Verónica Williams: «No hay mayor felicidad que el hecho de que nuestros hijos conozcan a Dios»

Es la fundadora de Mothers´ Prayers, Oraciones de madres, que han extendido centenares de 20 de octubre de 2010.- En 1995, la vida de Verónica Williams estaba marcada por la preocupación por sus hijos y sus nietos. Pero vio que su caso no era único, y formó un grupo de cristianos que llevó al Parlamento británico el análisis Qué estamos haciendo a nuestros hijos, sobre la dolorosa realidad de problemas como las drogas, la violencia, el materialismo… No hubo respuesta. En la mente de Verónica surgió la pregunta: «¿Qué puedo hacer ahora?» El Espíritu Santo respondió: «Reza por ellos». La receta es muy simple: dejar que sea Él Quien se ocupe de esos problemas que tanto nos agobian. Cuenta Verónica Williams que una noche se despertó por sorpresa, escuchando en su corazón: «Reza por mis hijos, reza por mis hijos». Cuando se lo relató a su cuñada, descubrieron que ambas sentían la misma indicación. «Me di cuenta de que Dios era el que nos exhortaba a hacerlo. Sentía un fuerte deseo de rezar por mis hijos, por los de la gente que me rodeaba y por otros niños. Durante un mes pedimos al Señor que nos guiara en nuestras oraciones», cuenta. «El consejo y la dirección adecuada, la experiencia y, sobre todo, las indicaciones del Espíritu Santo en los corazones de las madres que acudían al rezo, marcaron una metodología de plegaria semanal», añade.
(Teresa Ekobo / Alfa y Omega) A finales de 1995, ella y otras cuatro mujeres de su entorno se juntaban con regularidad a orar por su vocación de madres y por la felicidad de sus hijos. «Y no hay mayor felicidad que el hecho de que nuestros hijos conozcan a Dios», reconoce. Hoy en día, los grupos de Mothers´ Prayers (Oraciones de madres) se cuentan por centenas y se extienden por más de noventa países. En cada grupo, hay de dos a ocho madres, no más. «La intención es favorecer que cada mujer tenga la confianza de poner ante el Señor aquello que le preocupa. Cuando el dolor de esas madres se queda dentro, se enquista. Es necesario compartirlo con los demás y, sobre todo, con Dios». Grupos para confiar a Dios los problemas Comenta un ejemplo curioso: «Yo siempre he rezado por mis hijos, igual que muchas personas. Pero a veces, en oración, ofrecemos a Dios los problemas con una mano y, cuando terminamos, con la otra mano nos los llevamos de nuevo con nosotros, y por eso empezamos a organizar planes para solucionarlos. De lo que se trata es de ofrecer al Señor las preocupaciones en una petición que nos permita abandonarnos y seguir amando». Unidas en oración, salvamos a nuestros hijos reza el lema que hay en la portada del diminuto libro donde se recoge el método a seguir en las Oraciones de madres. En su primera página, un par de versículos de Jeremías (31:16-17): «Deja de llorar y enjúgate las lágrimas. Todo lo que has hecho por tus hijos te será recompensado. Volverán de la tierra del enemigo. Hay esperanza en tu provenir. Tus hijos volverán al hogar. Lo digo Yo, el Señor». También cambian las madres
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Cuando se le pregunta a Verónica si el ofrecimiento al Señor es una renuncia, responde: «Nuestro modelo es el de la Sagrada Familia y, sobre todo, la Virgen María. Su ofrecimiento llevó consigo no una renuncia, sino un abandono por completo al Padre. Y curiosamente, nosotros tenemos la experiencia que de este abandono se pasa a la alegría. Abandonarse no es pasar de todo, sino dejar que Dios entre al 100% en nuestra vida».
Madre de tres hijos, abuela de diez nietos y con tres biznietos, Verónica Williams ha ido haciendo camino paso a paso en Oraciones de madres; incluso llegó a vender su casa para reunir dinero con el que fundar la sede de la entidad. Lo que parecía una locura, ha dado muchos bellos frutos. También en España, país que acaba de visitar para reunirse con mujeres que forman las Oraciones de madres españolas y otras que se han acercado a conocer los grupos.
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