Papa Francisco recuerda en Guayaquil los “cinco dedos” de su madre para hablar del amor a los hijos

“Una madre quiere a sus hijos como son y en una familia los hermanos se quieren como son, nadie es descartado, allí en la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir ‘gracias’ como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad”

6 de julio de 2015.- (ACI  / Camino CatólicoEn la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, el Papa Francisco recordó brevemente una anécdota sobre su madre y sus cinco hijos.

Improvisando, el Santo Padre dijo que “en el seno de la familia, nadie es descartado, todos valen lo mismo. Me acuerdo que una vez a mi mamá le preguntaron: ¿A cuál de sus cinco hijos (nosotros somos cinco hermanos), a cuál de sus cinco hijos quería más? Y ella dijo: ‘como los dedos, si me pinchan este, me duele lo mismo que si me pinchan este’”.

El Papa Francisco resaltó luego que “una madre quiere a sus hijos como son y en una familia los hermanos se quieren como son, nadie es descartado, allí en la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir ‘gracias’ como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad”.

En esta parte de la reflexión el Santo Padre dijo que en la familia “se aprende también a pedir perdón cuando hacemos algún daño y nos peleamos, porque en toda familia hay peleas el problema es después pedir perdón”. En el vídeo se visualiza y escucha este fragmento de la homilía.

Ver el vídeo y leer el texto completo de la homilía del Papa

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