cada uno de nosotros – hay espacio para ti, tú eres bienvenido, serás acogido para siempre con el calor de un abrazo, y yo estoy en el Cielo preparándote un lugar. Nos prepara ese abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad.

Foto: Vatican Media

Hermanos y hermanas, esta Palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se ha separado de nosotros, sino que nos ha abierto el camino, anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios padre, en cuyo corazón hay un puesto para cada uno de nosotros. Entonces, cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta, incluso si hoy corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿Adónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir? Sin estas preguntas solo exprimimos la vida en el presente, pensamos que debemos disfrutarla lo máximo posible y al final terminamos por vivir al día, sin un objetivo, sin una finalidad. Nuestra patria, en cambio, está en el cielo (cf. Fil 3,20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta!

Una vez descubierta la meta, también nosotros, como el apóstol Tomás en el Evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿Cómo ir? ¿Cuál es el camino? A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar está la sensación de que el mal es más fuerte y nos preguntamos: ¿Qué debo hacer? ¿Qué camino debo seguir? Escuchemos la respuesta de Jesús: «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6). “Yo soy el camino”. Jesús mismo es el camino a seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un “paquete de ideas”, en las que creer, sino un camino a recorrer, un viaje que cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece. Seguir a Jesús e imitarlo, especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra.

Hermanos y hermanas, vivamos el presente, hagámonos cargo del presente, pero no nos dejemos arrasar por él; miremos hacia arriba, miremos hacia el Cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, desde el cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza.

Foto: Vatican Media

Oración del Regina Coeli: 

Foto: Vatican Media

V/. Reina del Cielo, alégrate; aleluya.

R/. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.

V/. Resucitó según dijo; aleluya.

R/. Ruega por nosotros a Dios; aleluya;

V/. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.

R/. Porque resucitó en verdad el Señor; aleluya.

Oración:

¡Oh, Dios!, que te dignaste alegrar al mundo por la Resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo: concédenos, te rogamos, que por la mediación de la Virgen María, su Madre, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Foto: Vatican Media

Después el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer se celebraron dos beatificaciones. En Montevideo, en Uruguay, fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. Un pastor que cuidó de su pueblo, testimonió el Evangelio con generoso impulso misionero, favoreciendo la reconciliación social en un clima tenso por la guerra civil. En Granada, en España, fue beatificada la joven María de la Concepción Barrecheguren y García. Postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consuelo. Murió en 1927 con 22 años. ¡Un aplauso para los dos beatos!

Os saludo de corazón a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países, en particular, a los fieles procedentes de Australia, España, Inglaterra y a los estudiantes del Colegio Santo Tomás de Lisboa.

Foto: Vatican Media

Saludo a la Asociación Meter y a su fundador don Fortunato Di Noto, que llevan adelante el compromiso para prevenir y combatir la violencia sobre los menores; celebran hoy la 27ª Jornada de los Niños Víctimas; desde hace 30 años defienden a los niños de los maltratos y de las violencias. Estoy cerca de vosotros, hermanos y hermanas, y os acompaño con la oración y mi afecto. No os canséis nunca de estar del lado de quien es víctima, ahí está Cristo Niño que os espera, ¡gracias!

Saludo al grupo de enfermos de fibromialgia del área médica de la Vicaría de Roma; a las Hermanas de San José Bendito Cottolengo; a la Asociación de Laicos de la Misericordia; a la Familia Camiliana Laica; a los fieles de Pozzuoli, Caraglio y Valle Grana; a los Coros de Empoli y Ponte Buggianese.

Un saludo especial va para los nuevos Guardias Suizos, a sus familiares y amigos y a las Autoridades helvéticas que participaron en las celebraciones de este cuerpo benemérito. Un aplauso para los Guardias, ¡todos!

Mañana en Pompeya se elevará la tradicional Súplica a la Virgen del Rosario, en aquel Santuario que el Beato Bartolo Longo quiso dedicar a la paz. En este mes de mayo recemos el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz, en particular por la martirizada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el deseo de la gente que sufre y quiere la paz.

Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.

Francisco


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