Pedro Trevijano, sacerdote y moralista: «La sexualidad debe estar al servicio del amor»
* "¿Es que alguien puede creerse que la fornicación, la promiscuidad, el aborto, en pocas palabras, el pecado, pueden hacernos felices? Dios es Amor y quiere nuestro bien y nuestra felicidad. Alejarnos de Él nos lleva al desastre"
11 de febrero de 2010.- Acaba de publicar una completísima Orientación cristiana de la sexualidad (Voz de Papel), una alternativa moral a otras conocidas como la guía de sexo del PSOE, que animaba a los jóvenes a masturbarse.
(Carmelo López-Arias / Alba) -Desde el punto de vista moral ¿tiene la Iglesia una sola voz sobre la masturbación?
-Uno de los problemas de los que mucha gente se queja es de que los curas y confesores opinamos muy diversamente. Afortunadamente, en este tema de la masturbación y en muchos otros tenemos un libro que va a Misa. Es el Catecismo de la Iglesia Católica, que en su nº 2352 se refiere a la masturbación. Lo que hago tanto en mi libro como en el confesionario es intentar explicar lo que allí se dice.
-¿Por qué ese empeño de los socialistas en promover una moral sexual contraria a la cristiana?
-Estamos asistiendo por parte del laicismo y del relativismo, no simplemente español, sino mundial, a una ofensiva contra los valores cristianos, especialmente en el terreno sexual. Se piensa que la castidad es imposible y, por tanto, hay que denigrar a los que muestran que sí es posible y que somos seres libres.
-Y en eso nunca podrá haber acuerdo…
-Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica Sacramentum caritatis de 2007, ha tenido que decir que el respeto y la defensa de la vida humana, la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y la libertad de educación de los hijos son valores innegociables.
-¿No es la moral católica demasiado restrictiva?
-La moral católica busca el bien y la felicidad del ser humano. ¿Es que alguien puede creerse que la fornicación, la promiscuidad, el aborto, en pocas palabras, el pecado, pueden hacernos felices? Dios es Amor y quiere nuestro bien y nuestra felicidad. Alejarnos de Él nos lleva al desastre.
-¿Cuál es, en términos generales, la visión cristiana de la sexualidad?
-Amar y ser amado es lo que da sentido a la vida. El amor es el mandamiento fundamental y por supuesto la sexualidad debe estar al servicio del amor.
-¿Cree usted que es posible ser fiel a esa visión en un mundo con tanta “oferta” en materia sexual?
-Con la ayuda de la gracia de Dios, sí.
-¿Y qué otros medios “humanos” cooperan?
-Por supuesto se ayuda a ello con una buena educación sexual, especialmente en el seno familiar, que tenga ideas claras y hable al niño, adolescente o joven de lo que significan el amor, la castidad y valores como la generosidad, la entrega, el servicio a los demás, la fuerza de voluntad, etc.
-¿Hay una relación moral entre la hipersexualización de la sociedad y el fracaso matrimonial?
-Los excesos nunca son buenos. La castidad como virtud está en el medio entre los excesos de la lujuria, por un lado, y la insensibilidad o la represión, por otro. Ambos extremos impiden la valoración correcta de la sexualidad. Quien se deja llevar por ellos no logra que su sexualidad esté al servicio de la persona y de la familia. Las consecuencias son claras.
-Como confesor, ¿le llegan casos de personas adictas al sexo, que han perdido su libertad de obrar?
-Como no soy psiquiatra, no me atrevo a decir que hayan perdido plenamente su libertad. La irónica frase de Oscar Wilde -”Resisto todo, menos la tentación”- nos indica el camino para llegar a esa situación catastrófica. Sí les animo a que vuelvan a la oración y hagan pequeños sacrificios, a fin de recuperar la fuerza de voluntad y encarrilar su sexualidad.
-¿Afecta al moralista el debate científico sobre la homosexualidad (componentes genéticos, entorno, etc.)?
-Claro que el asunto tiene importancia moral y práctica, porque si en la homosexualidad su causa es biológica y hereditaria, la salida de ella es prácticamente imposible, pero si la causa es adquirida, se puede salir de ella, como afirman muchos psiquiatras, que aseguran haber logrado llevar a la heterosexualidad a algunas personas.
-¿Qué principio común hay para ambas tendencias sexuales?
-Toda persona, hetero u homosexual debe esforzarse por ser persona libre y dueña de su sexualidad.