Sofía Acosta resucitó tras 25 minutos muerta y este milagro hace beata a la Madre Catalina de María Rodríguez

Al cabo de 20 minutos y tras varios intentos de reanimación, al tiempo que la familia rezaba a la Madre Catalina, el médico informó a los familiares que la señora había fallecido. Sin embargo, la familia le solicitó que lo siguiera intentando, y continuaron invocando la intercesión de la religiosa. Sin entender la petición y luego de haber cumplido con el protocolo habitual, el médico intentó nuevamente las técnicas de reanimación y comprobó que, aunque había decretado la muerte biológica, la señora comenzaba a tener actividad cardíaca 

5 de mayo de 2017.- (Camino católicoLa Madre Catalina de María Rodríguez fue colaboradora del Cura Brochero y fundó el Instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la educación y a la atención de casas de ejercicios espirituales. Nacida en 1823 y fallecida en 1896 en olor de santidad, el Papa Francisco acaba de reconocer un milagro que permitirá su beatificación. El milagro ocurrió en Tucumán y lo protagonizó Sofía Acosta, una mujer que “recobró la vida” tras haber sido declarada muerta por los médicos. Hoy, a veinte años del episodio milagroso, lleva una vida normal. En el video se visualiza y escucha un documental sobre cómo se produjo el milagro, contado por Leonardo Valdez, el esposo de la mujer resucitada, y Eugenia Valdez, la hija de ambos. También participan los médicos y la propia protagonista.

Con la firma del decreto de aprobación del milagro, la Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de la Congregación de las Esclavas del Corazón de Jesús, conocidas como Esclavas Argentinas, será declarada beata en la ciudad de Córdoba. La fecha de la beatificación todavía no está confirmada. 

Muchas son las gracias concedidas por la Madre Catalina de María. Se la invoca principalmente en casos de dificultades para tener hijos pero también con enfermedades concretas en donde se ha apreciado su poder de mediación ante Dios. 

El milagro aprobado por la Congregación para las Causas de los Santos ocurrió una noche de abril en San Miguel de Tucumán, donde las Hermanas Esclavas tienen un colegio. 

Sofía Acosta, con menos de 60 años, madre de una profesora de la institución sufrió una muerte súbita. Auxiliada por su hija, su esposo y un vecino, y temiendo su muerte por los síntomas que manifestaba, la llevaron a una clínica a donde llegaron luego de más de quince minutos.

Al cabo de 20 minutos y tras varios intentos de reanimación, al tiempo que la familia rezaba a la Madre Catalina, el médico informó a los familiares que la señora había fallecido. Sin embargo, la familia le solicitó que lo siguiera intentando, y continuaron invocando la intercesión de la religiosa.

Sin entender la petición y luego de haber cumplido con el protocolo habitual, el médico intentó nuevamente las técnicas de reanimación y comprobó que, aunque había decretado la muerte biológica, la señora comenzaba a tener actividad cardíaca. 

La paciente fue trasladada a la unidad coronaria para una mejor atención y le fue diagnosticado un edema pulmonar con grave afección cerebral. El pronóstico de supervivencia era entonces acotado y se preveían graves secuelas.

La comunidad del colegio del Sagrado Corazón de Jesús, de las Hermanas Esclavas comenzó con las cadenas de oración pidiendo la curación de la mamá de la profesora. Sólo 24 horas fueron suficientes para que la paciente recobrara el habla y el movimiento. Desde ese momento la evolución fue asombrosa. Permaneció internada diez días más en observación y regresó a su hogar sin necesidad de rehabilitación y sin ninguna secuela. Hoy, 20 años después, lleva una vida normal. 

La Madre Catalina de María Rodríguez se propuso Evangelizar educando a las niñas

La Madre Catalina fue amiga y colaboradora de San José Brochero, el llamado «cura gaucho», y se volcó en la evangelización de zonas difíciles de las sierras cordobesas, especialmente con la educación de las niñas.

Nació en 1823 en Córdoba (Argentina) con el nombre de Josefa Saturnina Rodríguez. A los 3 años quedó huérfana de madre y a los 9 murió su padre. La criaron unas tías de firme espiritualidad católica. Se casó con un coronel viudo, Manuel Antonio de Zavalía, que tenía dos niños y fue una esposa ejemplar hasta que él murió, 13 años después.

Años más tarde, ya con 49 años se volcó en la vida religiosa al fundar en 1872, en Córdoba el Instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la educación, promoción de la mujer y la atención de casas de ejercicios espirituales. Sus escuelas hicieron un gran servicio mediante la educación de las niñas. Hoy tienen colegios por toda Argentina, España, Chile y Benín.

En 1877, por invitación de San José Brochero, el incansable evangelizador de amplias zonas rurales de Argentina, ella se instaló en la Villa del Tránsito, como colaboradora en las misiones del Cura Brochero en las sierras cordobesas. La Madre Catalina Rodríguez murió en olor de santidad el 5 de abril de 1896, un domingo de Pascua. San Juan Pablo II la declaró venerable en diciembre de 1997.

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