Papa Francisco en la Audiencia: «Invocar al Espíritu Santo y afrontar los problemas con fortaleza; el Señor está con nosotros si confiamos en Él y buscamos el bien»

* «Además de las pruebas internas, hay enemigos externos, que son las pruebas de la vida, las persecuciones, las dificultades que no nos esperábamos y que nos sorprenden. En efecto, podemos intentar prever lo que nos sucederá, pero en gran medida la realidad se compone de acontecimientos imponderables, y en este mar a veces nuestra barca es sacudida por las olas. La fortaleza entonces nos hace marineros que resisten, que no se asustan ni se desaniman. La fortaleza es una virtud fundamental porque toma en serio el desafío del mal en el mundo»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

 * «Y mis pensamientos van a la atormentada Ucrania y a Palestina e Israel. ¡Que el Señor nos dé la paz! La guerra está en todas partes -no olvidemos Myanmar-, pidamos al Señor la paz y no olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestros que tanto sufren en estos lugares de guerra. Recemos juntos y siempre por la paz»

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

10 de abril de 2024.- (Camino Católico)  “Invocar al Espíritu Santo y afrontarlo todo con paciente fortaleza: un problema detrás de otro, según nuestras posibilidades, ¡pero no solos! El Señor está con nosotros si confiamos en Él y buscamos sinceramente el bien. Entonces, en cada situación, podemos contar con la Providencia de Dios, que será nuestro escudo y nuestra armadura” ha dicho el Papa Francisco hablando de la virtud de la fortaleza en la catequesis de hoy miércoles, durante la audiencia general en la plaza de San Pedro.

«La más ‘combativa’ de las virtudes», la que nos ayuda a dar fruto en la vida: es la fortaleza, ha explicado Francisco. «La fortaleza es la virtud moral que, en las dificultades, asegura la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la decisión de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral», es la descripción que hace el Catecismo, ha subrayado el Santo Padre.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Frente a los acontecimientos imprevisibles de la existencia, la fortaleza  «nos hace marineros resistentes, que no se asustan ni se desaniman». Debemos, subraya, tomarnos «en serio el desafío del mal en el mundo», no fingir que no existe: “Necesitamos que alguien nos levante del “blando lugar” en el que nos hemos acostado y nos haga repetir con decisión nuestro “no” al mal y a todo lo que conduce a la indiferencia. «No» al mal y «no» a la indiferencia; «sí» al camino, al camino que nos hace avanzar y por el que debemos esforzarnos”.

Francisco concluye invitándonos a mirar la fortaleza de Jesús en el Evangelio y el ejemplo de los santos para que también nosotros aprendamos a vivirla. En el vídeo superior de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media, 10-4-2024
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 10 de abril de 2024
Catequesis. Vicios y virtudes. 15. La fortaleza
Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La catequesis de hoy está dedicada a la tercera de las virtudes cardinales, o sea, la fortaleza. Empecemos por la descripción que hace el Catecismo de la Iglesia Católica: «La fortaleza es la virtud moral que, en las dificultades, asegura la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la decisión de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones.» (n. 1808). Esto dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la virtud de la fortaleza.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

He aquí, por tanto, la más “combativa” de las virtudes. La primera de las virtudes cardinales, la prudencia, se asocia sobre todo a la razón del ser humano; y la justicia reside en la voluntad; en cambio, esta tercera virtud, la fortaleza, ha sido a menudo asociada por los autores escolásticos a lo que los antiguos llamaban “apetito irascible”. El pensamiento de los antiguos no imaginó un ser humano sin pasiones: sería una piedra. Y las pasiones en sí no son necesariamente el residuo de un pecado; pero deben ser educadas, deben ser dirigidas, deben ser purificadas con el agua del Bautismo, o, mejor, con el fuego del Espíritu Santo. Un cristiano sin valentía, que no doblega sus propias fuerzas al bien, que no molesta a nadie, es un cristiano inútil. ¡Pensemos en esto! Jesús no es un Dios diáfano y aséptico, que no conoce las emociones humanas. Todo lo contrario. Ante la muerte de su amigo Lázaro, rompe a llorar; y en algunas de sus expresiones resplandece su espíritu apasionado, como cuando dice: «Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!» (Lc 12,49); y frente al comercio en el templo reaccionó con fuerza (cfr. Mt 21,12-13). Jesús tenía pasión.

Pero busquemos ahora una descripción existencial de esta virtud tan importante que nos ayuda a dar fruto en la vida. Los antiguos -tanto los filósofos griegos como los teólogos cristianos- reconocían en la virtud de la fortaleza un doble desarrollo, uno pasivo y otro activo.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

El primero se dirige hacia el interior de nosotros mismos. Hay enemigos internos a los que tenemos que vencer, que responden al nombre de ansiedad, angustia, miedo, culpa: son todas fuerzas que se agitan en lo más íntimo de nosotros mismos y que en alguna situación nos paralizan. ¡Cuántos luchadores sucumben incluso antes de comenzar el desafío! Porque no son conscientes de estos enemigos internos. La fortaleza es ante todo una victoria contra nosotros mismos. La mayoría de los miedos que surgen en nuestro interior son irreales, no se hacen realidad en absoluto. Mejor entonces invocar al Espíritu Santo y afrontarlo todo con paciente fortaleza: un problema detrás de otro, según nuestras posibilidades, ¡pero no solos! El Señor está con nosotros si confiamos en Él y buscamos sinceramente el bien. Entonces, en cada situación, podemos contar con la Providencia de Dios, que será nuestro escudo y nuestra armadura.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Y luego está el segundo movimiento de la virtud de la fortaleza, esta vez de naturaleza más activa. Además de las pruebas internas, hay enemigos externos, que son las pruebas de la vida, las persecuciones, las dificultades que no nos esperábamos y que nos sorprenden. En efecto, podemos intentar prever lo que nos sucederá, pero en gran medida la realidad se compone de acontecimientos imponderables, y en este mar a veces nuestra barca es sacudida por las olas. La fortaleza entonces nos hace marineros que resisten, que no se asustan ni se desaniman.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

La fortaleza es una virtud fundamental porque toma en serio el desafío del mal en el mundo. Algunos fingen que no existe, que todo está bien, que la voluntad humana a veces no es ciega, que en la historia no luchan fuerzas oscuras portadoras de muerte. Pero basta ojear un libro de historia, o, por desgracia, incluso los periódicos, para descubrir los horrores de los que somos en parte víctimas y en parte protagonistas: guerras, violencia, esclavitud, opresión de los pobres, heridas que nunca han cicatrizado y que aún sangran.  La virtud de la fortaleza nos hace reaccionar y gritar “no”, un rotundo “no” a todo esto. En nuestro cómodo Occidente, que ha “aguado” un poco todo, que ha convertido el camino de la perfección en un simple desarrollo orgánico, que no necesita luchar porque todo le parece igual, sentimos a veces una sana nostalgia de los profetas. Pero las personas incómodas y visionarias son muy raras. Necesitamos que alguien nos levante del “blando lugar” en el que nos hemos acomodado y nos haga repetir con decisión nuestro “no” al mal y a todo lo que conduce a la indiferencia. «No» al mal y «no» a la indiferencia; «sí» al camino, al camino que nos hace progresar, y para ello debemos luchar. 

Redescubramos, entonces, en el Evangelio la fortaleza de Jesús, y aprendámosla del testimonio de los santos y de las santas. ¡Gracias!

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la virtud de la fortaleza. Es esa virtud que nos asegura el firme y constante deseo de buscar el bien. Para los antiguos pensadores no era posible imaginar un ser humano sin pasiones, sin ellas seríamos como piedras inertes. Todos tenemos pasiones, todos. Sin embargo, hay que educar las pasiones, hay que encauzarlas, hay que purificarlas en el agua del Bautismo, con el fuego del Espíritu Santo.

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

La fortaleza nos sirve para confrontar y vencer los enemigos internos, por ejemplo, la ansiedad, la angustia, el temor, la culpa y muchas otras fuerzas que se agitan en nuestro interior y que tantas veces nos paralizan. También nos ayuda a combatir a los enemigos externos que se presentan en la vida en forma de dificultades de cualquier tipo. Cultivar esta virtud nos hará ser personas que no se atemorizan ni se desaniman ante las pruebas y que se toman en serio los desafíos del mundo, actuando decididamente contra el mal y contra la indiferencia.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Que este tiempo pascual aumente en nosotros los dones de la gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo y que la misericordia eterna del Señor, que hemos celebrado el domingo pasado, nos haga crecer más en la virtud de la fortaleza y en las obras de bien. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los acompañe. Muchas gracias. 

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:

Foto: Vatican Media, 10-4-2024

Mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. Deseo que hagáis crecer en vuestro corazón la luz consoladora del anuncio pascual, que os invita a fortalecer vuestra fe y esperanza en Jesús crucificado y resucitado.

Y mis pensamientos van a la atormentada Ucrania y a Palestina e Israel. ¡Que el Señor nos dé la paz! La guerra está en todas partes -no olvidemos Myanmar-, pidamos al Señor la paz y no olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestros que tanto sufren en estos lugares de guerra. Recemos juntos y siempre por la paz. Gracias.

Francisco


Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada: https://whatsapp.com/channel/0029VaALj3W8KMqnAzY1r00O


Para entrar en el catálogo y en la tienda pincha en la imagen

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad