Santa Misa presidida por el Papa Francisco en la conmemoración de los fieles difuntos, 2-11-2020

2 de noviembre de 2020.- (Camino Católico) El Papa Francisco ha destacado que el don de la esperanza cristiana no decepciona y da sentido a la vida, durante la Misa celebrada en el día de la conmemoración de todos los fieles difuntos. Este 2 de noviembre, el Santo Padre ha presidido la Eucaristía en la iglesia del Campo Santo Teutónico, cementerio que se encuentra en el interior de los muros de la Ciudad del Vaticano, a las 16 horas.

En su homilía pronunciada en forma improvisada, y no leída, el Pontífice ha recordado al personaje bíblico de Job, quien derrotado, casi habiendo terminado su existencia, a punto de morir, tuvo una certeza y dijo: “Yo sé que mi redentor está vivo… Yo veré a mi redentor, con estos ojos lo veré, lo veré yo mismo, mis ojos lo contemplarán y no otro”. En esta línea, el Papa explicó que “esa certeza en el momento en que casi terminó la vida, es la esperanza cristiana”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración traducida al español.

Al comienzo de la celebración, el rector del colegio teutónico, Monseñor Hans-Peter Fischer dirigió su saludo al Papa Francisco, señalando que los participantes en la celebración en la pequeña iglesia están en comunión con todos los que los han precedido y que allí “duermen el sueño de la paz”: los santos de “la puerta de al lado”, que nos recuerdan cada día que “’bebiendo’ el tiempo de la vida, aún vivimos”. Mientras que en las oraciones de los fieles, la asamblea se dirigió al Señor rezando por el Papa, para que «Su instinto, el Espíritu Santo» y el amor del pueblo cristiano, «continúen apoyándolo y guiándolo en su obra de purificación de la Iglesia». Se rezó también por los migrantes, «para que con sus vidas laceradas, huyendo de las guerras, las catástrofes naturales y las persecuciones, puedan ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados porque se puede aprender algo de todos y nadie es inútil». Y se rezó por todos nosotros, «para que el dolor, la incertidumbre, el miedo y la conciencia de nuestros propios límites» que ha traído la pandemia nos lleve a «repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el significado de nuestra existencia».

Por último, se rezó por el pueblo de Dios, «para que experimente una Iglesia más humana y cercana, comunidad de estilo familiar que habite en las fatigas de las personas y las familias», y para que sea «una presencia que sepa unir el amor a la verdad y el amor a cada hombre». Y se oró por todos los difuntos, «sin rostro, sin voz y sin nombre, para que Dios Padre los acoja en la paz eterna, donde no hay más ansiedad ni dolor».

Al finalizar la Eucaristía, el Santo Padre rezó brevemente en las tumbas del cementerio del Campo Santo Teutónico acompañado por el rector. Después, se dirigió brevemente a las Grutas Vaticanas, en donde se encuentran las tumbas de varios Papas, y allí rezó por los Pontífices difuntos.

Papa Francisco en homilía de conmemoración de los fieles difuntos, 2-11-2020: «La esperanza es el don de Dios que nos atrae hacia la vida, hacia la alegría eterna»


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Fuente:Vatican News
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