Peter Infanger y el diácono Andrew Infange, padre e hijo, serán ordenados sacerdotes en Estados Unidos: han vivido en su familia comprometidos con Dios

Peter, el padre, explica que la muerte de su esposa fue “una de las peores cosas que puede suceder”. No obstante, aseguró que Dios le trajo “una segunda vocación para ayudar a los demás. Me pregunté a mí mismo: ¿por qué estoy aquí? ¿A dónde voy después de esto? ¿Qué quiere Dios que haga? Cuando mi esposa ingresó al hospital, una de las primeras cosas que le dijo a las enfermeras fue lo orgullosa que estaba de que nuestro hijo, Andrew, fuera sacerdote”

8 de abril de 2017.-  (ACI  / CaminoCatólico.com / Fotos cortesía de Milwaukee Journal Sentinel) En un hecho poco común en la Iglesia Católica, un padre y su hijo están cerca de ser ordenados sacerdotes en Estados Unidos. Se trata de Peter Infanger y su hijo, el diácono Andrew Infanger. Peter, de 63 años, quedó viudo en 2013 luego que su esposa Michelle falleciera de cáncer de mama. Ese año su hijo Andrew fue aceptado en el Seminario de San Francisco de Sales de la Arquidiócesis de Milwaukee (Winsconsin), según una entrevista publicada el 30 de marzo en el Milwaukee Journal Sentinel.

Luego de enviudar, Peter entró a un proceso de discernimiento vocacional y en 2014 fue aceptado como seminarista. Ahora en 2018 está completando su cuarto año en el Seminario Mundelein a las afueras de Chicago (Illinois). En 2019 será diácono y luego, “Dios mediante”, espera seguir a su hijo en el sacerdocio.

Por su parte Andrew, de 30 años, será ordenado sacerdote en menos de dos meses.

“No es la norma y no es lo que generalmente sucede, pero no existe una política en cuanto a la edad. Generalmente las personas de la edad de mi padre serían descalificadas, pero lo revisan caso por caso. Con él es más si está sano y puede hacer los estudios, esas son probablemente las dos cosas más importantes”, comenta Andrew.

Peter dice que la muerte de su esposa fue“una de las peores cosas que puede suceder”. No obstante, aseguró que Dios le trajo “una segunda vocación para ayudar a los demás”.

“He tenido tanta gente que se me acercó y me dijo: ‘Dios, has estado casado durante 34 años, realmente entiendes lo que es estar casado. ¿Puedes ayudarme?”,narra.

El medio de Milwaukee asegura que la relación entre Andrew y Peter es tan cercana que en algunas ocasiones durante la entrevista solían terminar la oración del otro indistintamente.

El camino al sacerdocio de Andrew y Peter

De joven, Andrew asistía a Misa todos los domingos. Estuvo en escuelas parroquiales y pasaba parte de sus veranos en un campamento dirigido por monjes benedictinos. Obtuvo su licenciatura en Teología en una pequeña universidad católica.

Si bien nunca se consideró a sí mismo como un modelo cristiano o lo suficientemente piadoso como para convertirse en presbítero, en un momento de su vida recibió el llamado de Dios al sacerdocio.

“Andrew es una persona inteligente, pero muy accesible, que creo que habla al corazón con el mensaje de Jesús de una manera que las personas pueden relacionar y entender”,afirma su mentor, el P. Timothy Kitzke.

Después de su ordenación, Andrew será enviado a West Bend, donde servirá en las parroquias de St. Frances Cabrini y St. Mary Inmaculate Conception.

Por su parte, el camino de Peter comenzó cuando tenía 34 años. Por ese entonces –cuando Andrew tenía dos años– quería renunciar a su trabajo y hacer caridad en un lugar como Catholic Charities.

La esposa de Peter lo alentó a continuar en su trabajo relacionado al marketing, pero también a participar de actividades religiosas fuera del horario laboral.

“Así que eso es lo que hice. Trabajé como profesor de religión y fui voluntario en mi parroquia. Durante 10 años trabajé en el Ministerio de Justicia Penal correspondiente a los reclusos”,explica Peter, quien luego decidió llevar estudios bíblicos.

Años después, al perder a su esposa y su empleo, se vio obligado a tomar una decisión de vida.

“Me pregunté a mí mismo: ¿por qué estoy aquí? ¿A dónde voy después de esto? ¿Qué quiere Dios que haga?”,dijo Peter.

Andrew, por entonces un seminarista, alentó a su padre a examinar lo que Dios quería de él, y no solo lo referente a un nuevo empleo. Al poco tiempo, Peter le aseguró que quería ingresar al seminario.

Para asegurarse de que Dios realmente lo llamaba al sacerdocio, Peter llamó al Obispo de Joliet (Illinois), Mons. Daniel Conlon, quien finalmente dio su aprobación.

“Peter Infanger está por encima de la edad generalmente aceptada para la formación en el seminario. Pero la Iglesia opera por la gracia de Dios, y en ocasiones hay circunstancias extraordinarias. En el caso de Peter se hizo una evaluación de que el Señor realmente lo estaba llamando al ministerio”,dijo Mons. Conlon en una declaración.

Al final de la entrevista, Peter aseguró que su esposa difunta habría estado feliz de ver las elecciones que ha tomado.

“Cuando ella ingresó al hospital, una de las primeras cosas que le dijo a las enfermeras fue lo orgullosa que estaba de que nuestro hijo, Andrew, fuera sacerdote”,concluye.

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