Fran, 28 años, con enfermedad degenerativa: «Soy muy amado y disfruto mucho la vida. La vida es un regalo, es un bien»

«Me gusta mucho salir a la calle, pasear, cuando llueve y cuando no llueve también. Y me voy a la biblioteca cada dos por tres y a la piscina. Pese a mis circunstancias físicas soy bastante feliz. Es cierto que soy dependiente prácticamente para todo y he aprendido a vivir como tal y soy feliz así»

5 de junio de 2014.- (Tsunamis de vida / Camino Católico) “Me llamo Fran, tengo 28 años.Tengo una enfermedad degenerativa, que se llama Ataxia de Friedreich, que conlleva una degeneración del cerebelo con las consecuencias de perdida de estabilidad y equilibrio”. Así comienza esta semana su relato el protagonista del vídeo “la vida sobre ruedas” de Tsunamis de vida, la iniciativa de un grupo de universitarios que quieren ayudar a reflexionar sobre el valor de la vida, incluso en situaciones difíciles.

Fran continua explicando que, con su enfermedad, “llega un momento que las extremidades pierden toda la fuerza. A los seis años es cuando me diagnosticaron la enfermedad. Al principio era solamente un tambaleo. A los 18 años tuve que empezar con una silla de ruedas, porque ya me caía demasiado y me hacía daño. Me costó mucho, pero bueno, he aprendido a vivir con esto y más o menos llevo una vida normal”.

Está estudiando un Máster en Lexicografía y antes finalizó  Filología Hispánica en la universidad. Disfruté mucho con la carrera. Fran asegura que “me gusta mucho salir a la calle, pasear, cuando llueve y cuando no llueve también. Y me voy a la biblioteca cada dos por tres y a la piscina. Pese a mis circunstancias físicas soy bastante feliz. Creo que la vida es un regalo. Es cierto que soy dependiente prácticamente para todo y he aprendido a vivir como tal y soy feliz así. Soy muy amado y disfruto mucho la vida. Sí que es verdad que hay ciertos momentos en los que te derrumbas, pero yo creo que esos momentos son los que te hacen concluir que la vida es un regalo, es un bien. Aunque suene paradójico, lo es”.

Un amigo da testimonio de que se acercó a Fran “porque me llamo la atención su forma de ser y de estar con la gente. No por lástima sino por feeling. Era un vividor. Quise pegarme a él porque quería vivir lo mismo que estaba viviendo él. Cuando estoy con Fran, obviamente es un esfuerzo, pero luego estando con él estoy contento”.

Otro muchacho que es muy amigo de Fran dice que ”lo conocí en una cena y mi relación con él ha ido creciendo. Estar con él es siempre muy aparatoso, pero siempre ha merecido la pena. Estar con él es un bien porque vuelvo a casa cambiado, porque en las circunstancias que él vive tiene una sencillez natural que a mí me sorprende. Ama más la vida que yo”.

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