Papa Francisco en la Audiencia, 30-8-2023: «El testimonio del Evangelio es saber llevar nuestras cruces cotidianas con paciencia, con confianza y esperanza»

 

*  «Quien no tiene paciencia no es un buen cristiano. La paciencia de tolerar: tolerar las dificultades y también tolerar a los demás, que a veces son tediosos o te ponen en dificultades. La vida de Catalina Tekakwitha nos muestra que todo desafío puede superarse si abrimos nuestro corazón a Jesús, que nos concede la gracia necesaria, paciencia y el corazón abierto a Jesús. Esta es una receta para vivir bien»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

* «Pasado mañana, 1 de septiembre, se celebrará la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, inaugurando el “Tiempo de la Creación” que se extenderá hasta el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. En esa fecha tengo previsto publicar una Exhortación, una segunda Laudato Si’. Unámonos a nuestros hermanos y hermanas cristianos en el compromiso de cuidar la creación como don sagrado del Creador. Es necesario estar junto a las víctimas de la injusticia ambiental y climática, esforzándonos por poner fin a la guerra sin sentido contra nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial. Insto a todos a trabajar y orar para que una vez más abunde vida»

Foto: Vatican Media 30-8-2023

30 de agosto de 2023.- (Camino Católico)  En la víspera de su 43º viaje apostólico internacional a la República de Mongolia, este miércoles 30 de agosto el Santo Padre ha presidido la Audiencia General en el Aula Pablo VI. En esta ocasión, el Pontífice invitó a mirar cómo vivió santa Catalina Tekakwitha, la primera mujer indígena de Norteamérica que fue canonizada, subrayando, de quien podemos aprender que “el testimonio del Evangelio es saber llevar nuestras cruces cotidianas con paciencia, con confianza y esperanza”.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

En su 19ª catequesis del ciclo dedicado a la pasión por la evangelización (el celo apostólico del creyente), Francisco trazó una semblanza de la santa. Nacida hacia el año 1656 en un pueblo del norte del Estado de Nueva York, era hija de un jefe mohawk no bautizado y de una madre algonquina cristiana, que enseñó a Catalina a rezar y a cantar himnos a Dios. El Papa puntualiza que muchos de nosotros también fuimos presentados al Señor por primera vez en el ámbito de nuestras familias, sobre todo por nuestras madres y abuelas: «Así comienza la evangelización y, en efecto, no olvidemos esto, que la fe se transmite siempre en dialecto, por las madres, por las abuelas. La fe hay que transmitirla en dialecto y nosotros la recibimos en este dialecto de las madres y de las abuelas».

Foto: Vatican Media 30-8-2023

El Papa explica que, cuando Catalina tenía cuatro años, una grave epidemia de viruela azotó a su pueblo. Tanto sus padres como su hermano menor murieron y la misma Catalina quedó con cicatrices en su rostro y problemas de visión.A partir de ese momento Catalina tuvo que enfrentarse a muchas dificultades: ciertamente las físicas debidas a los efectos de la viruela, pero también las incomprensiones, las persecuciones e incluso las amenazas de muerte que sufrió tras su bautismo el domingo de Pascua del 1676. Todo esto hizo que Catalina sintiera un gran amor por la cruz, signo definitivo del amor de Cristo, que se entregó hasta el final por nosotros. En efecto, el testimonio del Evangelio no consiste sólo en lo que es agradable; también debemos saber llevar nuestras cruces cotidianas con paciencia, con confianza y esperanza.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Para Francisco la vida de Catalina es un testimonio más de que el celo apostólico implica tanto una unión vital con Jesús, alimentada por la oración y por los sacramentos, como el deseo de difundir la belleza del mensaje cristiano a través de la fidelidad a la propia vocación particular: «Por tanto, también nosotros, tomando fuerza del Señor, como hizo santa Catalina Tekakwitha, aprendemos a realizar acciones ordinarias de modo extraordinario y así a crecer cada día en la fe, en la caridad y en el testimonio fervoroso de Cristo. No nos olvidemos: cada uno de nosotros está llamado a la santidad, a la santidad de todos los días, a la santidad de la vida cristiana común. Cada uno de nosotros tiene esta llamada: sigamos adelante en este camino. El Señor no nos fallará».

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Este viernes 1º de septiembre, se celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, inaugurando el Tiempo de la Creación que durará hasta el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís. Lo ha recordado el Santo Padre este miércoles 30 de agosto al finalizar la Audiencia General en el Aula Pablo VI. Después, ha anunciado que en esa fecha tiene la intención de publicar una exhortación, «una segunda Laudato si'». En el vídeo superior de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media 30-8-2023
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 30 de agosto de 2023
Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente
19.- Rezar y servir con alegría: Santa Catalina Tekakwitha, la primera santa nativa norteamericana
Foto: Vatican Media 30-8-2023

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuando nuestra catequesis sobre el tema del celo apostólico y la pasión por el anuncio del  Evangelio, hoy vemos a santa Catalina Tekakwitha, la primera mujer nativa de Norteamérica que fue canonizada. Nacida hacia el año 1656 en un pueblo del norte del Estado de Nueva York, era hija de un jefe mohawk no bautizado y de una madre algonquina cristiana, que enseñó a Catalina a rezar y a cantar  himnos a Dios. Muchos de nosotros también fuimos presentados al Señor por primera vez en el ámbito familiar, sobre todo por nuestras madres y abuelas. Así inicia la evangelización. No olvidemos esto, que la fe es transmitida siempre en dialecto, de las madres y de las abuelas. La fe se transmite en dialecto, y nosotros la hemos recibido así, de las madres y de las abuelas. La evangelización muchas veces comienza a menudo así: con gestos sencillos, pequeños, como los padres que  ayudan a sus hijos a aprender a hablar con Dios en la oración y les hablan a ellos de su amor grande y misericordioso. Las bases de la fe de Catalina, y a menudo también para nosotros, se pusieron de este  modo. Ella lo recibió de su madre en dialecto, el dialecto de la fe.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Cuando Catalina tenía cuatro años, una grave epidemia de viruela azotó a su pueblo. Tanto sus  padres como su hermano menor murieron y la misma Catalina quedó con cicatrices en su rostro y  problemas de visión. A partir de ese momento Catalina tuvo que enfrentarse a muchas dificultades: ciertamente las físicas debidas a los efectos de la viruela, pero también las incomprensiones, las persecuciones e incluso las amenazas de muerte que sufrió tras su bautismo el domingo de Pascua del 1676. Todo esto hizo que Catalina sintiera un gran amor por la cruz, signo definitivo del amor de Cristo,  que se entregó hasta el final por nosotros. En efecto, el testimonio del Evangelio no consiste sólo en lo que es agradable; también debemos saber llevar nuestras cruces cotidianas con paciencia, con confianza y esperanza. La paciencia, frente a las dificultades, a las cruces: la paciencia es una gran virtud cristiana. Quien no tiene paciencia no es un buen cristiano. La paciencia de tolerar: tolerar las dificultades y también tolerar a los demás, que a veces son tediosos o te ponen en dificultades. La vida de Catalina Tekakwitha nos muestra que todo desafío puede superarse si abrimos nuestro corazón a Jesús, que nos concede la gracia necesaria, paciencia y el corazón abierto a Jesús. Esta es una receta para vivir bien.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Tras ser bautizada, Catalina tuvo que refugiarse entre los Mohawks en la misión jesuita cercana a  la ciudad de Montreal. Allí asistía a Misa todas las mañanas, dedicaba tiempo a la adoración ante el  Santísimo Sacramento, rezaba el Rosario y llevaba una vida de penitencia.  Estas prácticas espirituales suyas impresionaban a todos en la Misión; reconocían en Catalina una santidad que atraía porque nacía de su profundo amor por Dios. La santidad atrae. Dios nos llama por atracción, esta necesidad de estar cerca de Él porque Dios atrae, y ella ha sentido esta gracia de la atracción divina. Al mismo tiempo, enseñaba a rezar a los niños de la Misión y, mediante el cumplimiento  constante de sus responsabilidades, incluido el cuidado de los enfermos y de los ancianos, ofreció un  ejemplo de servicio humilde y amoroso a Dios y al prójimo. Siempre la fe se expresa en el servicio. La fe no es para maquillarse a uno mismo, el alma, no, para servir.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Aunque la animaron a casarse, Catalina, en cambio, quería dedicar su vida por completo a Cristo. Imposibilitada a entrar en la vida consagrada, hizo voto de virginidad perpetua el 25 de marzo de 1679, solemnidad de la Anunciación.  Su elección revela otro aspecto del celo apostólico: la entrega total al Señor. Por supuesto, no  todos están llamados a hacer el mismo voto de Catalina; sin embargo, todo cristiano está llamado a comprometerse diariamente con corazón indiviso en la vocación y en la misión que Dios le ha confiado, sirviendo a Él y al prójimo con espíritu de caridad.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Queridos hermanos y hermanas, la vida de Catalina es un testimonio más de que el celo apostólico  implica tanto una unión vital con Jesús, alimentada por la oración y por los sacramentos, como el deseo  de difundir la belleza del mensaje cristiano a través de la fidelidad a la propia vocación particular. Las últimas palabras de Catalina son bellísimas. Antes de morir dijo: “Jesús, te amo”. ​

Por tanto, también nosotros, tomando fuerza del Señor, como hizo santa Catalina Tekakwitha,  aprendemos a realizar acciones ordinarias de modo extraordinario y así a crecer cada día en la fe, en la  caridad y en el testimonio fervoroso de Cristo. No nos olvidemos, cada uno de nosotros está llamado a la santidad, a la santidad de todos los días, a la santidad de la vida cristiana común. Cada uno de nosotros tiene esta llamada. Vayamos adelante por este camino, el Señor no nos faltará.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy, reflexionamos sobre santa Catalina Tekakwitha, la primera nativa norteamericana en ser canonizada. Cuando Catalina tenía apenas cuatro años, sus padres y su hermano menor murieron a causa de una epidemia de viruela. Ella sobrevivió, pero le quedaron algunas secuelas físicas. A los veinte años recibió el Bautismo. Esta decisión provocó incomprensiones y amenazas entre los suyos, por lo que tuvo que refugiarse en la región de los mohicanos, en una misión de los Padres jesuitas.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Todos estos acontecimientos suscitaron en Catalina un gran amor por la cruz, que es a su vez el signo definitivo del amor de Cristo por todos nosotros. En la comunidad, ella se distinguió por su vida de oración y de servicio humilde y constante. Enseñaba a los niños a rezar, cuidaba a los enfermos y a los ancianos. En definitiva, supo dar testimonio del Evangelio viviendo lo cotidiano con fidelidad y sencillez. Que también nosotros sepamos vivir lo ordinario de manera extraordinaria, pidiendo la gracia de ser —como esta joven santa— verdaderos seguidores de Jesús.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Mañana por la tarde partiré hacia el continente asiático, para visitar a los hermanos y hermanas de Mongolia. Les pido que me acompañen en este viaje con su oración. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

Foto: Vatican Media 30-8-2023

En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:

Foto: Vatican Media 30-8-2023

Pasado mañana, 1 de septiembre, se celebrará la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, inaugurando el “Tiempo de la Creación” que se extenderá hasta el 4 de octubre, festividad de San Francisco de Asís. En esa fecha tengo previsto publicar una Exhortación, una segunda Laudato Si’. Unámonos a nuestros hermanos y hermanas cristianos en el compromiso de cuidar la creación como don sagrado del Creador. Es necesario estar junto a las víctimas de la injusticia ambiental y climática, esforzándonos por poner fin a la guerra sin sentido contra nuestra casa común, que es una terrible guerra mundial. Insto a todos a trabajar y orar para que una vez más abunde vida.

Dirijo un pensamiento a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna: deseo, por tanto, que le sigáis siempre con un corazón abierto y entusiasta y que deis testimonio de él cada día de vuestra vida. Y, por favor, renovemos nuestra cercanía y nuestra oración por la querida y atormentada Ucrania, tan probada por un gran sufrimiento.

                                                        Papa Francisco


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