Virginia Gámez, cantaora: «Rezar ayuda a seguir conectado a Dios que es amor. He sentido la oración como sanación en mi interior»

Camino Católico.-  Virginia Gámez (Málaga, 1978) se subió por primera vez a un tablao a los nueve años. Desde entonces, su vida es el cante y una compañía constante ha sido la oración, que también aprendió siendo niña y que nunca ha dejado de lado. Virginia recuerda que aprendió a rezar en el seno de su familia, siendo también muy chiquita. «De pequeña recuerdo mucho a mi abuela materna rezando el Rosario, pero quien realmente me enseñó a hacerlo fue mi madre», cuenta a Ana María Medina en la web de la Diócesis de Málaga.

Esta cantaora, reconocida con numerosos premios a una tempranísima edad, afirma que durante toda su vida ha estado cerca de Dios a través de la oración. «Siempre he sentido la oración como una especie de bálsamo o sanación en mi interior. También rezo cantando, que la mayoría de las veces es la mejor forma para expresarme que encuentro», confiesa.

Precisamente, en marzo de 2020 cuando empezó la primera ola de Covid-19,  Virginia Gámez, Antonia Contreras y Juan Ramón Caro unieron sus voces y su música en un Avemaría desde el confinamiento provocado por el estado de alarma. Lo dedican a la patrona de la Diócesis de Málaga, Santa María de la Victoria, para pedir su intercesión en el fin de la pandemia que azota el mundo.

También en el mes de abril del 2020 Virginia Gámez participó en “Saetas del Confinamiento” que se interpretaron por distintos cantaores utilizando un canal de youtube para “elevar con estas saetas oraciones al Altísimo por la sanación de la Humanidad y un planeta limpio de todo mal”. Así interpretó la suya Virginia Gámez a Santa María de la Victoria:

Profesora de cante en distintas instituciones de Málaga y Sevilla, ha participado en Bienales del Flamenco en Sevilla, Málaga, Argentina e incluso, ha actuado en el Suzanne Dellal Theatre de Tel Aviv (Israel). En su último trabajo, “Baúl”, se ha hecho acompañar por grandes artistas como Manuel Lombo o Diana Navarro. Su momento preferido para hacer silencio y rezar es la noche, cuando el día ya ha acabado y puede dedicar un momento sereno en el trajinar diario. En momentos especiales de su vida, ha sido su baluarte. «Cuando mi padre se fue al cielo me aferré aún más a ella», recuerda.

La artista no duda en invitar a que nos acerquemos a la oración de forma continua. «Es una bella forma de seguir conectado al AMOR, a ese Dios que es AMOR, y superar las veces en que hay cierta desconexión por parte del ser humano. La oración nos ayuda mucho».

Saeta al Cristo de los Gitanos

Entre sus oraciones habituales se encuentran el Padrenuestro, el Ave María y el Ángel de la guarda, pero cuando Virginia compone cantos religiosos, también reza. Su trayectoria le ha llevado a cantar en las catedrales de Málaga y Sevilla, y en iglesias de Málaga, como la de El Buen Pastor y Madre del Buen Consejo, y también en Lucena.

La saeta es, sin duda, su plegaria cantada favorita. De hecho, tiene compuestas varias que canta con maestría, como esta dedicada a Nuestro Padre Jesús de la Columna:

Luz que da vida a mi sueño,

Rey de mi barrio moreno,

de mi alma eres el dueño.

Salud te pido pa los míos

y pa to los malagueños.

Quisiera ser la columna

donde reposan tus manos

y con mi cante mecerte

mi Cristo de los Gitanos.


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